Los socios de Uber se enfrentan a gastos directos que no cubre la empresa con domicilio fiscal en Holanda, como el mantenimiento del automóvil, choques, accidentes graves etc. Aunado a esto, se le debe pagar a la empresa el 25 por ciento de las ganancias netas de cada viaje, dinero que ni siquiera se queda en México, sino que va a parar a la cuenta concentradora de Uber en Europa.
En el caso de Puerto Vallarta, la plataforma digital es bienvenida, porque va a fomentar una competencia de calidad en el servicio del transporte urbano de alquiler y va a obligar a los permisionarios de taxis a modernizar sus flotillas de coches.
Sin embargo, muchos de los socios de Uber que ya operan en Puerto Vallarta podrían desilusionarse en poco tiempo, al corroborar que, en efecto, la rentabilidad no es la que esperaban. Quizá algunos estén felices porque están ganando algunos miles de pesos ahorita, pero conforme crezca el número de vehículos que trabajen para Uber, las ganancias irán disminuyendo, como ya pasó en otras ciudades de la República Mexicana.
VALLARTA SE CUECE APARTE
Puerto Vallarta es un caso muy especial en el tema del transporte urbano, los taxistas tradicionales no deberían estar preocupados por la entrada de Uber, al contrario, deberían fijarse metas y tomar esto como un reto para ser más competitivos y cambiar su actitud con el pasaje y modificar su conducta –de cafres la mayoría—al conducir por las calles y avenidas de este destino turístico.
La tarifa, necesariamente tendrán que modificarla temporalmente para competir, porque mientras den la pelea sana e inteligente por el servicio, tarde o temprano van a doblegar a muchos de los que piensan que Uber es la última maravilla del servicio de traslados; y desde luego, van a seguir manteniendo para ellos la mayoría del mercado.
En Guadalajara, por ejemplo, Uber ya entró en una etapa difícil, de falta de credibilidad por mal servicio y porque ha habido robos en algunos vehículos, sin contar la presunción de que socios de esta plataforma han caído en la tentación de trabajar también para el crimen organizado.
Para que usted esté informado, Uber está dirigido por su dueño, Travis Kalanick, un joven de San Francisco de origen judío, cuya fortuna se estima en más de cinco mil 300 millones de dólares, según la revista Forbes. Antes de idear y poner en marcha Uber, no tenía prácticamente nada.
EX ASESOR DE DONALD TRUMP
Uber es tan poderosa como empresa trasnacional, que tiene entre sus inversionistas ni más ni menos que a gigantes como Google y el Banco Goldman Sachs y según la prensa estadounidense, tiene un valor en el mercado de unos 50 mil millones de dólares.
Y por si usted no lo sabía, el director general de Uber, Travis Kalanick, formó parte del equipo de asesores del actual presidente norteamericano, Donald Trump, pero renunció cuando Trump anunció sus políticas antinmigrantes, quizá por la presión de cientos de miles de usuarios de las redes sociales que criticaron su incursión en el círculo del magnate gringo.
Por eso, sorprende la ignorancia de algunas personas que hablan de las maravillas de Uber, sin darse cuenta de que atrás de esta firma hay gente muy poderosa que sólo exprime a sus socios y no les cumple la rentabilidad prometida.
De hecho, según la medición de El Economista, algunos socios tienen rentabilidad mensual de sólo tres mil 037 pesos, es decir, 101.23 pesos diarios y los que se animen a trabajar 23 horas diarias, siempre y cuando lleven pasaje, podrían ganar sólo ocho mil pesos mensuales, igual a lo que usted ganaría si tiene una pequeña tienda de abarrotes.
Uber, en cambio, ha prometido que sus socios podrían ganar hasta 40 mil pesos mensuales, cosa que es difícil que suceda.
TARIFAS, POR OFERTA Y DEMANDA
Por si esto fuera poco, no hay que perder de vista que Uber impone tarifas según el comportamiento del mercado, es decir, se basa en la oferta y la demanda.
Así las cosas, cuando en Puerto Vallarta estemos en temporada alta y la demanda se dispare, las tarifas de Uber se incrementarán en perjuicio del usuario común y corriente, que será tratado igual que un turista nacional o extranjero.
Con este análisis no pretendemos desanimar a nadie a que se convierta en socio de Uber --ni a que desdeñen el servicio--, cada uno elige el trabajo u oficio que quiera desempeñar, sólo le estamos informando un poco más de cómo opera esta plataforma, de quiénes son sus propietarios y cómo van a chuparse el 25 por ciento de las ganancias, libres de impuestos, para aumentar la abultada cuenta que tienen en Holanda. En otras palabras, mucho dinero ni siquiera se va a quedar en Puerto Vallarta.
Por lo demás, bienvenido Uber, la competencia es buena y el que saldrá beneficiado siempre será el usuario final, ya que, de una u otra forma, la entrada de esta plataforma digital va a empujar a los taxis amarillos a cambiar las formas; o a pasar a formar parte de una especie en extinción.
En el próximo artículo les vamos a informar otro dato –a propósito de Uber—de cómo el diputado Ramón Guerrero, mejor conocido como El Mochilas sigue engañando a los taxistas amarillos, ya que a varios de ellos los amparó (a través de su abogado, Carlos Félix, aquél que trabajaba en el jurídico del Ayuntamiento) para evitar que entrara Uber, cuando él mismo votó a favor de la llamada ley Uber en el Congreso local.