Para un municipio que tiene un presupuesto de ingresos de no más de 70 millones de pesos anuales, el golpe ha sido significativo; sin embargo, la información sobre el cómo sucedió semejante robo está en manos de la Fiscalía Regional de Justicia con sede en Puerto Vallarta, donde por el sigilo se guarda un completo hermetismo.
En este contexto surgen una y mil preguntas del por qué el alcalde Ramírez Gordián no denunció en tiempo y forma estos hechos ilícitos; pero, sobre todo, el por qué la misma tesorería tuvo un descuido de tal tamaño en su sistema informático como para que agentes externos entraran fácilmente para supuestamente transferir tal cantidad de dinero.
El presidente municipal no ha dado ninguna explicación hasta el momento sobre cuándo sucedieron exactamente los hechos, y cómo es que supuestos hackers lograron penetrar las computadoras de la tesorería municipal para robarse esos dos millones de pesos.
Sin duda, el gobierno del Estado a través de la Auditoría Superior ya está trabajando en este tema –junto con la policía cibernética—para ver si el alcalde está diciendo la verdad y seguir el rastro a quien o quienes vulneraron la cuenta oficial de la tesorería y presuntamente saquearon el dinero que había disponible en esta.
Y es que para ingresar a la cuenta bancaria es una cosa, pero transferir recursos por esa cantidad de dinero es otra, ya que se requieren claves específicas que se deben autorizar mediante llaves digitales que cambian cada 30 segundos y que solo posee la persona que está a cargo del manejo financiero, en este caso, del tesorero municipal.
Pero acostumbrado a no decir la verdad, debemos esperar la versión oficial del presidente municipal Prisciliano Ramírez.