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Martes, 08 Septiembre 2015 08:55

La Red de Moy Magaña

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Por Jorge Olmos Contreras

En poco tiempo al frente de la Dirección de Reglamentos en el Ayuntamiento de Puerto Vallarta, el tapatío Moisés Magaña Baltazar ha logrado pasar la charola con prácticamente todos los negocios de giros blancos y negros que él considera, son susceptibles de que acepten los “moches” como medida de presión para dejarlos trabajar. En su lista están desde vendedores de playa, masajistas, antros de table dance, ramadas de Boca de Tomates, hasta cajeros automáticos de ciertos Bancos y para buses.

 

En su programa para allegarse recursos antes de que termine la actual administración, Moisés Magaña ha permitido todo tipo de invasiones a la vía pública, ya sea en Marina Vallarta o en Fluvial, donde se dice que recibe altas cuotas mensuales por dejar que negocios como Star Wings, entre Venecia y Roma, Puerto Fisch y Vancuver Wings en Plaza San Marino, tengan sillas en banquetas y áreas de estacionamiento o bien saquen bocinas con sonido muy alto a deshoras de la noche.

EXTRAÑA TOLERANCIA EN FLUVIAL

Los residentes de Fluvial Vallarta están hartos de que no se apliquen los reglamentos y la normatividad vigente y sí en cambio les pidan cuotas a través de la Asociación de Colonos.

El Star Wings merece mención aparte, ya que su área de estacionamiento está cubierta por sombrillas y sillas para que los clientes puedan tomar sus bebidas en la vía pública, mientras que sus carros son aparcados en lotes baldíos o sobre las banquetas, lo que impide el paso peatonal.

En Puerto Fisch y Vancouver Wings, el sonido es tan alto que ya se convirtió en una molestia para los vecinos, pero todo es solapado por Moisés Magaña y sus inspectores, porque se aplica el famoso “moche”.

Pero no sólo están estos casos, hay mucho más, como el nuevo restaurante bar que está a punto de abrir en la zona de Las Juntas, justo en la curva que está para tomar la carretera a Ixtapa –y que precisamente se llamará La Curva de los Remedios--, ahí la invasión del espacio y la alteración del uso del suelo es incuestionable, además de que se corre el riesgo de algún accidente.

De hecho, el restaurante se está montando sobre un área de estacionamiento, a un lado de un Oxxo.

EL MODUS OPERANDI

Desde la Dirección de Desarrollo Urbano se autorizan las licencias y el encargado de Reglamentos Municipales sólo pasa por las “cuotas” de la corrupción, ya que el dinero por este tipo de permisos, como son invasiones a las áreas públicas, nunca ingresa a las arcas municipales.

Y si esto es en bares, las cuotas en otros antros son altísimas.

Sin embargo, en donde Moisés Magaña ha encontrado un filón de oro, es en los “moches” que pide a vendedores de playa y a los negocios de masajes que se han instalado en zona federal. Y es que en ausencia de inspectores de Sermanat o Profepa, la Dirección de Reglamentos es la encargada de “controlar” el comercio en las playas.

Para que usted se dé una idea del tamaño de la corrupción, estamos hablando que existen más de mil 200 permisos de vendimia en las playas de Vallarta, y es ahí donde los inspectores bajo el mando de Moisés Magaña se comportan agresivos con unos y benevolentes con otros, es decir, sólo hostigan y corren de la zona federal a aquellos que no entregan su respectivo “moche”.

Lo mismo sucede con los negocios de masaje, a todos les cobran una cuota.

LOS CAJEROS AUTOMATICOS

Otro filón de oro para Reglamentos, lo representan los cajeros automáticos denominados “Intercash”, ya que primero los clausuró y luego les permitió operar en áreas como la mismísima Presidencia Municipal, donde el mismo Moisés Magaña tuvo un altercado con la regidora Susana Carreño, quien le pidió que por favor no instalara un cajero en el Palacio Municipal.

Los cajeros se han visto en distintas partes de la ciudad, pero sobre todo en la zona turística. También se comenta que está metido en el negocio de los para buses, en donde estaría cobrando altas cuotas.

Le ha ido tan bien a este funcionario público que es de los importados de Guadalajara y que asumió la Dirección de Reglamentos cuando Jorge Quintero se fue a la campaña del MC para incorporarse a la planilla de Arturo Dávalos como candidato a síndico, que ya tiene su propio antro. El bar está en el centro de la ciudad, en la calle Abasolo número 169, entre Juárez y Morelos y se denomina “Mexican Pub, La Ingrata”, una mezcalería disfrazada de cantina.

Nadie sabe de dónde salió el dinero para que este funcionario invirtiera en “La Ingrata” por sí o por interpósita persona, pero se presume que es de las cuotas de la corrupción.

LAS PARRANDAS

Moisés Magaña está tan aferrado a la Dirección de Reglamentos, que entre sus subalternos comenta que él puede hacer lo que se le venga en gana, incluso irse a emborrachar y abandonar el trabajo, ya que llegó al puesto por recomendación de Ramón Guerrero el Mochilas y que nadie lo puede quitar.

Y en efecto, Moisés Magaña hace lo que sea sin que nadie le llame la atención, como hace un par de semanas, en que andaba tan ebrio o quizá con sustancias prohibidas en su sangre, que estuvo hablando por la frecuencia del radio de Reglamentos tontería y media. Todos los inspectores lo escucharon, pero nadie se quejó. Algunos dijeron “anda bien loco el cabrón”.

Todavía el pasado jueves 03 de septiembre, se puso una borrachera de marca en un restaurante que está por Los Almacenes en la zona rural de Vallarta y para no variar, también abandonó el trabajo. De hecho, ese día por la noche no hubo vigilancia de los inspectores, pues la mayoría se emborrachó con el jefe, es decir, con Moisés Magaña.

Pero esto que presentamos aquí es apenas la punta del iceberg de la gran corrupción que existe en Reglamentos Municipales, pues los verdaderos negocios de Moisés Magaña y otros funcionarios, están en los grandes comercios y antros de la ciudad, sobre todo con el tema de licencias y permisos, pero esto se presentará en una segunda entrega por este medio informativo.

TAMBIEN JAQUELINE

Por lo pronto, donde también se ha generado corrupción a raudales, es en la Oficialía Mayor de Padrón y Licencias, donde la ex sobrina de Lalo Rosales (el político panista que también es naranja), Jaqueline Villarreal Insunza, hasta se da el lujo de cerrar el bar conocido como “Barra Bar” de Plaza Península para festejar su cumpleaños, con el evidente conflicto de intereses a piel de flor.

La muchacha, arrogante y prepotente, ordenó que el “Barra Bar” cerrará hasta que ella y sus invitados se cansaran de la fiesta, lo cual ocurrió hasta las 11:00 de la mañana del día siguiente.

De Jaqueline hay más, mucho más, la información estará fluyendo poco a poco; pero tanto ella como Moisés Magaña, están llamados a entregar cuentas bajo una rigurosa investigación de la Contraloría Municipal. A menos, a menos que Arturo Dávalos los quiera proteger.

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