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Lunes, 06 Febrero 2017 06:54

De futbolista de tercera división a narquillo, muchacho ejecutado en Paseos de la Ribera

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Imposible no referirnos a la muerte violenta del joven David Bodkin, un muchacho que era buen padre de familia, que fue futbolista profesional de la Tercera División, pero que un día cambió los zapatos de taquetes por bolsas de a gramo… hasta que fue ejecutado

POR LA REDACCIÓN

La mañana del pasado miércoles 25 de enero, fue terrible para la familia de Daniel Bodkin, un muchacho que era padre ejemplar, amistoso, buen amigo, deportista, a quien le encantaba viajar para conocer el mundo, pero que un día, sin pensarlo, se metió al tenebroso mundo del narco, donde erró el camino, jugó por el lado equivocado y terminó muerto. Ese día, sus familiares fueron enterados de que Daniel había sido encontrado maniatado, semidesnudo y severamente golpeado, en un paraje cerca del fraccionamiento Paseos de la Ribera.

De acuerdo con el reporte de la policía, el hombre que yacía muerto en ese sitio, era una persona del sexo masculino que aparentaba unos 35 años de edad. Se dijo que fue arrojado durante la madrugada del miércoles, sobre las calles Ecuador y 5 de diciembre. Su cadáver estaba amarrado de las manos y en su espalda se podían ver las huellas de la tortura, como si le hubieran pegado con una tabla o un cable.

El reporte se generó en el Centro Regional de Emergencias de la Policía Municipal alrededor de las 8:27 de la mañana, y según la información, se comentaba que el masculino estaba boca abajo, sin camisa y que era color moreno claro, complexión robusta y con pelo corto, casi a rape.

Conforme avanzaba el día, hasta la casa de Daniel llegó una llamada en donde les indicaban que había muerto, aunque al principio no les dijeron la forma en que murió.

Por la tarde, ya toda la familia de Daniel –que es numerosa—ya sabía que lo habían ejecutado. Y por lo que ha trascendido, al muchacho ya le habían sentenciado la muerte, toda vez que alguna vez alguien lo habría sorprendido vendiendo drogas en la zona hotelera, junto con otra persona mayor.

De hecho, se especula que hombres a bordo de una camioneta le seguían los pasos, lo observaban y era común verlo por la zona de Las Glorias, quizá haciendo labores de narcomenudeo.

Quizá, se comenta en círculos policiacos, lo dejaron que vendiera drogas por un tiempo, para averiguar de dónde las traía, a quién se las compraba y a quién se las vendía.

No pasaron ni tres meses cuando desconocidos se lo habrían llevado con rumbo desconocido, y después apareció muerto. Daniel debió sufrir mucho, pues estaba muy golpeado.

Nunca entendió que era mejor su vida deportista, que cambiar los mocasines por unos cuantos pesos que obtenía, presuntamente, en el trasiego de mercancías prohibidas.

En su cuenta de Facebook, Daniel Bodkin subió la fotografía de una pistola chapeada en oro, con una leyenda que le queda a la perfección a aquellos que deciden rifarse la vida, sin pensar en su familia, y cuyo premio casi siempre es el panteón.

La Fiscalía Regional de Justicia, ya tomó el caso para su investigación, como otros tantos que casi siempre se quedan en los archivos muertos.

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