Asimismo existe enorme malestar e inconformidad entre la comunidad ixtapense por la incrustación en la nómina municipal de gran parte de la parentela de la regidora Candelaria Villanueva
Por José de Jesús Pérez
Los escándalos y quejas contra las actuales autoridades municipales de la Delegación de Ixtapa, no cesan, por el contrario han ido en aumento día con día, ya que al malestar e inconformidad entre la ciudadanía ixtapense por la incrustación de gran parte de la parentela de la regidora Candelaria Villanueva a la nomina del Ayuntamiento de Puerto Vallarta, ahora se suman denuncias de actos de corrupción y malos manejos al interior de dicha demarcación.
Por tal motivo, corren fuertes versiones en el sentido de que al menos uno de los colegas de la edil ixtapense en el pleno edilicio, estaría dándose a la tarea de recabar elementos probatorios de tales irregularidades de las que según se tomarían serias medidas, por el desgaste y descredito que le están acarreando a la presente administración municipal que encabeza el alcalde Ramón Guerrero Martínez, quien deberá, tarde o temprano, tomar cartas en el asunto.
Las andanadas de críticas y cuestionamientos de los lugañeros, se enfocan sobre la figura de la ex dirigente panista, quien de acuerdo a informes mantiene colocados a por lo menos una veintena de familiares entre ellos a su nuera Ana Lilia Salinas Peña, a quien impuso como encargada de despacho de la localidad, tras el despido de Martha Olivia Sánchez, quien saliera del cargo por denuncias de malos tratos y manejos para luego ser reubicada en Planeación Urbana.
Sin embargo, el orgullo del nepotismo lo representa su hijo José Eduardo Guzmán Villanueva, quien se suma a la larga lista de beneficiados por su señora madre, el cual aparece nominalmente como auxiliar de oficina percibiendo un sueldo quincenal cercano a los 6 mil pesos, cifra parecida a los 6 mil 600 que devenga su prima Irene Ceballos Villanueva, la cual funge como asistente personal dentro del cubículo de la controvertida representante popular.
Al margen de lo anterior, al que señalan se está despachando con la cuchara grande, es el mayor de los vástagos de nombre Omar Guzmán Villanueva, cónyuge a su vez de la encargada de la demarcación, a quien apuntan ser el verdadero mandamás tras la silla delegacional, quien al amparo, protección y complicidad de su influyente progenitora, efectúa jugosos negocios como lo es la organización de eventos deportivos en las diferentes instalaciones de la localidad.
Un claro ejemplo de lo anterior, es el caso de los torneos de futbol que realiza hasta altas horas de la noche en la cancha del fraccionamiento IDIPE, en el que había se había comprometido con los colonos a brindarle permanente mantenimiento y efectuar labores de limpieza en tal espacio; sin embargo hasta el momento no ha cumplido con su palabra y por el contrario las instalaciones lucen deterioradas y sucias, ya que a este solo le interesan los dividendos financieros que ello genera que oscilan en cantidades de hasta ocho mil pesos semanales.
La acusaciones contra este cínico sujeto que fuera despedido vergonzosamente del SEAPAL Vallarta, van mucho más allá, ya que cuentan que es común verlo al volante de la camioneta pick con número económico IX-05 propiedad del municipio, la que conduce a hora de deshoras del día, utilizándola para sus asuntos particulares, para pasearse o simplemente para irse de reventón, así como para tomar bebidas alcohólicas a bordo de la misma.
Por otro lado, comentan que uno de los incondicionales de Guzmán Villanueva de de Julio Robles Aguilar el cual figura como auxiliar en la nomina eventual de la referida Delegación conjuntamente con la empleada Martha Cuevas Sánchez de similar nombramiento, ambos son acusados de dirigirse con lujo de prepotencia y altanería hacia el resto de los trabajadores a los que coordinan en las tareas vecinales que se programan los días viernes de cada semana, por lo que se espera la pronta intervención de la autoridad municipal para remediar la situación que prevalece en la delegación de Ixtapa.