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Martes, 17 Septiembre 2013 21:53

Ciento setenta y cinco pesos por persona costó el primer grito de El Mochilas; la noche se la llevó su “Chula”, con su mega moño color naranja

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Por Julia Baumgarten

El día  favoreció las cosas, no llovió así que todo estaba organizado, el patio de la presidencia se convirtió en un antro lounge, rentaron todo un servicio fiestero, con módulos altos y chaparritos en blanco arabesco, a la entrada me dieron un rebozo patrio de plástico, y observe a la concurrencia, mucha pero poca gente que no conozco, aunque pude ver a las mujeres del comité de Hayland Park,   a la maestra Tencha García con Luis González Lomelí, su marido, quien se sentó en un banca en un pasillo y de ahí no se movió, ya sabe de qué se trata. En sus años de político, en el PRI, organizó muchos de estos eventos que le aburren, pos sí ¿de qué sirven?

 

Curiosamente observé la presencia de varios maestros y maestras. Tenía curiosidad de cómo le habían hecho para que la escolta pudiera pasar al balcón oficial, si este alcalde modificó hasta la oficina presidencial, haciendo más oficinitas para su servicio personal.

El señor presidente municipal, Ramón Guerrero, se ha organizado un buen equipo de eventos, fiestas, giras y espectáculos a su alrededor, pude ver un toque femenino en todo la parafernalia. La voz de perla, la presencia de la nueva conductora, la que se bañó encuerada en el “Cuele”, Eli Castro; las mujeres de Relaciones Públicas y las “escogidas” secretarias que hacen de hostes y que ahora son maquilladas y uniformadas por la conductora del Mochilas, le hicieron el caldo gordo al de Ayutla pero…

Aunque a la maestra Carina Cibrián, le preocupa la ausencia de mujeres heroínas y por eso buscó en la historia de Jalisco a Rita Pérez de Moreno y siendo la regidora de cultura trabajó para que fuera incluida en el grito de Salvador González Reséndiz, con tan  mal tino El Chavita que se equivocó al pronunciar el nombre y se ganó un histórico abucheo del respetable,  pero fue la nota que lo hizo más famoso en todo su lamentable trienio.

Pero este año de Gobierno en Movimiento, esa estrategia no le funcionó ahora a la maestra asesora, ya que el alcalde eliminó a Rita Pérez de Moreno de su suscinto grito de independencia.

Al ver que la campana de dolores no fue de unicel, como nos había amenazado el inculto regidor de cultura ¡¡Uff!! respire aliviada.

Andrés González Palomera llegó con su guapa esposa en verde limón fresco lino muy en estilo, pero algo pasó en la oficina del alcalde, pues los vi salir y detrás de ellos a la presidentita Susana y su palero Betito G, que con su acostumbrado léxico de altura, les espetó a los organizadores: “¡Ya ni chingan con su protocolo, son pendejadas! les pedían que no se fueran y los regresaron. Andrés con una amplia sonrisa, seguro se salió por aburrición y sentirse fuera de lugar con esa gente, no por otra cosa, se regresó.

Arriba los invitados especiales, muy pocos y a casi nadie reconocí, pero el ambiente no era patriótico, ni arriba ni abajo, no había “espíritu”. Todo el protocolo fue lento y desarticulado, aunque sí se notó la organización y el “detalle” de haber retirado unas tablitas pintadas de verde blanco y rojo que “alguien con iniciativa de preescolar” se atrevió a poner como adornos patrios muy baratos alrededor de la plaza… pa vergüenzas no ganan…

Abajo, las barras (dos) solo servían unas muy malas margaritas, un muy barato y mal tequila y varios licores muy malos, unos tacos mal dorados, unas brochetas de frutas de la estación, unas de pollo las mejores y unos rollitos de pan bimbo, eso fue todo el bufet y ni siquiera había servilletas suficientes… ¿de dónde sacan que eso pudo costar 175 pesos por persona?

En lo que se les fue el dinerito fue en la banda, que puso a bailar al pueblo en la plaza, que tampoco llenó El Mochilas. Pero eso sí, el aparato de seguridad ampliado a todo el centro, cerrado todo el acceso; las colas más grandes que vi estaban afuera del kiosko de la Juárez, la banda quería pistear y ahí vendían, no importa que no tengamos trabajo.

El 15 por la noche vi a un pueblo que no conozco y me pregunté: ¿Esta gente de dónde vino? Y me contesté: es el otro Vallarta, ese que existe gracias a los grandes hoteleros que los trajeron para construir sus hoteles y  nos los  dejaron,  convirtiendo un destino prometedor en pura colonia popular, la que le regaló su voto a Ramón a cambio de mochivales.

Ramón Guerrero, una vez más desperdició la oportunidad de resaltar los valores y talentos de esta hermosas ciudad, no sabe ser promotor, qué le costaba haber pedido unos galones de raicilla y exaltar los productos, la comida, la vestimenta y la música regionales, por eso digo que el presidente municipal, es candil de la calle y oscuridad de su casa… aquél Vallarta no existe sin este Vallarta.

Ramón Guerrero y su Chula (Magaly Fregoso), a la que dice querer mucho, aparecieron en color naranja, él con su guayabera y ella con un mega moño, cordón o remedo de rebozo, sepa la bola, arrancándole al acto cívico toda la fuerza de la patria…

¿QUÉ CELEBRAMOS?  ¿QUÉ SOMOS? ¿QUÉ DEFENDEMOS? ¿LA REPUBLICA O LA PATRIA?

Anecdotario:

“Eran las 12 de la noche cuando el sol resplandecía…

 --“sería la luna don Boni”.--

 --“Sería tu chingada madre pendejo, que no vez que estoy hablando del sol de la libertad”…--

 --“Vámonos vieja, que estos no saben a qué sabe la sal, cuando sale por los ojos…”--

Don Boni, presidente municipal, 15 de Septiembre 1963.

 

 

 

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