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Miércoles, 22 Marzo 2023 00:31

La contadora de periódicos… doña Maritza Añorve, 20 años de voceadora; hoy pide ayuda para su acta de nacimiento Destacado

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Por Jorge Olmos Contreras

Quizás usted la ha visto en la esquina del Pollo Feliz, ahí en las confluencias de las calles 16 de septiembre y Exiquio Corona en El Pitillal, donde ondea los periódicos como si fueran su bandera, los agita para llamar la atención de los posibles compradores y, de paso, pide una ayuda a quien quiera proporcionársela… Es doña Maritza Añorve Ortega, toda una historia, la de una mujer incansable, sola, enferma, pero que sigue al pie del cañón en la cadena de las noticias, pues ella es parte importante de la divulgación de la información que se genera en Puerto Vallarta.

Originaria de Puebla, Puebla, donde nació el 02 de abril de 1957, doña Maritza Añorve ahora vive en la colonia Loma Bonita, ahí tras lomita de la preparatoria Ignacio Jacobo. Desde hace 20 años vende periódicos en Puerto Vallarta, justo en esa esquina que huele a pollo asado al carbón y que todos los martes se llena de personas que buscan las famosas ‘promociones’ del pollo que nunca fue feliz.

Un mal día, Maritza tuvo la mala fortuna de caer de un camión urbano que no hizo alto total y la arrastró varios metros, precisamente en la misma esquina en la que todos los días vende periódicos; desde entonces, trabaja en una silla de ruedas.

MAESTRA, CONTADORA Y VOCEADORA

Con sus 67 años a cuestas, Maritza cuenta su historia: Dice que llegó a Vallarta hace 23 años, que no siempre vendió periódicos, ya que es contador público de profesión y además también fue profesora… “Pero por la edad –en ese tiempo tenía 45 años-- ya nadie me dio trabajo, conseguí empleo en algunos hoteles, pero fue la misma cantaleta, que ya estaba demasiado grande”.

Ella está completamente sola, no tiene familia, estuvo casada pero su esposo enfermó y murió hace 13 años aquí en Puerto Vallarta y en adelante, se las tuvo que arreglar como pudo y una opción fue vender periódicos.

En el año 2003 se inició como voceadora. El trabajo iba bien, a veces tenía buenas ventas, incluso hubo un tiempo en que algunos periódicos se vendían muy bien y le daban buena comisión, como El Meridiano cuando traía nota policiaca fuerte, vendíamos muchos.; o el Vallartauno, que se vendía todo el día que lo sacaban, recuerda.

LA LLEGADA DE INTERNET CAMBIÓ TODO

Sin embargo, con el tiempo y la llegada del Internet todo cambió y ahora la venta ha mermado, al grado de que a veces solo vende siete ejemplares, como el lunes en que le compraron siete periódicos del Meridiano.  Antes, cuenta con cierta nostalgia, diario vendía entre 80 a 100 Meridianos… “en la mañana ya había terminado y ahora son las nueve de la noche y todavía me quedan tres”.

Pese a las adversidades, doña Maritza no se da por vencida, ella sigue apostada en las esquinas de 16 de septiembre y Etziquio Corona de El Pitillal todas las tardes y gran parte de la noche. Pero ya no es lo mismo desde el accidente que sufrió al bajar del camión urbano, sus piernas ya no le responden y desde entonces utiliza una silla de ruedas para desplazarse.

Su caminar ya es un poco lerdo, anda sola y esperando, tiene la tristeza larga, de tanto venir andando --como dice la canción de Piero--, como perdonando el viento, pues de Loma Bonita hasta la esquina del Pollo Feliz, hace 40 minutos, “está cerca, pero para mí es muchísimo”--- platica doña Maritza, ahí pasa el tiempo vendiendo sus periódicos, ella ya sabe a qué hora pasan las personas que le compran.

UN ACTA DE NACIMIENTO, EL ANHELO

Con sus dolencias y los achaques propios de la edad, aunado a la poca venta, doña Maritza ahora pide ayuda. Su anhelo principal es conseguir su acta de nacimiento que tiene en Puebla para que le puedan dar seguro social; “pero nadie me ha podido ayudar, las autoridades se convierten en puras promesas”.

Maritza le hace una petición especial al presidente municipal, Luis Alberto Michel Rodríguez, que la ayude (a obtener) con su acta de nacimiento y también que la apoye para operarse de sus piernas.

NO LA DEJAN ABAJO

Y aunque las autoridades se hacen de la vista gorda y de plano la ignoran, son otras personas las que la ayudan, ciudadanos comunes y corrientes, los de a pie, los de los carros, los de los comercios aledaños, que –afirma ella-- no la dejan desamparada, le llevan agua, alimentos, ropa y alguna otra ayuda… “yo aquí no sufro”, “no me dejan abajo”, remarca.

Pero ser una mujer sola y estar en la calle hasta altas horas de la noche también tiene sus riesgos, ya que hay sujetos que la molestan y tiene que llamarle a la policía para que los retire, como un muchacho que antes le ayudaba y que ahora difunde mentiras de ella en una cartulina para que no la ayuden, “que dizque porque quiero el dinero para drogas”, se lamenta.

Antes de concluir la entrevista, reitera su llamado de auxilio para que le ayuden a conseguir su acta de nacimiento, trámite que le hemos solicitado al oficial mayor del registro civil del Ayuntamiento de Puerto Vallarta, Jaime Castillo Copado.

La solicitud también se la haremos al diputado federal, Bruno Blancas y a los regidores de Morena, ya que, si en Puebla gobiernan políticos de Morena, nada les cuesta ayudar a esta pobre mujer, cuya enfermedad en sus extremidades inferiores va en aumento.

Si usted es solidario, ayude a doña Maritza, la vida misma se lo agradecerá… Como dice el refrán, haz el bien sin mirar a quien.

 

 

 

 

 

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