Los rumores fueron de todo tipo, hasta los más inocentones, exagerados, alarmistas, así como algunos subidos de tono que sí provocaron zozobra entre la población, ya que algunas personas afirmaban que un Cártel del Narcotráfico estaba preparando ataques contra la población civil en plazas públicas de Guadalajara y en sitios donde hubiera altos niveles de concentración de ciudadanos.
Otros decían que la alerta roja ya estaba activada en Jalisco porque habían arribado a Guadalajara cientos de sicarios que habían dejado las plazas de los municipios del interior del Estado para efectuar ataques directos contra las fuerzas de seguridad, en venganza por los ataques que también ellos, los presuntos narcotraficantes, han recibido.
Las llamadas no se hicieron esperar, decenas, sino es que cientos de personas llamaron a sus familiares o les enviaron mensajes por teléfono celular para que tuvieran cuidado, que no salieran ni la noche del viernes ni durante el sábado a ninguna plaza pública de Guadalajara, ni que fueran a los estadios de futbol etc.
Fue tal la psicosis, que la Fiscalía del Estado tuvo que salir a desmentir estos infundios, pero lo hizo 24 horas después de que ya habían hecho mella en las redes sociales.
Este tipo de chismes y rumores que se esparcen con tanta facilidad e irresponsabilidad en las redes sociales, nos recuerda que los medios de comunicación, sobre todo, tenemos la obligación de informar con precisión a la población lo que está ocurriendo y también tener una herramienta adecuada para meternos a las redes sociales para desmentir semejantes barbaridades, que lo único que podrían provocar es más tensión social y quizá hasta algo más delicado.
No sé si ustedes radioescuchas, han leído o escuchado el famoso cuento de Gabriel García Márquez que lleva como título “Algo muy Grave va a suceder en este pueblo”, donde una señora, una mañana al despertar, tuvo el mal presentimiento de que algo muy grave iba a pasar y se los cuenta, preocupada, a sus dos hijos.
El hijo varón va a un billar y cuenta a sus amigos el presentimiento que esa mañana le dijo su madre y así, los amigos van y le cuentan a sus madres, las madres lo comentan al carnicero, al de la tienda, a los vecinos y de pronto, esto se convierte en un rumor de enormes proporciones, al grado de que varias familias comienzan a abandonar el pueblo porque dicen que algo muy grave va a pasar; y el último en salir quema su casa y de pronto todo el pueblo se quema y queda abandonado.
Al final, la señora que tuvo el mal presentimiento, comentó: “Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca”.
Como verán, los rumores pueden terminar en tragedia, entonces, usted no crea todo lo que ve y lee en las redes sociales y mucho menos sea copartícipe de chismes, no les dé un me gusta y jamás los reenvié.
