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Jueves, 20 Noviembre 2025 00:49

El costo político de no revisar antecedentes; Oscar Pérez, el coordinador de finanzas, un florero de apellido Flores

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Por Jorge Olmos Contreras

Los favores políticos a veces resultan bastante caros –y onerosos para el erario—cuando no se revisan los antecedentes de los personajes que van a instalar en tal o cual, puesto de gobierno, ya que el agraciado no siempre está preparado para el encargo, ni cumple con las expectativas deseadas.

Esto es lo que sucede con Oscar Ernesto Pérez Flores –aquél menudito secretario particular del exalcalde Ramón Guerrero Martínez, mejor conocido como El Mochilas--, quien el pasado 01 de septiembre fue nombrado coordinador regional del Servicio Estatal Tributario de la Secretaría de Hacienda de Jalisco, lo que todos conocemos como la oficina de finanzas del Estado que está en el primer piso del edificio de la UNIRSE.

Oscar Pérez llegó a dicho puesto por un favor que Ramón Guerrero le habría pedido al jefe del gabinete del gobierno del Estado, Alberto Esquer Gutiérrez, quien no tuvo objeción para colocar al muchacho en la silla que antes ocupó Gema Esmeralda de la Torre --la exjefa de recursos humanos del Ayuntamiento de Zapopan--, pues dio el visto bueno para que Oscar se convirtiera en el nuevo ‘recaudador de rentas’.

Sin embargo, en poco más de dos meses como coordinador regional, Oscar Pérez ha resultado todo un fiasco, le quedó grande el cargo y, como ignora todo lo relacionado en materia tributaria, se la ha pasado calentando la silla, no sigue las indicaciones del secretario de la Hacienda Pública, Luis García Sotelo y tampoco da continuidad a las políticas de promoción que anunció recientemente el funcionario estatal para invitar a los ciudadanos a cumplir con el trámite de sustitución de placas y verificación vehicular.

EL FLORERO DE LA UNIRSE

Y es que a Oscar Pérez se le olvidó que llegar a este tipo de cargos también conlleva la responsabilidad de trabajar estrategias políticas –al menos en su tiempo libre—que ayuden al partido del que vienen a aumentar su clientelismo y a fortalecer proyectos presentes y futuros de su instituto político.

No obstante, en la práctica Oscar Pérez no hace ni lo uno. Ha resultado un autentico florero de apellido Flores, y parece que en esas condiciones va a seguir, mientras él se sienta respaldado por el Mochilas y, claro está, mientras el jefe del gabinete estatal no meta reversa en casos como el señor Pérez.

Los ciudadanos de Puerto Vallarta tienen memoria, y no se les olvida el background de Oscar Pérez en su paso por la administración pública del gobierno municipal y su estrecha relación con Ramón Demetrio Guerrero Martínez.

Ejemplos hay muchos, pero uno de los más sobresalientes escándalos en que se ha visto involucrado Oscar Pérez es cuando se habría prestado a ser el testaferro del Mochilas; esto, en la sospechosa adquisición de una lujosa residencia en el fraccionamiento Yubarta de Marina Vallarta, en tiempos en que fungió como secretario particular del expresidente municipal.

Al final, el mismo Oscar Pérez adquirió otra magnifica residencia en el mismo lugar. Y cuando le cuestionaron de dónde obtuvo el dinero para comprar la casa, habría dicho que fue con una herencia que le dejaron sus progenitores.

LAS DOS RESIDENCIAS ADQUIRIDAS EN YUBARTA

De acuerdo con información que manejó VALLARTA UNO ya hace unos años, saltan datos duros como los siguientes:

La casa del Mochilas fue comprada al señor Enrique Tejeda y su esposa, Olga Newton, a nombre de quien tendría que salir la escritura por ser la copropietaria del terreno. El vendedor inicial fue la firma Villas de la Marina, pero como hubo un conflicto entre Villas y Enrique Tejeda, no le podían escriturar la casa a Olga Newton.

Resulta que, en el proceso de la venta ofrecida a Ramón Guerrero, habría intervenido Oscar Pérez a nombre del Mochilas para que le dejaran más barato el inmueble, pues la empresa Villas de la Marina debía alrededor de cuatro millones de pesos del impuesto predial y en la negociación la vivienda habría sido vendida en solo cuatro millones al exalcalde.

Posteriormente, Oscar Pérez habría hecho un trato con una firma denominada DTC –aparentemente propiedad de la familia Flores, dueños de los conocidos Automotores Flova—que supuestamente compró deuda a Bancomer y así obtuvo su residencia en Yubarta.

La historia es interesante, porque Villas de la Marina no pudo pagar préstamos que pidió a Bancomer para construir Yubarta y luego se vio en la necesidad de otorgar en dación 22 terrenos y tres casas, que después el banco habría vendido a precio de ganga a los dueños de Automotores Flova.

En este escenario, también aparece un sujeto de nombre José Pepe López, quien fue el que remodeló la casa de Oscar Pérez, y es quien sabe a la perfección si Villas de la Marina es propietaria de Yubarta, si es DTC, o si Bancomer (ahora BBVA) sigue siendo el dueño de los inmuebles, ya que en ese tiempo (al final del trienio del Mochilas) los presuntos compradores no sabían quién les iba a escriturar sus residencias.

Meses después surgió un dato revelador con respecto a las casas de Yubarta:

LOS “BUENOS VECINOS”

La tarde de un sábado 02 de septiembre se registraron disparos de arma de fuego en dicho fraccionamiento. Dos sujetos de nombres Erick Alexis y Jorge N de 21 años, ambos con domicilio en Zapopan, Jalisco, fueron desalojados de la casa 201 porque la ocupaban ilegalmente; en la gresca, hirieron con un machete a un guardia de seguridad privada.

La casa estaba bajo resguardo de Bancomer, pero un sujeto que dijo ser el dueño se las prestó a dos personas, pero el administrador de Yubarta y un representante de Bancomer, dijeron que el verdadero propietario del inmueble era otro.

Lo curioso del caso es que los sujetos ya tenían más de dos semanas viviendo en la finca identificada con el número 201 y eran vecinos de Ramón Guerrero Martínez y de su asistente, Oscar Pérez, a quien, según vecinos, lo veían muy seguido con estos muchachos.

La casa 201 está justo enfrente de la residencia de Oscar Pérez, quien la adquirió en el segundo año de la administración de Ramón Guerrero, argumentando que la había comprado con una herencia que recibió de sus padres.

Así las cosas, no sería nada raro que surgieran más historias relacionadas con el nuevo flamante coordinador regional del Servicio Estatal Tributario de la Secretaría de Hacienda… casos que tienen que ver con escandalosos hechos de corrupción…  como en la compra y arrendamiento financiero –por ejemplo-- de vehículos a una agencia donde trabajaba su mujer, y que se adquirieron mientras Ramón era el presidente y Oscar su secretario.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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