Todo es cuestión de días para que Roberto González renuncie formalmente al PRI y se sume al Movimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador, toda vez que la invitación a integrarse a Morena es ni nada más ni nada menos que del doctor Carlos Lomelí, el súper delegado del gobierno federal en Jalisco.
La decisión de Roberto de abandonar las filas priistas va a ser aplaudida por muchos, cuando conozcan cómo la dirigencia estatal de este partido lo trató peor de lo que se trata a un trapo de cocina en su aventura de contender por la presidencia municipal en las elecciones del año pasado.
Y es que a Roberto González lo dejaron solo y hubo conspiración de cuadros dolidos y resentidos por su nominación, que jugaron en contra del ex director de la Univa campus Vallarta. Todos saben que tanto César Abarca Gutiérrez, como Andrés González Palomera, hicieron equipo para darle la espalda a Roberto y que maniobraron para que su gente votara a favor de otro candidato.
EL COBARDE SIN CAUSA
Andrés González Palomera de plano se comportó como el cobarde de todos los tiempos. Le ofrecieron la candidatura de Morena a la alcaldía de Vallarta y la rechazó, prefirió quedarse en su fugaz área de confort al frente del Seapal, y desde antes operó contra Roberto González.
Hoy Andrés González Palomera es un político que no vale nada, sólo busca sobrevivir, y por ello le pidió ayuda al presidente municipal de Vallarta para que le diera una chamba de segunda. A ese nivel bajó este hombre que vivirá por siempre frustrado al no poder ser alcalde de este sufrido, pero querido Puerto Vallarta
Pero bueno, decíamos que la situación del PRI era de por sí bastante difícil en los comicios pasados por el tsunami que empujaba y representaba AMLO a nivel nacional, y por el crecimiento del Movimiento Ciudadano en Jalisco; por ello hubo personajes tricolores que se echaron a dormir en la hamaca mientras Roberto González buscaba afanosamente los votos que lo dejaran en una posición decorosa al final de la jornada electoral de aquel domingo 01 de julio del 2018.
Fueron tan nefastos algunos expresidentes priistas y otros notables del mismo partido, que no aportaron un solo peso a la campaña de Roberto González. Los que desembolsaron algún recurso, se vieron peor que miserables, como el exalcalde Salvador González Reséndiz que, pese a hincharse los bolsillos con uno y mil negocios dentro del gobierno del Estado, sólo aportó 50 mil pesos.
LOS MISERABLES
Otro miserable fue el entonces gobernador, Aristóteles Sandoval, quien de plano cerró toda aportación y dejó que el partido solventara los gastos de campaña de Roberto, lo que al final fue lo mismo que nada.
Ingenuos, los priistas creían que podían meter tres regidores al pleno del Ayuntamiento de Puerto Vallarta; nunca vieron que el efecto de AMLO casi los desaparece del Cabildo y que, gracias a la votación en escalera por los candidatos de Morena, este partido fue el que metió tripleta.
Pero la política también es una rueda de la fortuna, y Luis Roberto González está a punto de tomar una importante decisión que lo va a llevar a otros escenarios, en caso de que las condiciones políticas le sean favorables.
De la mano de Carlos Lomelí, el crecimiento de Roberto González está garantizado, sobre todo porque Morena ya no va a improvisar tan fácilmente con cualquier candidato en las próximas elecciones intermedias como lo hizo en Puerto Vallarta. Por el contrario, Morena va a requerir ciudadanos bien vistos, con trayectoria limpia, pero también con experiencia y manejo político. Pero no sólo eso, va a necesitar personajes de la sociedad civil que entiendan de leyes y reglamentos y que sepan las funciones y alcances de un regidor, un diputado o un gobernador.
SOY LEYENDA
Si analizamos a Laurel Carrillo, por ejemplo, al interior del pleno, su papel ha sido penoso, ha exhibido una gran ignorancia de las facultades que tiene un regidor; confunde el activismo político con sus funciones. Tan sólo hay que echarle un ojo a su plan de trabajo para darse uno cuenta que la señora no tiene la menor idea de lo que es un edil.
Y todavía comete errores garrafales como allegarse de personas que tampoco saben nada de la función del gobierno y los derechos y obligaciones de un regidor, en vez de contratar a un buen asesor que la lleve por buen camino y la haga destacar como mujer regidora en el pleno.
Desgraciadamente, Laurel Carrillo nos recuerda aquél zombi de la película “Soy Leyenda” dirigida por Francis Lawrence y protagonizada por Will Smith, que se lanzaba de cabeza una y otra vez contra un cristal protector, sin saber que se hacía mucho daño, pero que no cejaba en el intento, hasta que lo quebró y sobrevino una gran explosión.
Ser oposición en un Ayuntamiento no es darse de cabeza todos los días: ni justifica el actuar de algunos regidores con el dicho ese de que echando a perder se aprende. Se requieren tablas políticas y mucha, pero mucha inteligencia para convertirse en un referente en las sesiones de cabildo; y de esto adolecen algunos ediles, no solamente la señora Carrillo.
Por ello, sabemos que en el equipo de Carlos Lomelí no están contentos ni conformes con la actuación hasta ahora de Laurel, de ahí que busquen afanosamente sumar otros cuadros para no sólo trabajar en nuevos proyectos, sino para tener representantes más competitivos en cabildos como el de Vallarta.
No sabemos cómo van a tomar los regidores morenistas la integración a su fracción de Roberto González. Tampoco sabemos qué van a decir los priistas y los del MC, lo que sí sabemos es que este movimiento va a causar revuelo y que las piezas, tanto al interior como al exterior de Morena, se van a mover y se seguirán moviendo conforme avanza este año 2019.
PRISCILIANO RAMIREZ… AL MEJOR POSTOR
Tan se van a seguir moviendo las piezas, que, en el PRI, otro que está a punto de decirle adiós a ese partido, es el alcalde Cabo Corrientes, Prisciliano Ramírez Gordián, quien también se va a sumar a las filas de Morena.
Hay algunas dudas sobre la incursión de Prisciliano Ramírez a Morena, ya que sus indecisiones y titubeos en todo lo que toca o acuerda, hacen pensar que se iría con el mejor postor. Si su líder máximo, el ex secretario de educación de Jalisco, Francisco Ayón le ordena que se quede en el partido tricolor, se queda. Pero si el gobernador actual, Enrique Alfaro le ofrece un bombón de oferta que le convenga en todos los sentidos, sobre todo en el económico, migraría al Movimiento Ciudadano.
En cambio, si Carlos Lomelí –con quien ya platicó y comió en su residencia de Puerto de Hierro en Guadalajara—le pinta el mejor escenario político, Prisciliano Ramírez anunciaría en los próximos días que se va al Movimiento de Regeneración Nacional.
Hagan sus apuestas.