Sin embargo, durante todo el mes de abril y, sobre todo durante el periodo vacacional de Semana Santa y Pascua, hubo numerosos casos de abusos en los que se vieron implicados agentes de policía y vialidad municipal, por lo que es claro que olímpicamente ignoraron las advertencias del comisario.
Y es que no solo oficiales de tránsito municipal hicieron su agosto extorsionando a cuanto automovilista se dejara, sino que también se sumaron a esta práctica deshonesta algunos policías que, sin ser agentes viales, detenían a cuanto vehículo se les pegara la gana (sin justificar el hecho) para exigir que les mostraran tarjeta de circulación y licencia de conducir.
Antes, dos mujeres de tránsito, que utilizaban un coche Aveo para “cazar” automovilistas y que tenían asolada la avenida Francisco Median Ascencio, fueron castigadas o dadas de baja al comprobarse que solo se dedicaban a robar a conductores de todo tipo de vehículos.
Más recientemente, los tripulantes de la patrulla PV-451 –una mujer y un hombre—fueron reprendidos por dedicarse a lo mismo, a extorsionar a los automovilistas en la avenida Francisco Villa y alrededores.
La mayoría de estos oficiales, se creyeron la versión de que estaban “protegidos” por ellos mismos y se convirtieron en auténticos asaltantes, exhibiendo además una conducta prepotente y grosera contra cualquier ciudadano y turista que se atreviera a cuestionarlos.
Por eso, hoy el comisario Eduardo Llanas se hartó de que la tropa no obedezca y acaba de dar la instrucción de que cualquier falta cometida por policías y agentes viales –así sea menor—sea denunciada para limpiar de una vez la corporación, que se ha convertido en nido de ladrones, salvo sus muy escasas excepciones.
Uno de los que también ya se cansó, es el subdirector operativo, Omar Quintero –uno de los mejores funcionarios que tiene la policía municipal--, por lo que está dispuesto a respaldar en todo momento al comisario para que empiecen a caer las cabezas de aquellos elementos que no han entendido que están para servir, no para servirse de la ciudadanía.
De hecho, el alcalde Luis Ernesto Munguía fue quien giró la orden para que los mandos de la comisaría pongan orden y se castigue o dé de baja a quien cometa atropellos o incurra en conductas no propias de un oficial, como el policía que hace unos días fue detenido por conducir en estado de ebriedad una patrulla y chocar contra un auto compacto en Fluvial Vallarta.
Bajo este escenario, usted estimado lector y el público en general, son los que pueden ayudar a sanear una corporación, de por sí enferma de poder y prepotencia, al canalizar sus denuncias a la Oficina de Asuntos Internos que está en la UMA, o haciendo públicas sus quejas.
Créame que, si comenzamos a señalar las fallas que hay en tránsito y en la policía, podemos obligar a los mandos oficiales a que obliguen a sus subordinados a trabajar por el bien de Puerto Vallarta.
Tránsito por ejemplo, es la podredumbre casi total, no atienden las quejas, no trabajan en las funciones que les corresponden, no ponen orden en las principales avenidas; no quitan, ni infraccionan a los dueños de vehículos estacionados en líneas amarillas (ejemplo la avenida México en el tramo de Mojoneras y la calle Exiquio Corona y Ecuador); tampoco retiran a los infractores de Villas las Flores, adelante del Centro de Convenciones (algunos hasta trepan y estacionan sus carros en la banqueta) hasta el cruce con la Medina Ascencio, etc.
Y lo que es peor, a veces operan semáforos con las patas, a medias, porque cuando se retiran, los dejan desincronizados, agudizando el de por sí tráfico en varias zonas de la ciudad, ya que mientras un semáforo está en verde, el de adelante está en rojo, y los que quieren incorporarse, son tapados por los que se quedaron a la mitad del o los cruceros.
Ya no se diga de los policías municipales, que hasta se han vuelto involucrados en detenciones arbitrarias e ilegales de jovencitas extranjeras, a quienes las llevan a “pasear” en sitios apartados para aterrorizarlas o quitarles dinero.
Hay mucho por hacer, pero en nosotros, los ciudadanos, está exigir que estos funcionarios cumplan o pidan la renuncia de aquellos que solo se dedican a robar con el membrete de policías o tránsitos municipales.
El comisario es una persona seria y creemos que puede poner orden en el desorden.
El que no entienda, de plano, que se vaya.
