Llegamos al atardecer, justo antes del ocaso y logramos obtener unas bonitas fotografías de la vista maravillosa que todos los días tiene Kimberly, quien no deja de observar el vasto océano, la hermosa Bahía de Banderas que la vio nacer en el año 2002.
Hoy, Kim tendría 23 años, sería una hermosa señorita con decenas de amigas en la Universidad, al lado de su inseparable amiga Daniela González, quien fue la que mandó a esculpir la escultura de cantera y que hoy es ya parte de playa palmares, al sur de Puerto Vallarta.
Daniela era compañera de la escuela de Kimberly, pero falleció a los 17 años. Ella amaba tanto a Kim, que pronto la alcanzó en ese lugar, en donde nacen los sueños; ahí están las dos, siempre amigas, siempre inseparables, siempre juntas.
Kimberly debe estar más feliz hoy, ya que los girasoles y su color amarillo brillante acompañan su escultura, mientras que alguien dejó una veladora a un lado que no termina más de consumirse, tiene una flama que a ratos titiritea y a ratos se queda estable, completamente quieta, ante la mirada de asombro de los vacacionistas que en esta temporada atiborran la playa donde Kim juega todas las noches con sus amiguitos, todos los seres vivos de la playa, la arena, la luna y las estrellas y, desde luego, el movimiento eterno de las olas, que con su ir y venir parecen susurrar una linda canción a la princesa de Palmares.
Al estar tomando las fotografías de esta tarde, alcanzamos a escuchar a lo lejos una canción que provenía de un automóvil repleto de niños, esa que canta José Luis Perales y que se llama “Que Canten los Niños” y que compuso en homenaje a las aldeas SOS y cuya letra empieza así:
“Que canten los niños, que alcen la voz. Que hagan al mundo escuchar. Que unan sus voces y lleguen al sol. En ellos está la verdad”.
“Que canten los niños que viven en paz. Y aquellos que sufren dolor. Que canten por esos que no cantarán, porque han apagado su voz” …
“Yo canto para que me dejen vivir. Yo canto para que sonría mamá. Yo canto porque sea el cielo azul. Y yo para que no me ensucien el mar” …
“Que canten los niños que viven en paz. Y aquellos que sufren dolor. Que canten por esos que no cantarán, porque han apagado su voz” …
La niña que mira al mar, no se olvida, ni se olvidará, que siga descansando en paz la princesa Kimberly… Forever.