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Martes, 12 Diciembre 2017 08:34

El PRI oculta las verdaderas razones de la declinación de César Abarca

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Por Jorge Olmos Contreras

Fiel a su costumbre, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) decidió esconder en lo más profundo del baúl de los secretos las razones por las que no permitió que el actual director del Seapal, César Abarca Gutiérrez, se registrara ayer como precandidato a la presidencia municipal de Puerto Vallarta. Sin embargo, con las horas se van despejando dudas del por qué los líderes de ese partido le cerraron el paso al priista mejor posicionado para contender por la alcaldía de este destino turístico.

No se trata de ninguna negociación cúpula, ni mucho menos de un “dedazo” o un pleito de dinero, la decisión de respaldar una candidatura de unidad en torno a Roberto González Gutiérrez. No, el motivo fue otro y lo tienen muy bien escondido los priistas que estuvieron en la toma de decisiones desde la semana pasada y cuya reunión cúspide fue el martes en la ciudad de Guadalajara.

Si bien es cierto que César Abarca ha hecho un buen trabajo al frente del Sistema de los Servicios de Agua Potable, Drenaje y Alcantarillado, y que resultó un mejor administrador, y que además logró posicionar muy bien su imagen en las colonias populares con la inauguración de servicios y la puesta en marcha de los llamados Aguamaticos, también lo es que tiene por lo menos dos cadáveres en el closet que fueron determinantes para que le pidieran –más bien le exigieran-- que no se registrara.

La excelente relación que tiene César Abarca con el magistrado Leonel Sandoval, con el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval y con Enrique Dau Flores, el funcionario más influyente del gabinete de Aristóteles en materia de agua potable, no fue suficiente para destrabar un tema que César venía arrastrando y que, como dijimos, fue determinante para su descarrilamiento.

TEMOR FUNDADO

Y es que el temor fundado de la cúpula priista era que los futuros adversarios de César Abarca en una eventual contienda electoral, le reventaran en plena campaña estos dos asuntos escabrosos y espinosos que darían al traste cualquier posibilidad de triunfo y, desde luego, el fracaso rotundo de una inversión política.

Por estos mismos motivos, César fue llamado a Guadalajara el martes, en donde el mismísimo gobernador y otros connotados priistas le comentaron los riesgos que había si se registraba como precandidato y luego fuera el candidato oficial del PRI a la alcaldía vallartense.

Una semana antes, César Abarca era el preferido de todos, incluidos los que ahora le exigieron declinar, pero el escenario cambió con el mensaje que envió la dirigencia nacional del PRI y su precandidato a la presidencia de la República, José Antonio Meade, de buscar los perfiles más adecuados a las nuevas circunstancias del país.

NUEVOS PERFILES

Luego, el “destape” de Miguel Castro Reynoso como precandidato a la gubernatura de Jalisco, fue otro aviso de que el perfil o los perfiles de candidatos a puestos de elección popular deberían alejarse de todo lo que oliera a dinosaurios o a bebesaurios, a políticos rancios que ya nada tienen que hacer en el otrora partidote. Y aunque no es el caso de César Abarca, porque es un joven dinámico y que ha aprendido mucho al administrar el Seapal, sus dos prietitos en el arroz fueron suficientes para que se generara un tropezón que se sintió como un tsunami al interior de las oficinas del Seapal y en las mismísimas filas del priismo vallartense.

Nosotros no somos los indicados –porque el entorno cambió, dijera Manlio Fabio Beltrones—para revelar en estos momentos esos dos factores que sentaron a César Abarca y que le dejaron libre el camino al ex director del TEC Vallarta, Roberto González Gutiérrez, pero con el paso de los días saldrán más datos para explicar lo que a muchos extrañó, y que fue la decisión del PRI para dejar fuera de la jugada a César.

Pero lo más interesante y rescatable de todo esto, fue la postura que asumió César Abarca al regresar de Guadalajara después de las 13:00 horas del martes, pues con la frente en alto y con una disciplina increíble y un ánimo digno de impresionar a cualquiera, se fue a las oficinas del Comité Directivo Municipal del PRI Vallarta para respaldar en todo momento al ya precandidato oficial a la presidencia municipal, Roberto González.

Todavía por la tarde, César nos comentó que Roberto es buen amigo y buen perfil, que iba a echarle la mano en todo, lo que nos indica que el joven director del Seapal supo escuchar, no se aceleró ni hizo berrinche alguno, se dio cuenta que el panorama electoral no es el mejor en estos momentos, que enfrente está un partido MC muy fuerte y competitivo; y asumió su postura de hombre leal para unirse al proyecto de Luis Roberto González Gutiérrez.

LOS MUERTOS QUE VOS MATÁIS… GOZAN DE CABAL SALUD

En política no hay muertos –eso siempre hay que recordarlo—y aunque muchos daban por perdido a Roberto González y decían que el suyo era un sueño guajiro, al final les ganó a todos y ahora ya es el precandidato oficial. El reto, su reto, es aglutinar a todos los priistas y simpatizantes tricolores para que se unan en una sola causa, lo cual se antoja difícil, pero no imposible.

Por otra parte, no hay que perder de vista a Eliseo Aréchiga, quien también se disciplinó –de lejos, pero se disciplinó al no registrarse—y está en espera de ver para dónde camina, de tomar decisiones, de negociar posiciones en la planilla de Roberto y lograr acuerdos para su gente, o de plano buscar nuevos horizontes.

Una cosa si debemos criticar, los dirigentes del PRI estatal no tuvieron la decencia ni la delicadeza de informar a los otros contendientes, con tiempo, que Roberto González iba a ser el único aspirante que se registrara. Todos se enteraron por una llamada que desde muy temprano hizo el lunes Rafael Yerena a sus allegados de la CTM para decirles que el candidato iba a ser el maestro Luis Roberto.

En otras palabras, no se cuidaron las formas. Y si se trata de sumar, pusieron (y ponen) en riesgo el proyecto de Roberto González, que ninguna culpa tiene de estos descuidos.

Antes de despedirnos, permítanos hacerles la siguiente pregunta: ¿Es en serio que Javier Bravo quiere ser candidato --¡otra vez! — a la diputación federal por el 05 distrito?

¿Acaso no sabe Javier que trae un problemón de desacato a un juez federal por el asunto del pleito civil que trae por la custodia de su hija?

En fin, este será tema de otra columna.

 

 

 

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