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Lunes, 19 Septiembre 2022 02:07

Imperdible, discurso de Yerena tras dejar la Federación de Trabajadores de Jalisco; de ayudante de mesero a líder sindical Destacado

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Por Jorge Olmos Contreras

Hoy hace nueve días se dio el cambio de estafeta en la Secretaría General de la Federación de Trabajadores de Jalisco (FTJ), donde el líder obrero, Rafael Yerena Zambrano dejó el cargo que ocupó a lo largo de 18 años y dejó en su lugar a otro viejo conocido de Puerto Vallarta, a Juan Huerta Péres, quien algún tiempo incursionó en los medios de comunicación con la apertura del periódico El Nuevo Heraldo, que manejaba junto con José Luis Díaz Boriolli.

Juan Huerta fue quien le limpió el camino a Rafael Yerena cuando lo nombraron secretario general de la FTJ (en Guadalajara había un grupito de inconformes que hasta un balazo le dieron al pobre Juan), cargo que ningún otro vallartense o político de la región ha alcanzado en la vida sindical de Jalisco, pero Yerena lo logró.

Lo anterior viene a colación porque el sábado 10 de septiembre en que la FTJ de la CTM celebró su Congreso Extraordinario para formalizar este cambio, Rafael Yerena pronunció un discurso que no tiene desperdicio y que debe ser lectura obligada para quienes nos dedicamos al periodismo y también para los actores políticos y quienes estén interesados en la historia de Puerto Vallarta, porque nos permite ver cómo algunos personajes de la vida social, sindical y política  --pese a las críticas y denostaciones que se hacen de forma tan liviana ahora en las redes sociales—han sobresalido más que otros.

DE MIRANDILLAS A VALLARTA

Por ejemplo, Rafael Yerena contó en ese discurso que llegó a Puerto Vallarta en 1964 procedente de un pueblito que está en medio de la sierra llamado Mirandillas, en Mascota.

Dijo que en 1965 consiguió su primer trabajo formal, que fue contratado como mozo de limpieza en el hotel Posada Vallarta, por la suma de ocho pesos 50 centavos por día, que ese era el salario mínimo.

Un año después, en 1966 –indicó-- pasó al restaurante La Bota, un restaurante joven con un concepto español, llamado así, La Bota; que ahí trabajó de lavaplatos y que se enseñó a cargar la charola para después estudiar inglés.

Que en 1967 salió el primer hotel vertical en Vallarta, una construcción nunca vista, de 10 pisos, el cual albergó el hotel Delfín. De inmediato, agregó, se fue a trabajar ahí como ayudante de mesero, después, ascendió a mesero, posteriormente a capitán de meseros y luego a director de alimentos y bebidas.

En el hotel Delfín, apuntó, fue nombrado por primera vez delegado sindical. Y recordó que hace 52 años, por estas fechas, se dio en Puerto Vallarta el encuentro de los presidentes de México, Gustavo Díaz Ordaz y de los Estados Unidos, Richard Nixon.

EL ENCUENTRO DÍAZ ORDAZ-NIXON

Este evento –puntualizó Yerena-- posicionó al puerto de Vallarta ante el mundo; ya que en esa misma fecha se le otorgó la categoría de ciudad; se inauguró el aeropuerto, la carretera Tepic-Puerto Vallarta, el muelle del Estero El Salado y se conectó a Vallarta con la red nacional de microondas, todo por el relevante encuentro de las dos naciones… y el hotel sede del presidente Díaz Ordaz y su gabinete, fue el Delfín.

En este escenario, Yerena tuvo la fortuna de ser seleccionado por todos sus compañeros, por el servicio secreto de los Estados Unidos y por el Estado Mayor Presidencial (ni más ni menos), como mesero exclusivo para servir en todos los eventos a los presidentes; sirvió en la comida oficial, en su plática privada y en el desayuno oficial de los mandatarios.

Para 1976 Yerena ya era regidor, ya que fue edil por primera vez en el Ayuntamiento que presidió Eugenio Torres Ramírez (aquél del “no lo queremos” y por el cual un grupo de vallartenses tomaron y bloquearon el puente del río Cuale); algo inédito para la época, ya que estos puestos tradicionalmente los ocupaban los secretarios generales de los sindicatos y Yerena se desempeñaba solo como secretario del trabajo.

Otra anécdota que contó fue cuando conoció al fallecido líder sindical de Jalisco, Heliodoro Hernández Loza, a quien lo vio en una fiesta, le causó buena impresión su trabajo por el trato que le daba al personal y en diciembre de ese año, 1976, fue candidato a regidor.

LAS ENVIDIAS

Y como en todo hay recelos y envidias, más en la política, Rafael Yerena, --que en ese tiempo tenía 26 años y ya era regidor--, comenzó a tener problemas con el entonces secretario general de la CTM en Vallarta, con Benjamín Macedo Villaseñor –a quien le decían El Plátano--, quien para pronto negoció la liquidación de Yerena en el hotel Delfín para que lo despidieran.

El líder obrero subrayó que le correspondían por liquidación la cantidad de 84 mil 500 pesos, pero que Benjamín Macedo negoció para que le pagaran solo 35 mil, pero Yerena, nada dejado, no aceptó y logró que le pagaran todo, ahí nació el distanciamiento entre estos dos personajes, al grado que, en ese mismo año, 1976, los trabajadores convocaron a una asamblea para destituir a Benjamín Macedo, lo cual lograron y eligieron a Yerena como su nuevo secretario general.

A continuación, por su importancia histórica, transcribimos casi íntegro el resto del discurso de Rafael Yerena Zambrano:

“Esto generó la molestia de mi secretario general, entonces el compañero Benjamín Macedo Villaseñor, pensó que lo estaba brincando y comenzaron mis problemas. Este consideró como un peligro de avance personal y de inmediato negoció mi liquidación. No acepté, me pelee con él e hice que la empresa me pagara completo, ahí nació el distanciamiento entre el secretario general del sindicato y su servidor.

En 1976, siendo parte del Comité y viendo el desencanto generalizado de los compañeros, promoví su salida de la secretaría general. La Asamblea la hicimos a las 12 de la noche, y asistieron todos, todos los militantes del sindicato. Era tanta la molestia, que asistieron de más. La Asamblea se celebró en el teatro Vallarta con un lleno total de 600 personas aproximadamente, cuando el sindicato contaba con una membresía de 450 socios.

Naturalmente, fui electo secretario general y ahí dio inicio mi carrera al frente de este sindicato. Recibí una organización muy desacreditada, nadie nos quería fiar, nos cortaron la luz, nos cortaron el teléfono, nos iban a desalojar por falta de pago de rentas, solo nos dejó una máquina de escribir y un escritorio, tres sillas y unos lápices… y así volvimos a iniciar”, manifestó Yerena Zambrano.

COMPAÑEROS “SIN MADRE”

En este discurso –pronunciado en la presencia del líder nacional de la CTM, Carlos Aceves del Olmo (en la fotografía con Yerena)— el protagonista de esta historia compartió dos anécdotas al respecto:

“Una vez celebrada la asamblea, le llevo a don Heliodoro la documentación para que nos autorice el registro del nuevo comité; llevaba toda la documentación, pero solo con el primer apellido de todos los compañeros. Don Heliodoro la revisa, me mira sobre sus lentes y me dice “¿y qué, sus compañeros no tienen madre?” … Me regresó la documentación”.

“La otra anécdota fue que, una vez corregida la documentación, regresé, la revisó, estuvo de acuerdo y me la firmó. En ese momento le pedí que me diera un consejo sobre cómo desempeñar el cargo de secretario general, consejo que hoy les comparto con todo gusto, especialmente a todos ustedes, los más jóvenes. Don Heliodoro tenía sobre su mesa una Ley Federal del Trabajo, la agarró y me dijo: “léala, apréndasela y nomás no se salga de este librito y atienda a su gente, ese será su éxito”.

Más adelante, recordó:

“En 1979 viene don Fidel Velázquez a inaugurar el edificio de la federación regional en Puerto Vallarta. En la comida de despedida me tocó el discurso, el cual me lo preparó mi entonces asesor jurídico, el licenciado José Luis Aravit. Era tanto nerviosismo por hablar ante don Fidel, ante don Heliodoro y ante el Comité Nacional, que nunca me acuerdo cómo me fue, nunca me he acordado que vi, solo recuerdo, como si fuera ayer, que, al terminar, don Fidel, y don Heliodoro se levantaron y me abrazaron. Doña Nora, esposa de don Fidel me dijo: “muchas gracias Yerena, nunca había visto que mi viejo se emocionara con un discurso” … y Me gané la simpatía de don Fidel y de don Heliodoro una vez más”.

“(Pero me gané) … la antipatía del otrora secretario general de la Federación Regional de Puerto Vallarta, del compañero Carlos Everardo Robles Herrera, pues sintió que lo iba a rebasar… y así sucedió.

En 1981, don Fidel me mandó a Ginebra, Suiza a la Asamblea Mundial del Turismo con la Organización Internacional del trabajo, la OIT. A la CTM le debo el haber conocido Europa, y a la CTM y al PRI le debo lo que soy y lo que tengo, ya para 1988 aproximadamente se vino en el PRI un proceso que abrió el entonces presidente del PRI nacional, Luis Donaldo Colosio, impulsado y avalado por el entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, para que las dirigencias de los Comités Municipales se dieran con consulta a las bases.

GUSTAVO VS YERENA Y LA VICEPRESIDENCIA

Yo me emocioné y dije voy a jugar para ser presidente del Comité Municipal del PRI y no vi que nuestro compañero de la radiodifusión, Gustavo González Villaseñor, también quería. Me inscribí apoyado por el secretario general de la federación regional y Gustavo participó solo. El secretario general de la federación regional de Puerto Vallarta le pide a don Heliodoro Hernández Loza hable con el compañero Nezahualcóyotl de la Vega, entonces secretario nacional del STIRT y le pida a Gustavo se retire de la contienda. Don Heliodoro me consultó y le dije que no… no don Heliodoro, porque si Gustavo gana la elección, gana la CTM; y si lo retira, no gana la CTM… y me dio la razón, jugamos y le gané por 800 votos.

Ya al frente del Comité Municipal, hice el trabajo que me correspondía y gané la candidatura a la presidencia municipal de Puerto Vallarta. En ese momento, era gobernador del Estado, don Guillermo Cosío Vidaurri, quien propuso a Rodolfo González Macías, hijo de Rodolfo González Guevara para proyectarlo a la presidencia municipal de Vallarta.

El licenciado Cosío Vidaurri no aceptó que yo fuera candidato, a pesar de la insistencia del licenciado Luis Donaldo Colosio y del Comité Nacional de mi central y a pesar de la insistencia, no fui candidato a la presidencia, pero sí a la vicepresidencia.

Don Rigoberto Ochoa Zaragoza (ex cetemista y ex gobernador de Nayarit), me dijo: “Rafa, el gobernador no quiere que vayas, pero don Fidel negoció la vicepresidencia, te recomiendo vengas a darle las gracias a don Fidel, porque te dio manejo de candidato a gobernador.

Al día siguiente estaba en la Ciudad de México, le agradecí el apoyo a don Fidel y le propuse que me dejara fuera de la vicepresidencia para yo seguir haciendo trabajo político y lograr la presidencia en los siguientes tres años y don Fidel, dándole vuelta al puro, me dijo: “Esta es una posición de la CTM compañero, defiéndala” … Y así fui vicepresidente municipal de Puerto Vallarta.

Don Heliodoro Hernández Loza entró al quirófano el 05 de mayo de 1990, en medio del proceso electoral, ya no despertó, falleció el 30 de mayo y ya no pude darle la buena noticia. Con el fallecimiento de don Heliodoro, Carlos Everardo Robles, que no tenía una vida propia, caminaba con la vida de don Heliodoro, comenzó a quejarse de cansancio y a dejar de lado las tareas de la federación, decidió irse 15 días de vacaciones a Estados Unidos y cuando regresó se encontró con la nueva que ya había qué hacer el cambio en la Federación.

Al fallecimiento de don Heliodoro asume la secretaría general de la FTJ, don Catarino Isaac Estrada, los secretarios de la Federación Regional (FRPV) lo visitamos, platicamos con él y con don Fidel y se acordó el relevo de la FRPV, así llegué, por unanimidad de votos.

EL CAPRICHO DE COSÍO… Y LA PERSECUCIÓN POLÍTICA

Siendo vicepresidente municipal, el entonces presidente municipal, Rodolfo González Macías, sale a buscar la diputación federal; y con el entonces gobernador Carlos Rivera Aceves, se acordó que yo fuera el presidente interino, estuve un año en funciones, y a diferencia de los demás interinos, que estos cuidaban nada más el escritorio, me puse a ejercer, como si fuera el primer día de la presidencia municipal y siento que dejé un buen sabor de boca en la población; por desgracia, me tocó entregarle la presidencia a Acción Nacional, gracias al desafortunado capricho del licenciado Cosío Vidaurri por imponer al candidato anterior.

Ya con AN en el poder, se vino una persecución política en mi contra, una de las cosas que no cuidé, fue que el último día extendimos un cheque para el DIF Municipal y cometimos el error de cobrarlo un día después de nuestra salida. Me denunciaron penalmente, me confié, no cuidé la denuncia y me arrestaron, duré 16 horas detenido. No prosperó la denuncia, salí libre.

Al día siguiente de mi detención, me llamó don Fidel para que fuera a su despacho a la Ciudad de México, cuando llegué, me dijo su particular, “don Fidel está en la sala con el presidente, ahí lo va a recibir”. Mi sorpresa fue que estaba todo el Comité Nacional y se pusieron de pie y me dijo don Fidel, líder que no pisa la cárcel, no es líder, bienvenido compañero Yerena.

Con don Catarino, logramos que la Federación Regional de Vallarta se convirtiera en la Federación Regional de la Costa Norte, con Talpa, Mascota, San Sebastián, Tomatlán, La Huerta, Cabo Corrientes y Puerto Vallarta.

El 24 de mayo del 2004, asumo la secretaría general de la FTJ, recibo una federación dividida, enfrentada, con graves problemas financieros, pero sobre todo sin rumbo; una federación que no pudo sobreponerse a la pérdida de su líder, de nuestro líder don Helio.

LA ENTREGA DE ESTAFETA A JUAN HUERTA

Gracias a ustedes, su confianza y su compromiso a lo largo de estos 18 años es que puedo rendir buenas cuentas, dejo el día de hoy la secretaría general pleno y satisfecho, en unidad, de la mano y bajo el consejo de nuestro gran líder nacional aquí presente, don Carlos Aceves del Olmo.

Nuestras finanzas están sanas, nuestra organización consolidada y respetada y me llevo una de las más grandes satisfacciones que he tenido en esta ya larga vida sindical, gracias al apoyo de todos ustedes y de nuestras autoridades, logramos trasladar los restos de nuestro querido don Heliodoro a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, el lugar que se merece don Heliodoro, con el título que se ganó a pulso, armonizador social. Dejo una federación viva, joven renovada y, sobre todo, revitalizada.

Dejo la estafeta a mi amigo y compañero Juan Huerta Péres:

Querido Juan, quiero frente a todos refrendar mi amistad y compromiso contigo, quiero además pasarte el consejo que recibí hace muchos años de voz de uno de los hombres más grandes que he conocido: Juan, todo dentro de la ley, nada fuera de ella y por favor atiende a la gente (así), el éxito está garantizado”.

 

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