Por Jorge Olmos Contreras
Él ya sabía que estaba metido en un lío grande, estaba nervioso, no podía conciliar el sueño de tanto pensar en que ya le habían enviado una amenaza velada para que no se metiera en un pleito jurídico de terrenos de El Porvenir, en Bahía de Banderas en el Estado de Nayarit, donde un vivales ha tratado de quedarse con más de 100 hectáreas de los ejidatarios del lugar mediante artilugios jurídicos y aprovechándose de un poder que los campesinos le dieron para realizar una transacción con la constructora de vivienda Homex.
El origen del “levantón” que le dieron al abogado Daniel Hermosillo Anchondo la tarde del 28 de enero en el estacionamiento de la farmacia Guadalajara de “La Aurora”, podría estar precisamente en El Porvenir, donde los hijos de uno de los ejidatarios afectados por el proceder de Hermosillo y de un ingeniero de nombre Sergio Díaz Amezcua, habrían recurrido a pistoleros para evitar ser despojados de alrededor de 12 hectáreas.
De hecho, Sergio Díaz Amezcua es la clave del conflicto entre los ejidatarios y la constructora Homex; es a él a quien buscan por todos lados para ajustar cuentas, comentan vecinos de El Porvenir que piden que no se divulgue su identidad, prefieren permanecer en el anonimato, porque –dicen—el problema es muy fuerte y han intervenido personas armadas “pero el ingeniero no se deja ver por aquí”.
MUERTOS DE MIEDO
Un día, por ejemplo, dos abogados de Puerto Vallarta llegaron al Juzgado Primero de lo Civil de Bucerías para ejecutar el embargo de uno de los terrenos en disputa, pero antes de que arribaran al lugar fueron interceptados por hombres que portaban armas largas, quienes les advirtieron que no ejecutaran o se atuvieran a las consecuencias, que se fueran de ahí y los licenciados, entre ellos una mujer, se regresaron muertos de miedo a Vallarta.
Sin embargo, Daniel Hermosillo Anchondo no entendió las señales que le habrían enviado y aunque él mismo comentó en corto al reportero que ya había sido amenazado por este caso, decidió seguir en el juicio y en eso andaba, tratando de embargar los terrenos propiedad de los ejidatarios cuando sobrevino el “levantón”. Le dieron el susto de su vida, anduvo algunos días con guarda espaldas y en las primeras horas de transcurrido el incidente, no quiso ir a declarar al Ministerio Público, tenía mucho miedo. . (Este es un fragmento del reportaje que se publica en la edición de VALLARTA UNO de marzo 2014 ya en circulación)