El hecho se registró al interior de dicho reclusorio, donde el encargado de la Coordinación de Seguridad de este lugar, Jaime Castillo informó a los agentes investigadores que fueron a tomar datos de lo sucedido, que el hoy occiso era una persona que casi no recibía visitas, pero que en el mes de junio lo visitó su madre y en noviembre recibió a una abogada.
Que era una persona tranquila, reservada y que adentro del penal se dedicaba a elaborar cintos piteados y bolsos de plástico.
Sin embargo, también se supo que el difunto recibía terapia psiquiátrica y le daban medicamento controlado al considerarlo drogadicto y agresivo.
Uno de los internos entrevistados por los policías, manifestó que su compañero no tenía problemas con nadie y que la última vez que lo vio fue el pasado viernes 10 de enero.
Personal de la Fiscalía que acudió a tomar nota de los hechos observó que con un pedazo de tela de la cortina se había colgado y que incluso antes habría tratado de hacerse daño con un objeto cortante en los brazos y cuello.
Por lo demás la celda estaba en orden y el cuerpo no manifestaba más huellas de violencia.