El día de la agresión, otra vecina le contó a la madre del niño, Irma Alejandra de 33 años, que las lesiones que tenía su hijo probablemente fueron ocasionadas por los golpes que le propinaron cuatro menores, a quienes solo conoce por sus apodos –que se omiten para resguardar sus derechos--, que no saben dónde viven exactamente pero que son vecinos del fraccionamiento Colinas del Roble de Tlajomulco de Zúñiga, lugar donde vivía el muchachito fallecido.
El niño era tímido, de complexión muy delgada, indefenso, y aún así fue atacado por los otros menores, cuyos padres tendrán que responder por este homicidio.
Psicólogos y especialistas han dicho una y otra vez que es deber de los padres de familia cuidar y educar bien a sus hijos, que les inculquen valores, que respeten y se respeten y eviten seguir el mal ejemplo que cada vez se da más en esta sociedad inmersa en una espiral de violencia que no termina.