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Martes, 17 Junio 2025 02:20

Una cruz de madera y un epitafio ausente, recuerdan a David Alcaraz, el “jefe” de la ‘López Mateos’, ejecutado en 2005

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Por Jorge Olmos Contreras

Colocada en un rincón de las calles Viena y avenida Los Tules en la colonia Gustavo Díaz Ordaz de Puerto Vallarta, se encuentra una cruz de madera que, desde hace 20 años, familiares del delincuente más famoso que ha dado la colonia López Mateos pusieron en el sitio donde fue ultimado David Alcaraz Gómez (a) “El Deivid”, quien fue ejecutado por sicarios luego de que descendió de un camión del IMSS que venía de Guadalajara, a donde David fue a curarse las lesiones que le provocaron un ataque a balazos ocurrido en diciembre del 2004.

La gente pasa y pasa y pocos voltean a ver la cruz que yace sola, donde el aire arroja basura que juega con el viento, ramas secas de un pasado remoto que no volverá.

Otras personas se sientan en la banqueta y atrás se puede ver la cruz que sigue ahí, por toda la eternidad, como un memorial de alguien que escogió el mal camino y que terminó mal.

En ocasiones, aparecen algunas orquídeas en un mes de marzo, justo cuando en ese lugar uno de los sicarios le dio un tiro en la frente para asegurarse de que había cumplido la encomienda de privarlo de la vida.

La fotografía que acompaña este artículo fue tomada en abril de este 2025, y ahí acompañan a la cruz de madera dos pequeños adornos florales en memoria de David Alcaraz.

… DE LO MÁS CORRIENTE

Y aunque no le dedicaron algún epitafio al “Deivid”, bien podría ser una parte de la letra de la canción “Cruz de Madera” de Ramón Ayala, que dice… “Una cruz de madera de lo más corriente… Esto es lo que pido cuando yo me muera… Yo no quiero lujos, ni mesas de adobe… No quiero una caja que valga millones… lo único que quiero es que canten canciones... Que se haga una gran fiesta, la muerte de un pobre… Yo no quiero llantos, yo no quiero penas… Yo no quiero tristeza, yo no quiero nada… Lo único que quiero allá en mi velorio, una serenata por la madrugada… Cuando ya mi cuerpo esté junto a la tumba, lo único que pido, como despedida… en las cuatro esquinas de mi sepultura… como agua bendita, que rieguen tequila…”

Como ya lo hemos consignado en otros artículos, David Alcaraz era el líder de toda la pandilla de “La López” en la década del 2000. David decía a quién robar y a quién no. Tenía tanta influencia sobre los raterillos de la colonia y anexas, como el agua Azul y Buganvilias, que, si una señora o señor iban a pedirle de favor que le ayudaran a recuperar sus cosas robadas, él sólo tenía que dar la orden para que encontraron al ladrón y que regresara lo hurtado, o si no, se atuviera a las consecuencias.

El que se negaba a obedecer al “Deivid” era desterrado de la colonia, y muchas veces desaparecía sin dejar rastro. A otros les aplicaban la ley del Talión y muchos más –los más afortunados—sólo recibían una golpiza del propio David.

CARTAS MARCADAS

Sin embargo, el jefe de “La López” –quien era el mayor tirador de drogas a baja escala en Puerto Vallarta y a veces asaltaba camiones blindados o secuestraba—un día se atrevió a revelar que tenía un plan para “levantar” a las hijas de un conocido narcotraficante del Cártel de Sinaloa que murió en el 2008 –y que era el jefe de la plaza bajo la subordinación del desaparecido capo Nacho Coronel--, y esto fue suficiente para que tuviera los días contados.

Un fin de semana del mes de diciembre del 2004, mientras David Alcaraz hacía ronda con sus amigos a las afueras de la desaparecida farmacia CMQ que estaba a la entrada de la colonia “López Mateos”, hizo su aparición un vehículo con sicarios que le dispararon a mansalva, dejándolo herido de muerte.

Los seguidores del “Deivid”, que eran docenas, quedaron horrorizados y espantados, ya que suponían que nadie, nunca, se atrevería a atentar contra su jefe. Pero ese día se le acabó la suerte a David, quien fue trasladado de urgencia al hospital CMQ en donde hicieron hasta lo imposible por salvarle la vida.

El “Boss” de la López no quedó bien, tuvo que acudir al Centro Médico de Occidente del IMSS en Guadalajara para recibir atención médica cada semana.

No pasó mucho tiempo para que otros sicarios lo esperaran a las afueras de la clínica 42 del IMSS en Puerto Vallarta, y justo cuando bajaba del camión del Seguro, abrieron fuego para matarlo. Se dice que uno de los pistoleros todavía brincó entre la gente para llegar hasta el cuerpo del “Deivid” y darle el tiro de gracia. David quedó viendo hacía el cielo, ahí en la esquina de la calle Viena en su cruce con avenida Los Tules, donde hasta la fecha permanece una cruz de madera en memoria de quien fue uno de los delincuentes más sonados de la década de los 90 y 2000 en Puerto Vallarta.

LOS SICARIOS

Los sujetos que privaron de la vida al otrora “tirador” de la López Mateos fueron detenidos, pero a la fecha se ignora si continúan en prisión.

En ese año, la fiscalía regional informó que los dos presuntos autores materiales del homicidio de David Alcaraz fueron Carlos Javier Ortega López (39 años) y Samuel Rivera Aguirre (27 años) y que eran investigados por el atentado que sufrió “El Deivid” en diciembre del 2004, en donde David Alcaraz fue lesionado de cinco impactos por Luis Armando López Salazar (a) "El Luisón" y Leonel Mendoza Caravantes.

Los sicarios que mataron a “El Deivid” conducían un vehículo Celebrity verde y placas JCP-2080, el cual fue asegurado junto con un rifle de asalto AK-47 con doble cargador, así como una pistola 9 milímetros y 100 cartuchos.

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