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Lunes, 25 Julio 2022 00:45

Nivel de desconfianza entre mandos policiacos y castrenses acentúa crisis de inseguridad Destacado

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Por Jorge Olmos Contreras

Después de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador se desataron una serie de informaciones que dibujan el inicio de lo que pareciera ser una profunda crisis en materia de inseguridad pública en Puerto Vallarta y que fue acentuada con la ejecución de tres personas en menos de 24 horas entre la tarde noche del sábado y la mañana del domingo. Por cierto, uno de los hombres fallecidos, el de la colonia Volcanes, fue asesinado delante de su hija de apenas 13 años.

Todo esto sucedió apenas unas horas después de que el presidente Luis Alberto Michel Rodríguez anunció la compra de 100 patrullas para fortalecer la seguridad pública del municipio, anuncio que por desgracia fue opacado por los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) --que cada tres meses da a conocer el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI)-- ya que Puerto Vallarta pasó de una percepción de inseguridad del 26.4 por ciento en marzo pasado, a 41.0 por ciento en junio, lo cual, señala la dependencia, representa un cambio estadísticamente significativo.

Otras ciudades que registraron un cambio abrupto en la percepción social sobre inseguridad pública, es decir, que tuvieron un brinco considerable, además de Puerto Vallarta, son Mexicali, Los Cabos, Chihuahua, la delegación Gustavo A. Madero en la Ciudad de México; Ixtapa Zihuatanejo, Morelia y Lázaro Cárdenas, Michoacán; San Pedro Garza García, Nuevo León; Puebla, Mazatlán, Los Mochis; Ciudad Obregón, Sonora, así como Tampico y Nuevo Laredo Tamaulipas, entre otras.

Y fue precisamente en el mes de junio en que los ciudadanos encuestados comenzaron a sentir más inseguridad en Puerto Vallarta, según esta encuesta, ya que del 39.4, subió al 41.0; al grado que somos, después de la zona metropolitana de Guadalajara, la ciudad más insegura de Jalisco, de acuerdo con los datos revelados por el INEGI.

¿QUÉ LECTURA NOS DEJAN ESTOS DATOS?

Bueno pues que algo pasa con el manejo de la seguridad pública en Puerto Vallarta, que no están funcionando los mandos militares y que, pese al despliegue de elementos de la Guardia Nacional y del ejército en diferentes colonias del municipio, los resultados han sido muy pobres, por no decir prácticamente nulos, pues los robos siguen en aumento, los asaltos también y lo que es peor, los homicidios ya comenzaron a sentirse, por desgracia, otra vez en nuestra –dicen las autoridades-- tranquila y apacible ciudad.

Hay un dato revelador que ningún regidor del Ayuntamiento, mucho menos la señora Sara Mosqueda, que es la edil que encabeza la comisión de seguridad pública, ni el alcalde Luis Michel, han puesto atención. Se trata del enorme nivel de desconfianza que existe entre los mandos castrenses que dirigen la comisaría de seguridad pública y los comandantes y tropa de la policía municipal.

Se sabe que el sentimiento es recíproco, es decir, que los policías municipales no le tienen el mínimo de confianza al capitán de fragata de la Secretaría de Marina, Eloy Girón Alcuria, el actual director de seguridad pública.

En este contexto, es claro que un cuerpo de seguridad pública no puede trabajar con eficiencia y mucho menos con eficacia, si la percepción de desconfianza está entre todos los mandos, porque pareciera que el capitán Girón está más preocupado y entretenido en vigilar a sus policías, en revisarles el celular, que en brindar seguridad a los ciudadanos. Lo mismo, pero al revés, los policías están más atentos a los pasos que sigue el capitán Eloy, que en cuidar las colonias de Puerto Vallarta… Y así, así no se puede trabajar.

Si a esto le sumamos el discurso “triunfalista”, retórico y demagógico de las autoridades en decir que Puerto Vallarta es una ciudad segura y que aquí no pasa nada, pues el resultado final es que el gobierno municipal puede perder credibilidad, que tarde o temprano puede exhibirse y queda mal ante los ojos de los ciudadanos, sobre todo, porque dicen una cosa y en la práctica hacen otra… Pues no se puede andar por ahí diciendo que vivimos en la ciudad más segura de México y a la vez traer atrás 10 o 15 escoltas fuertemente armados.

CHIQUITOS Y OREJONES

Mientras todo esto ocurría, saltó otro escándalo y ahora… ¡otra vez ¡está involucrado el director del Seapal y coordinador del gabinete del profe Michel, Salvador Llamas Urbina, a quien acaban de denunciar por usurpación de funciones ante la fiscalía Anticorrupción de Jalisco, dizque por presentarse y firmar como ingeniero, sin serlo.

Hasta ahorita, Salvador Llamas no ha dicho nada al respecto, pese a que lo buscamos para que nos diera su versión, pero como usted sabe, el señor Llamas no quiere a los medios, no contesta y su actitud nos recuerda –y mucho-- al ex director del Seapal en tiempos priistas, Rodolfo González Macías, quien, en sus ínfulas de prepotencia, poder y soberbia afirmaba que los vallartenses éramos chiquitos y orejones y que la prensa de Vallarta estaba al nivel del drenaje. De ese tamaño eran los insultos del ya desaparecido González Macías, pero miren, el tiempo pone a cada quien en su lugar.

Pero bueno, este tema, el de Salvador Llamas, lo veremos en otro análisis.

 

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