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Viernes, 10 Octubre 2025 00:38

Zoológico Vallarta en la quiebra y a punto de colapsar… con animales descuidados, famélicos y hambreados Destacado

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Por Jorge Olmos Contreras

Lo que parecía una tarea escolar terminó en la indignación de algunos alumnos que han visitado recientemente el zoológico Vallarta. El malestar también es de turistas y lugareños que han denunciado una y otra vez el descuido criminal que tienen la mayoría de los animales en cautiverio y que miran a los visitantes con desesperación y ansiedad, como queriendo mandar un mensaje de que los liberen, de que los ayuden a salir, que los salven antes que sea demasiado tarde.

Ayer que visitamos este lugar nos encontramos con animales flacos, famélicos, tristes, hambreados y rodeados de un medio ambiente insalubre, ya que los pocos trabajadores que tiene el zoológico no alcanzan a limpiar las jaulas ni dar de comer a todos los ejemplares, entre otras cosas, porque no hay dinero suficiente para comprar alimentos.

Apenas el 02 de octubre pasado, grupos de la sociedad civil alertaron en redes sociales que varias especies de animales están en riesgo debido a la falta de recursos necesarios para su cuidado y mantenimiento.

LA AFECTACIÓN

Asimismo, señalaron el supuesto de que el zoológico enfrenta un déficit financiero que afecta no solo a las instalaciones, sino también a la fauna cautiva por falta de recursos de alimentación, ya no se diga de cuidados especiales con veterinarios y otras atenciones.

También advirtieron que, sin recursos ni apoyos de la sociedad, los animales podrían sufrir condiciones de vida deplorables y consecuencias desastrosas para su salud y bienestar.

Pues bien, el “podría” les quedó cortos a estos grupos que se preocupan por los animales del zoológico Vallarta, ya que ayer constatamos que la mayoría de las especies están descuidadas, que casi no les dan de comer y que su hambre es obvia cuando se acerca algún visitante.

LAS MIRADAS TRISTES

No hablan, no se pueden comunicar con los humanos, pero estos animales lo dicen todo con su mirada triste, con su ansiedad por recibir un cacahuate, un pedazo de zanahoria o un grano que les calme un poco el hambre.

La cara y los ojos del tigre, del mapache, del pato o de los siervos lo dicen todo… tienen hambre, quieren comer, pero apenas sin prueban bocado al día.

La tristeza de un pony con la cabeza agachada, o de un mono con su mirada pérdida, nos dice que estos animales no están bien, que urge la intervención de las autoridades para rescatarlos en serio, no como la vez que la Profepa “decomisó” algunos ejemplares y después los regresó.

El zoológico Vallarta es de un particular, por lo tanto, es un negocio privado que ha sido descuidado por muchos años y que hoy está a punto de colapsar, no solo en lo financiero, sino también por el deterioro de sus instalaciones.

LOS PELIGROS

Como se puede apreciar en las fotografías, los pasillos de salida están agrietados, el cerro aledaño podría desgajarse en cualquier momento y devenir una tragedia, ya que no solo se afectarían algunos animales peligrosos que podrían escapar, sino también a los visitantes y al personal que trabaja en el lugar.

Grandes palmeras y otros árboles han caído sobre los caminos que conducen a los visitantes a mirar a la fauna, nadie los ha quitado y con el peso y el reblandecimiento del suelo por las recientes lluvias, en cualquier momento esto podría sucumbir, comenta uno de los pocos turistas nacionales que acudieron ayer al zoológico y que no podían creer el nivel de descuido existente.

Además, dice una señora, casi no hay señalamientos de advertencia por el piso mojado y resbaladizo; hay bajadas muy empinadas y cualquiera puede resbalar y caer.

SI LOS ANIMALES HABLARAN…

Otro señor no pudo abstenerse de expresar lo que sintió cuando vio la estatua de un elefante y su cría casi a la salida… “En algunos años, los seres humanos solo vamos a poder ver a estos maravillosos animales así, en forma de roca y plástico, pues no hacemos nada para evitar su inminente extinción”.

Antes, un letrero de advertencia llamó poderosamente nuestra atención, pues dice lo siguiente:

“Cuidado, este animal puede morder o escupir cuando está irritado”, y a un lado está lo que parece ser una llama blanca con negro.

Nosotros nos quedamos pensando… ¿Acaso no están irritados estos animales por las condiciones en las que viven?... ¡Claro que sí!... ¡y claro que pueden morder y escupir ¡

Si los animales hablaran… imagine usted lo que nos dirían.

 

 

 

 

 

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