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Jueves, 13 Febrero 2020 08:02

Además de la desviación de la carretera a Mismaloya, la SCT entregará a Fernando G. Corona 700 metros del terreno afectado

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Por Jorge Olmos Contreras

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), a través del Centro Jalisco, está permitiendo una serie de agresiones al entorno urbano alrededor de la carretera federal 200 al sur de Puerto Vallarta, justo donde el empresario Fernando González Corona construye un desarrollo turístico que ha sido considerado por algunos ecologistas como depredador del medio ambiente denominado “Garza Blanca”. En los kilómetros 205 + 770 al 206 +550 de dicha vía, en el año 2018, el gobierno federal que estaba en manos todavía del ex presidente Enrique Peña Nieto, autorizó una desviación de 780 metros del tramo carretero para favorecer al también ex alcalde panista.

Si usted ha circulado por el tramo donde se realiza la desviación, habrá observado que la inclinación que tendrá la carretera debido a esta modificación no resolverá los problemas de vialidad de esta ruta, ni tendrá ramales, como se establece en el Convenio de Concertación de Acciones que celebraron el 05 de abril del 2018 la SCT y la empresa “Promotora Arena Blanca SA de CV” a través de su apoderado legal, Sergio Aguayo Franco.

De hecho, actualmente hay dificultades para el buen tránsito a la altura de los kilómetros señalados, toda vez que la desviación de 780 metros para favorecer a un particular (en este caso a Fernando González Corona) está originando caos vial y el riesgo de accidentes en la zona.

La SCT no está cumpliendo con lo que indica el convenio firmado en el sentido de estar cuidando y vigilando que “la empresa” cumpla con el proyecto autorizado para modificar esta vía.

EL CONVENIO

Solicitado por Ley de Transparencia, VALLARTA UNO obtuvo acceso al convenio citado, donde saltan a la vista varias cláusulas que no se estarían cumpliendo por parte de la empresa “Promotora Arena Blanca SA de CV”, como las condiciones estipuladas en el oficio de anuencia que les otorgó el Ayuntamiento de Puerto Vallarta.

A su vez, la SCT ha sido tan opaca, que no ha informado quién es el servidor público que designó para verificar oportunamente que los trabajos se estén llevando a cabo de conformidad con el proyecto autorizado; ni tampoco ha dado a conocer las evaluaciones realizadas a las acciones que se han llevado a cabo de conformidad con el calendario de obra, es decir, no han dicho si se ha cumplido con lo estipulado en el convenio, toda vez que las obligaciones estipuladas en este son obligatorias y en caso de incumplimiento podría darse la terminación, donde la SCT no tendría responsabilidad.

Ahora bien, si el propietario de la sociedad anónima Promotora Arena Blanca es Fernando González Corona, quien además es propietario de un medio de comunicación, no se entiende la opacidad con la que se ha conducido con respecto a las obras que afectan todos los días a cientos de automovilistas y ciudadanos en tránsito.

Por ejemplo, en el convenio con la SCT, la empresa se obligó a obtener por escrito la aceptación de todos y cada uno de los diversos propietarios que resulten afectados por la ejecución de la obra; pero se ignora si hay tal anuencia vecinal.

LOS ARGUMENTOS DE LA SCT, EN ENTREDICHO

Por otra parte, los argumentos de la SCT que dieron pie a permitir la desviación de 780 metros de la carretera a Mismaloya, no son del todo claros, más bien son subjetivos y al señalar los beneficios que traería para Puerto Vallarta la construcción de un nuevo pedazo de calle se presta a varias interpretaciones, toda vez que el beneficiario directo es el señor Fernando González Corona y su megaproyecto turístico “Garza Blanca”, no los vallartenses.

Dice la SCT que la finalidad del convenio tiene como objeto mejorar la operación del tramo en cuanto al acceso a la nueva vialidad y retornos (sic) de manera segura “y reduciendo en gran medida la posibilidad de accidentes”.

También señala la SCT en el documento, que “la comunidad contará con una obra que requerirá menos gastos de operación al tener una mejor geometría (sic) y una superficie de rodamiento nueva que permitirá desplazamientos con mejores condiciones de seguridad, comodidad y tiempos más reducidos de traslado”.

Asimismo, que “la ejecución de esta obra incrementará la infraestructura turística al incorporar nuevos terrenos al desarrollo entre la nueva carretera y la zona de playas”.

Y uno se pregunta: ¿Cuál nueva carretera?... si solo es una desviación de 780 metros. Además, ¿cuáles nuevos terrenos se van a incorporar al desarrollo?... Si ya todo está prácticamente construido.

ACCESO A LAS PLAYAS… SOLO EN PAPEL

Pero lo más interesante es el “antecedente” número VIII del convenio, donde la SCT afirma que el diseño (del nuevo pedazo) contempla altas especificaciones, considerando dentro del proyecto la construcción de ramales secundarios que permitirán el acceso libre y seguro a playas, fraccionamientos y desarrollos turísticos, conectándose con el resto de la carretera de manera segura para el usuario”.

Los funcionarios de la SCT no saben, o no quieren saber, que la mayoría de los desarrollos turísticos que se ubican al sur de Puerto Vallarta y que colindan precisamente con la carretera federal 200, tienen cerrados sus accesos a las playas, como el caso de Garza Blanca, que hasta maya ciclónica puso para impedir el paso de las personas al arroyo Palo María.

Los grupos sociales y ecológicos de Puerto Vallarta deberían estar muy atentos a que la desviación de la carretera no vaya a comprometer los accesos a las playas y que no se privaticen bienes del dominio público de la nación como estos 780 metros.

TERRENO EN DESUSO SERÁ PARA GONZÁLEZ CORONA

Y es que, en el convenio multicitado, se establece que el espacio de terreno que quedará en desuso por esta desviación (es decir, el anterior tramo de carretera), se va a entregar a la empresa Promotora Arena Blanca a modo de permuta, y que esto lo va a avalar el Instituto de Administración de y Avalúos de Bienes Nacionales, en virtud de que el tramo “no será de forma alguna de utilidad para la SCT”.

En otras palabras, si usted es un empresario millonario como Fernando González Corona, con la mano en la cintura puede pedir que el gobierno federal le autorice la desviación de una carretera y, además quedarse con el terreno afectado.

Así las cosas, y si nos atenemos al criterio de la SCT para permitir que importantes tramos de carretera se desvíen en “bien del desarrollo”, al rato cualquiera colindante de la federal 200 podrá exigir que le autoricen una desviación y en poco tiempo tendríamos una vía sinuosa que, de por sí es bastante pesada por la falta de ramales y a que en muchos puntos las cunetas se utilizan como estacionamiento.

Pero bueno, el proyecto Garza Blanca va a dar mucho de que hablar, pues documentos en poder de este medio indican cómo se violó una y otra vez la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) otorgada por la Secretaría del Medio Ambiente y hasta ahora nadie ha hecho nada para evitar la depredación de la montaña, lo cual abundaremos en otro artículo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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