La orden de demoler la torre chueca, habría venido del director general de proyectos del GAP, Raúl Revuelta Musalem, quien solicitó a los responsables de la compañía constructora “Velemen Estructuras y Construcción” de la Ciudad de México –contratada por el GAP para dicho trabajo—echar abajo la obra y comenzar de cero.
En la Dirección de Aeronáutica Civil de México hay cierta preocupación porque, según fuentes aeroportuarias locales, la “torre radar” les volvió a quedar chueca a los ingenieros de “Velemen Estructuras y Construcción”. Y es que si la nueva torre no pasa los peritajes que se le hagan, las compañías aéreas se van a negar a volar a Puerto Vallarta, o por lo menos, no utilizar las nuevas pistas, por temor a un eventual accidente.
LA COMPAÑÍA MOROSA
Toda la información de la presunta “torre radar” chueca se originó, luego de que varios trabajadores, contratistas, proveedores y profesionistas han sido maltratados por la empresa “Velemen Estructuras y Construcción”, cuyos dueños –dicen los afectados--deben mucho dinero a personas físicas y morales de Puerto Vallarta.
Sin embargo, al personal que ellos, “Velemen Estructuras y Construcción” trajeron de la Ciudad de México, les dan trato preferencial, ya que les pagan altos salarios, viáticos, hotel y lo que se les ofrezca.
En cambio, a muchos de los trabajadores y proveedores de Puerto Vallarta no les han cumplido con los pagos.
Un caso concreto es el de un pintor externo, quien prestó sus servicios para dicha compañía del 13 al 21 de abril, y no le pagaron.
“Esta empresa, “Velemen Estructuras y Construcción”, solo vino a cometer injusticias con los trabajadores del ramo de la construcción. La oficina de Conciliación y Arbitraje Federal está saturada de denuncias por incumplimiento de pago. Y también deben mucho dinero a los negocios locales que venden insumos para la construcción”, comenta uno de los afectados.
Y seña: “Yo en mi desesperación por poder cobrar mi dinero fui a quejarme directamente con el ingeniero Cristian Amador Lizaldi, director del aeropuerto, pero no me recibió; pero sí les marco a los de la empresa Velement, para que resolvieran este asunto que a mi compete ... Y también fui con el director de proyectos del GAP, ingeniero Raúl Revuelta Musalem, quien muy amablemente me atendió y también les llamó por teléfono, pero esos ingenieros de la constructora se niegan a cumplir con lo pactado”.
“Yo soy trabajador externo, del ramo de la pintura, ellos me adeudan 29 mil pesos y solo pretendían pagarme 15 mil, lo cual no acepé. Para acabarla, en Puerto Vallarta no tenemos un centro federal de conciliación. Me proporcionaron números de Tepic, pero nunca contestan, por lo que tuve que viajar a esa ciudad y grande fue mi sorpresa, porque equivocadamente, la señorita que me atendió me informó que ellos no atendían mi asunto y me llenó de números telefónicos que ninguno contesta”.
“Al día siguiente que regresé de Tepic, me marcó un abogado de ese centro de conciliación y me informó que hubo un mal entendido, que si podía yo iniciar un trámite conciliatorio y le dije que iría de nuevo hasta Tepic, pero él me dijo que no era necesario, que se podía realizar por teléfono y me volvió a proporcionar un número donde nunca contestan. Yo tengo sin poder cobrar desde el 21 de abril y es tan desesperante como injusto verse tan vulnerable ante estas compañías constructoras que provienen de otras ciudades y solo nos están criminalizando, negando el pago por servicios ya realizados”. Indica.
LA TORRE CHUECA
Otros profesionistas y que conocen lo que está sucediendo con las obras del aeropuerto, sostienen que es muy grave esta situación, porque una torre radar inclinada no debe ser utilizada por el alto grado de posibilidades de interpretar mal las lecturas, pudiendo ocasionar graves accidentes de aviación y la consiguiente pérdida de vidas humanas, por lo que se deben ordenar peritajes para ver su viabilidad o reparación, y hasta ahorita no se ha ordenado tales peritajes.
Cabe destacar que la empresa Velement tiene un año y medio construyendo esa torre que se encuentra situada dentro del aeropuerto internacional de Puerto Vallarta, y ya lleva un año de atraso, en comparación a otra que se construyó en otra ciudad en un plazo de seis meses.
Lo peor de todo, subrayan, es que cuando las aerolíneas se enteren respecto de la torre chueca, se negarán a aterrizar, porque no querrán exponer sus costosas naves y la consiguiente pérdida de vidas humanas, debido al mal funcionamiento que implica la fallida construcción.