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Miércoles, 23 Enero 2019 07:11

La “jefa del estado mayor” de Alfaro exhibe al gobernador en sus giras por Vallarta

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Por Jorge Olmos Contreras

Quiere ser el ajonjolí de todos los moles, la quinceañera de la fiesta, la novia de la boda y hasta el muerto del velorio si pudiera. Su comportamiento es digno de un estudio psicológico profundo o ya de perdida de uno loquero del Pitillal. Lo cierto es que la dama de la cual nos vamos a ocupar en esta columna ya comenzó a darle problemas de imagen al nuevo gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez.

Si todos creían que Gustavo Fong Patiño era el personaje que más problemas le daría a Enrique Alfaro –por su cercanía con el gober, pero sobre todo por los escándalos en los que acostumbra a involucrarse Fong— en Puerto Vallarta, la mujer de la fotografía dijo “quítate que ahí te voy”.

Nos referimos, claro, otra vez a Melissa Madero, la muchacha que Enrique Alfaro incrustó en la nómina del Ayuntamiento de Puerto Vallarta desde la administración de Ramón Guerrero Martínez, y que fue tan conflictiva que terminó siendo una “aviadora” más en el primer gobierno municipal de Arturo Dávalos Peña.

LA DOÑA

La señora –porque también es doña—siempre ha presumido una íntima relación con Enrique Alfaro Ramírez; y por su comportamiento y los apapachos que le da el gobernador cuando viene a Vallarta, todo parece indicar que así es, que la amistad va más allá de la frontera que hay entre lo íntimo y el cariño de cuates.

Con estas credenciales, Melissa Madero se pavonea en Puerto Vallarta y lo mismo se autonombró presidenta de la VI Junta Local de Conciliación y Arbitraje (donde es una simple aviadora), que se erige como la publirrelacionista de la nueva empresa que maneja los camiones del transporte urbano de esta ciudad.

Y como Enrique Alfaro parece que le consiente todo, Melissa Madero no sólo agarra la pata cuando le extienden la mano, sino otras cosas, al grado de que ella solita ya se nombró “coordinadora de avanzada” de giras del gobernador.

Todo estaría bien hasta ahí, pero la mujer ha tomado tan en serio su papel, que ha cometido cada pifia en las giras del señor Alfaro Ramírez. Ella se comporta como “jefa del estado mayor” de Alfaro, se entromete donde sea, se introduce donde la dejan y hasta es capaz de romper protocolos y sacar de reuniones y eventos a quien ella cree que no debe estar cerca del jefe del ejecutivo estatal.

COMPLEJO DE PRIMERA DAMA

En la más reciente gira de Enrique Alfaro, la del pasado lunes, Melissa Madero se comportó como si fuera la primera dama de Jalisco durante el cambio de mandos de la comandancia de la zona naval militar.

Sí, la señora Melissa –con esa exquisitez que tiene para comportarse de lo más corriente—rompió el protocolo en la zona naval y cuando el almirante y el gobernador se dirigían a sus lugares, ella se metió entre los dos personajes y quedó por unos momentos en medio, hasta que dos mujeres oficiales de la Marina Armada de México fueron por ella, la cogieron del brazo y la retiraron con cierta amabilidad a donde estaban todos los invitados a la ceremonia.

Más tarde, muchas personas vieron cuando el gobernador le aventó la mano a la Melissa Madero porque de plano ella quería agarrarlo del brazo y caminar con él como si fuera la esposa.

PEOR QUE EL ESTADO MAYOR

Las cosas del mal comportamiento de Melissa no pararon ahí, ya que minutos después, en el hospital Regional, el gobernador quiso que por respeto a los enfermos sólo entraran él, el alcalde y tres personas más del gobierno del Estado. Un fotógrafo del municipio se adelantó un metro para tomar fotografías, pero en eso sintió que alguien le apretaba el brazo y lo sacaba casi a jalones del nosocomio.

Ese apretón al reportero gráfico fue precisamente de Melissa Madero, una persona que nada tiene qué hacer en las giras de Enrique Alfaro y que, si la dejan que continúe con estas poses y estas ínfulas de creerse la primera dama, la coordinadora de avanzada del gobernador o la jefa del estado mayor de mandatario estatal, un día va a terminar avergonzando a Alfaro o peor que eso, lo va a meter un serio problema.

Enrique Alfaro debe entender que las formas de gobernar y los estilos ya cambiaron, que el mismo presidente de México Andrés Manuel López Obrador está poniendo el ejemplo y que él, el señor gobernador, no debe tolerar este tipo de exhibicionismo en sus giras de trabajo.

 

 

 

 

 

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