En su iniciativa presentada en el Congreso del estado el pasado 14 de mayo, Luis Munguía solicita la intervención del Gobierno del Estado de Jalisco, para que por su conducto e intercesión se agilicen los trámites de expropiación y a su vez se tomen todas las medidas necesarias para garantizar la protección de los derechos individuales y colectivos de dicha comunidad, misma que se fundamenta en la siguiente exposición de motivos:
Que en el año de 1937 se creó por decreto presidencial el Ejido de Boca de Tomatlán y Mismaloya para dotar de medios de subsistencia a los vecinos de la localidad, expropiando tierras que hasta entonces pertenecían a un hacendado de aquella época. En aquel tiempo, como debiera ser ahora, se ponderaron los intereses de la población y el bienestar público por encima de intereses particulares.
Que al correr de los años la población fue creciendo, dedicada principalmente a actividades agrícolas y debido a la belleza de sus playas, en 1963 se filmó ahí la película “La Noche de la Iguana”, protagonizada por los famosos actores Ava Gardner y Richard Burton, quien asistía acompañado de su reciente pareja, Elizabeth Taylor. Esto marcó un boom turístico que impulsó a Puerto Vallarta como un destino turístico internacional y el desarrollo de la actividad turística en Mismaloya.
Que no tardaron en manifestarse intereses personales intentando apoderarse de ese paraíso, buscando por todos los medios embaucar a los pobladores del Ejido de Mismaloya, entre los que se presentó un terrateniente de los alrededores intentando hacer una permuta por terrenos de muy distintas características.
Asimismo, que eventualmente, comenzaron una serie de litigios disputándose las tierras costeras del Ejido que se han venido arrastrando hasta nuestros días, pretendiendo expulsar de sus tierras a toda una comunidad de más de 800 habitantes cuya vida ha estado ligada a esas tierras durante generaciones desde su fundación.
“Luego de largos e intrincados litigios en los que se han señalado múltiples irregularidades y falsificación de planos y documentos, finalmente ha sobrevenido una sentencia firme del Tribunal Unitario Agrario del Distrito Trece en la Ciudad de Guadalajara, Jalisco, en la que se ordena la expulsión de toda la comunidad de sus hogares, incluidas sus escuelas primaria y secundaria; solicitando el auxilio de las autoridades federales, estatales y municipales, autorizando romper candados y cerraduras, el acceso a los domicilios, a sustraer y trasladar los bienes de los pobladores, así como el uso de la fuerza pública.
Los habitantes de Mismaloya han vivido en la zozobra desde entonces, unidos, alertas y vigilantes para la protección y supervivencia de su comunidad, su patrimonio y de su forma de vida, con el temor de que en cualquier momento podría aparecer la fuerza pública y echarlos de sus casas. En resumen, se ha preparado el caldo de cultivo para una previsible catástrofe humanitaria; y todo ello por la decisión de sobreponer los intereses egoístas de un particular sobre los de cientos de personas.
Al causar estado la sentencia y ser la materia del litigio cosa juzgada, evidentemente los pobladores de Mismaloya no tienen más medios legales de impugnación a los que recurrir. En tal virtud, si se pretende salvaguardar el interés superior de la comunidad y evitar un conflicto social de grandes proporciones que pudiera devenir en una lamentable tragedia, es quizás la única salida razonable la expropiación por causas de utilidad pública de las tierras disputadas, en favor del Ejido de Mismaloya”, subraya el legislador local.