Testigos afirman que una señora quiso darle unas monedas para que cenara y se comiera unos tacos, pero en ese momento “El Diablo” cayó de su propia altura, al parecer sufrió un infarto al miocardio, por lo que cuando policías lo revisaron, ya había pasado a mejor vida.
Le decían “El Diablo” de la Versalles, porque era muy visto en esta colonia, donde se juntaba con otros miembros distinguidos del famoso escuadrón de borrachitos.
Como una cosa del destino, en la barda del fondo donde quedó el infortunado hombre, hay un letrero que dice lo siguiente. “Querer es Poder”.
Que en paz descanse.