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Jueves, 16 Abril 2020 10:30

Los buitres de la pandemia II… Colegio Benito Juárez, Financiera Independencia, Famsa, Elektra, VIU, C&A, La Surtidora… Destacado

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Por Jorge Olmos Contreras

Surgen más quejas e inconformidades de parte de cientos de clientes y usuarios de servicios que están siendo acosados –hasta judicialmente—por tiendas departamentales, mueblerías, firmas financieras y cajas de ahorro, y cuyos representantes no les importa que la gente se haya quedado temporal o definitivamente sin trabajo por la contingencia sanitaria de la pandemia de Covid-19 y les exigen pagos puntuales o de lo contrario los amenazan con atenerse a las consecuencias jurídicas.

En Puerto Vallarta, ninguna autoridad ni sector social ha intervenido en favor de los trabajadores que se quedaron sin ingresos y que están siendo presionados por diferentes empresas para que paguen de inmediato, sin darles oportunidad de diferir pagos o esperar a que se componga la situación, toda vez que lo poco que tienen ahorrado las familias o la última quincena que les pagaron sus patrones por acuerdo mutuo, lo están destinando a la compra de alimentos y productos de limpieza.

Firmas como Famsa, Elektra, Banco Azteca, C&A, Financiera Independencia y hasta colegios como el Benito Juárez de Mezcales y otros, forman parte de los buitres de la pandemia que denunciamos en otro artículo donde tiendas como Lans y compañías multimillonarias como Telmex y Coppel forman parte del conglomerado de empresas que están exigiendo a sus clientes pagos, junto con intereses moratorios o cobros de contratos inexistentes.

LOS ANTIVALORES DEL COLEGIO BENITO JUÁREZ

Un claro ejemplo de esta actitud carroñera lo representa el colegio Benito Juárez, cuyo slogan es ni más ni menos que el de “educamos valores”, pero en la realidad pareciera que educan sí, pero valores económicos, pues se negaron a aplicar un descuento en el pago de las colegiaturas solicitado por algunos padres de familia que no tienen recursos en estos momentos.

La respuesta del colegio fue que les ofrecían a los alumnos una regularización y cursos de verano, pero de descuento nada, se hicieron los occisos.

En un oficio, les avisaron a los padres que “estuvieran pasando por mal momento” que podían pagar el 50 por ciento de la colegiatura en abril y el otro 50 por ciento hasta el final del ciclo escolar, pero descuento… ¡nada!

“Nosotros tenemos a nuestros hijos aquí, para que ellos tengan una mejor educación y hacemos de manera regular los pagos, pero ahora nos quedamos sin empleo, es por eso por lo que pedimos apoyo, pero nos fue negado”, comenta un padre de familia.

Los padres de familia se sienten impotentes, ya que por la contingencia sanitaria no se puede convocar a una junta con los directivos del colegio Benito Juárez para que se llegue a un acuerdo y no vayan a negarle a los estudiantes el ingreso al plantel una vez que se levanten las restricciones de la pandemia o no les permitan hacer exámenes.

Los colegios, señalan los padres de familia inconformes, no tienen muchos gastos de operación en estos momentos como consumo de agua potable, energía eléctrica, etc., ahí se están ahorrando dinero, por lo que piden sean más conscientes sobre la situación que prevalece.

Hay padres de familia que de plano van a sacar a sus hijos de este colegio, sobre todo a los que van empezando en kínder, pero les preocupa los que están en secundaria y ya van a preparatoria, pues de no haber dinero, perderían el acceso al bachillerato.

FINANCIERA INDEPENDENCIA

Otra afectada por acoso es la señora Yolanda, ella indica que su esposo obtuvo un crédito con la empresa denominada “Financiera Independencia”, pero esta firma comenzó a molestarlos de forma insistente. Dijo que sólo se atrasaron una quincena –la última de marzo—y después le enviaron a un cobrador que los amenazó. Les advirtió que los iban a embargar y que su caso sería turnado al departamento jurídico y que además iban a investigar para ver si era cierto que lo habían despedido de su trabajo. Todo esto, solo por un pago atrasado de mil 200 pesos.

La señora cuenta que ella y su marido trabajan en el hotelería, que sus fuentes de trabajo cerraron, que eso le dijeron al cobrador de la Financiera Independencia, pero este los maltrató y hasta los amenazó.

“El cobrador vino el día 08 de abril alrededor de las 2:00 de la tarde, se le hizo saber que nos habían dado de baja en nuestros trabajos, a mí y a toda mi familia, que por el momento no se contaba con el dinero para ponernos al corriente; (pero el sujeto) contestó de manera grosera, que a él lo habían mandado por el abono, y que si nos habían corrido, nos tenían que dar un papel por parte de la empresa a la cual habíamos pertenecido donde se especificara que ya no trabajamos ahí, y que con ese documento ellos irían a investigar si realmente nos habían corrido. Dejó un papel en blanco donde solo se especifica su nombre, ya que como nos pusimos a la altura de su prepotencia, solo dijo que cualquier aclaración o duda ahí estaba su nombre escrito y que pasáramos a la sucursal hablar con su jefe de nombre Hugo”, subraya esta mujer.

PROCESOS LEGALES

Otra mujer que ha sido objeto de hostigamiento, indica que una abogada de la empresa “C&A” le llamó para exigirle el pago de la mensualidad o que de lo contrario se enfrentaría a un proceso legal.

“Siempre he sido puntual con mis abonos y con todo esto (de la epidemia) no les he podido pagar la mensualidad y según ya me mandaron a jurídico por incumplimiento de contrato. Tiene días que me llegan mensajes muy groseros y ayer me llamó una abogada. Aproveché para tratar de llegar a un acuerdo, pero su idea de "acuerdo" es exigir el pago de la mensualidad completo o si no continuarán con los procesos legales”, añade.

Y así como estas firmas, hay otras que no ofrecen alternativas a sus clientes, como la mueblería VIU, que realizan cientos de llamadas diarias a sus abonados para pedirles que acudan a pagar o lo hagan “en línea desde su hogar” con tarjeta de crédito, ya que, si no lo hacen, los intereses van a aumentar, les advierten.

Por el estilo está Famsa –mueblería y banco que se dedica a prestar dinero con altísimos intereses--, pues sus empleados realizan hasta 30 llamadas en un día a los clientes para presionarlos. Y en horas no apropiadas ponen una grabadora en los teléfonos de las personas para recordarles que tienen un adeudo.

“Si te pasas un día, te cobran 150 pesos más a tu deuda y te dicen que ya te boletinaron al buró de crédito”, señala otra persona afectada.

LA SURTIDORA, BANCO AZTECA Y ELEKTRA

La Surtidora Departamental es otra de las empresas carroñeras que pretenden exprimir a sus clientes en estos meses de contingencia sanitaria, les llaman, los hostigan y les cobran 17 pesos diarios por cualquier atraso en sus pagos.

“En Guadalajara –comenta un hombre que es cliente de la Surtidora—te cobran intereses y gastos de cobranza por día. Todavía faltan tres días para tu abono y ya te están hablando a las 5:00 de la mañana”.

Pero los peores son los de Banco Azteca y Elektra de Ricardo Salinas Pliego, estos se llevan a todos en eso de atemorizar a sus clientes y cobrarles en plena pandemia.

Hay casos en que llaman a personas que ni siquiera son clientes de Banco Azteca, para exigir un pago de un crédito que ellos no solicitaron ni contrataron, solo dicen que ese número de celular fue registrado por un fulano que no es usted, y que por ese simple hecho usted es el deudor.

LAS MAÑAS

Las y los empleados de Banco Azteca no verifican que el número de celular pertenezca a la persona que les está solicitando un crédito, ellos lo dan como un hecho y después le cobran al verdadero dueño de la línea telefónica.

Tiendas departamentales como La Surtidora, a veces entregan tarjetas a personas cuyo error es aceptarlas, pues, aunque no las usen ni compren nada con el plástico, posteriormente les aplican cargos de compras que ellos no hicieron.

Cuando los afectados reclaman, nadie resuelve el problema, ah, pero eso sí, te mandan injustamente al buró de crédito, dice otro afectado.

La mayoría de las personas que se comunicaron con este medio, dejan en claro que ellos no piden que les perdonen o les condonen las deudas, solo que les den tiempo y plazos para pagar, pero sin intereses ni gastos de cobranza.

Pero los buitres de la pandemia están haciendo precisamente lo contrario, hostigan a sus clientes, los amenazan, los presionan y les cobran intereses moratorios por atrasos en los pagos.

¿Quién les pone un alto?

¿Los regidores, el alcalde Arturo Dávalos, el diputado Luis Munguía, la legisladora federal Lorena Jiménez, los senadores, los sindicatos, las cámaras empresariales, el gobernador?

¿Quién se apunta?

 

 

 

 

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