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Viernes, 09 Mayo 2025 02:55

Un sinvergüenza en la Convención Bancaria, Miguel Ángel Navarro Quintero, el diputado número 155 que votó a favor del Fobaproa Destacado

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Por Jorge Olmos Contreras

No cabe duda que los políticos están cortados con la misma tijera, que forman una cofradía y que entre ellos mismos se protegen. De otra manera, no se entiende cómo en estos días en que ha resurgido el peor atraco que se ha cometido contra la nación, con la aprobación hace 23 años del famoso y nefasto Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA) --gracias a otro nefasto que lo ha traído a la arena pública y que fue su principal autor intelectual, el ex presidente Ernesto Zedillo) quien rescató a los bancos y empresas al convertir sus deudas privadas en deuda pública y cuya deuda suma ya terrible cifra de un billón 135 mil millones de pesos--, se aparezca tan campante uno de los diputados federales que se sumó a la maquinaria prianista de ese entonces para votar a favor de semejante rescate, nos referimos al gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero.

Con aires de falso populista, Navarro Quintero llegó ayer a la 88 Convención Bancaria acompañado de su delfín –otro manipulador y simulador de buen samaritano—el alcalde de Bahía de Banderas, Héctor Santana, mejor conocido en el bajo mundo como “El Honesto”.

Sin recordar su pasado priista –porque otra de las “virtudes” de los políticos es no tener memoria a conveniencia--, Navarro Quintero se sentó, muy orondo, al lado de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo y hasta se atrevió a dar la bienvenida a los banqueros, sí, a los mismos que él con su voto rescató y trasladó sus deudas a todos los mexicanos, quienes seguimos pagando el peor robo en la historia del país.

EL DIPUTADO 155

Miguel Ángel Navarro Quintero, era el diputado número 155 de la lista del PRI que votaron a favor del rescate bancario y la creación del Fobaproa que hundió a cientos de miles de empresas y dejó en la calle a otros millones de mexicanos que perdieron todo.

Hoy, el gobernador de Nayarit no se atreve siquiera a dar la cara y explicar el por qué votó por la iniciativa del entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.

Ayer, la convención de los banqueros que organiza cada año la Asociación de Bancos de México, era el foro ideal para que Navarro Quintero abordara el tema del Fobaproa y dejara contenta a la presidenta Sheinbaum, pero prefirió ponerse en modo de anfitrión y repartir sonrisas, abrazos y buenos deseos a los presentes, sin recordar que, junto con sus cuates priistas, endeudaron al país para favorecer a los millonarios que quebraron los bancos y después fueron rescatados con dinero de todos los mexicanos.

EL PEOR ATRACO

Para que nunca se nos olvide, cito lo que publicó el portal www.sinembargo.com el año pasado:

“En diciembre pasado se cumplieron 23 años en que legisladores de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) aprobaron el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), un rescate que los mexicanos seguirán pagando hasta el 2070.

El Fobaproa fue una iniciativa presentada por el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) para "rescatar" a bancos y empresas privadas en México, luego de que se desatara la deuda por la serie de factores socio-económicos arrastrados de la administración de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).

La propuesta fue enviada por el expresidente a inicios de 1998 y aprobada en el Congreso —entonces de mayoría priista— con un total de 326 votos a favor, 226 legisladores eran del PRI, 99 pertenecían al PAN, y otro más fue el de Carolina O'farril Tapia, Diputada sin partido.

En ese entonces 158 legisladores votaron en contra de la medida: 124 eran del Partido Revolución Democrática (PRD) —entonces el principal partido opositor—, siete más del PRI, 11 del PAN, seis del Partido del Trabajo (PT), cinco del Partido Verde y cinco de independientes.

Entre los 226 legisladores del PRI que avalaron la creación del Fondo de contingencia se encuentran políticos que hoy defienden los ideales de Morena. Uno de ellos es Ignacio Mier Velazco, actual coordinador del partido guinda en la Cámara de Diputados y que en aquel entonces conformaba la bancada tricolor.

En 1998, Mier Velazco era subsecretario del programa de Acción y Gestión Social del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Ahora, en este Gobierno ha sido uno de los promotores de la Consulta Popular que realizó el Instituto Nacional Electoral (INE) en agosto de este año para abrir la posibilidad de juzgar a expresidentes de México, incluido Ernesto Zedillo, precisamente por haber vuelto pública una deuda de unos pocos cuantos.

EL VOTO DE NAVARRO QUINTERO

Miguel Ángel Navarro Quintero, actual Gobernador de Nayarit de Morena, fue otro de los priistas que hace 23 años avaló la iniciativa, en ese año era delegado especial de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares en Tamaulipas.

En marzo de 2020, cuando el Senado discutía reformar el Artículo 4 de la Constitución para elevar a rango constitucional el derecho a los programas sociales, Navarro Quintero reconoció que fue un error respaldar el Fobaproa, pero pidió no olvidar que la decisión la tomaron tanto priistas como panistas.

“Sí, yo fui legislador cuando lo del Fobaproa que votamos los del PRI conjuntamente con los de Acción Nacional, no se olvida, fue un error. Y lo que decía Martí Batres estoy de acuerdo, a ese se le llamó rescate, a esto se le llama populismo. En mi etapa de conciencia plena social antes de morir, prefiero un capitalismo, un capitalismo que esté al servicio de los pobres”, expuso en el Pleno cuando se discutía el dictamen”.

Hasta ahí lo que publicó dicho portal.

Por eso reiteramos que Navarro Quintero es un sinvergüenza, el sinvergüenza que se paseó ayer en Nuevo Vallarta al lado de los banqueros que él rescató.

Qué fácil es decir que “fue un error respaldar el Fobaproa”. Él, como otros, deberían estar en prisión.

En Puerto Vallarta hay otro personaje que presume ser honesto y empresario moral, pero que también aprobó el Fobaproa, un panista que no tenía necesidad de sumarse a semejante atraco, pero lo hizo por su ambición política.  En otra columna, les diremos quién es.

LA MAGNITUD DE LA DEUDA

Por lo pronto, aquí les dejamos lo que escribió hace unos días el columnista Carlos Fernández Vega en el periódico La Jornada para que vea usted la magnitud del robo.

Allá por marzo de 2005, el entonces presidente de la Asociación de Bancos de (en) México y cabeza visible de Banamex-Citigroup, Manuel Medina Mora (hermano de Eduardo, director del Cisen con Fox y procurador general de la República con Calderón), "exoneró" a todos sus colegas de "cualquier irregularidad" en el "rescate" ordenado 10 años atrás por Ernesto Zedillo, y en nombre de los barones del dinero firmó el acta de defunción del "capítulo Fobaproa". Los banqueros, pues, se lavaron las manos del mayor atraco en la historia de México, y a seguir gozando.

En ese entonces, el saldo de los pasivos del IPAB (el Fobaproa, pero con otra careta) sumaba 676 mil millones de pesos, 22.5 por ciento más que en diciembre de 1998, cuando los prianistas legalizaron el "rescate" bancario de Ernesto Zedillo. Y tan "murió" el citado "capítulo", que 20 años después, al cierre de marzo de 2025, y en la historia de nunca acabar, dicho saldo llegó a un billón 135 mil millones de pesos, es decir, 106 por ciento superior al que priístas y panistas "legalizaron". Ello, sin considerar los más de 2 billones de pesos que se han pagado, sólo por intereses, por el "rescate" bancario.

Entonces, hasta ahora, la aberrante decisión del impresentable Ernesto Zedillo les ha costado, les cuesta, a los mexicanos alrededor de 3 billones 200 mil millones de pesos (480 por ciento más que lo originalmente "legalizado" por los prianistas en aquel diciembre de 1998), y esa deuda no termina de pagarse.

Mientras, a los "rescatados" y a los "rescatadores" no se les ha tocado un pelo, permanecen impunes, y los primeros han acumulado utilidades de cuento de hadas (un monto similar a lo que los habitantes de esta atracada nación han pagado sólo por intereses del "rescate"), con las que sobradamente se pagaría, íntegro, el "rescate" zedillista.

En 1990, antes de la reprivatización de la banca (1991-1992), Carlos Salinas de Gortari creó el Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro); este personaje, junto con Pedro Aspe, entregó las instituciones a los amigos del régimen (en su mayoría especuladores bursátiles sin experiencia bancaria) y ellos se dedicaron a saquearlas hasta reventarlas. Y llegó papá Zedillo, quien ilegalmente cargó a la nación las barbaridades cometidas por ese grupúsculo, incluidos los generosos préstamos personales (relacionados, se llaman) que los neobanqueros se otorgaron (para sí o sus empresas) y que terminaron pagando los mexicanos.

Zedillo justificó que el "rescate" fue para "proteger el ahorro de los mexicanos", pero en realidad entre 90 y 96 por ciento de él se concentró en asumir las deudas de los grandes corporativos, todos amigos del régimen y muchos de ellos barones participantes y aportantes en aquel pase de charola que Salinas de Gortari hiciera (1993) en la casa de Antonio Ortiz Mena para "recolectar fondos" que se destinarían a la candidatura de Luis Donaldo Colosio.

En 30 años del Fobaproa sólo dos neobanqueros terminaron en la cárcel: Jorge Lankenau Rocha y Eduardo Camarena Legaspi (huyó a Estados Unidos, lo agarraron y deportaron y en 2003 lo enchiqueraron). Este par resultó ser el eslabón más débil de la cadena, porque entre los accionistas de Grupo Ábaco-Banca Confía aparecían personajes como Alejandro Junco de la Vega (dueño de los periódicos Reforma y El Norte), Fernando Canales Clariond (gobernador de Nuevo León, secretario de Economía y Energía en el sexenio de Fox), Humberto Lobo Morales (magnate regiomontano), José Maiz Mier (otro empresario regiomontano y suegro del ex gobernador Natividad González Parás) y otros, con los clásicos apellidos Sada y Zambrano.

Entre las "rescatadas" aparecen Tribasa (de David Peñaloza Sandoval), Mexicana de Aviación (entonces de la familia Azcárraga Andrade, la misma que, una vez saneada, Fox le regresó; este ex inquilino de Los Pinos también fue "rescatado" por el Fobaproa), TAESA (entonces propiedad de Carlos Hank González), Salinas y Rocha (del papá de Ricardo Salinas Pliego, quien la recompró por centavos), Celanese Mexicana, Gutsa (de la familia Gutiérrez Cortina) y, desde luego, los accionistas de 17 bancos, mismos que, una vez "saneados", en su mayoría (95 por ciento) fueron extranjerizados (sólo uno, Banorte, quedó en manos mexicanas).

LAS REBANADAS DEL PASTEL

Es una historia de terror, saqueo e impunidad, y qué bueno que la presidenta Sheinbaum ventile este atraco a la nación, aunque falta mucho por divulgar, especialmente los nombres de beneficiarios y funcionarios participantes, todos intocados, con Zedillo en primer lugar”.

 

 

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