El cuerpo de Marco Antonio, de 50 años --empleado del hospital psiquiátrico El Zapote--, quedó a unos centímetros de la cochera de la casa donde vivía con su esposa e hijos.
Policías que recibieron el reporte desde cabina acudieron al sitio mencionado, donde un hijo del hoy occiso, Víctor Antonio, les comentó que su papá recibió una llamada a su celular de una persona y que posteriormente llegó un masculino y le realizó las detonaciones.
El cadáver presentaba dos lesiones, una en el cráneo y otra en el pecho, que fue las que terminaron con su existencia.
El hijo también dijo que habían acudido a una fiesta y que sus padres se regresaron a casa como a la media noche y que una vez que llegaron a su domicilio, su mamá le envió un mensaje de WhatsApp, diciéndole que su papá estaba tirado en el piso y que necesitaba ayuda porque no respondía.
Al llegar a su casa, Víctor Antonio vio a su padre tirado en la entrada de la cochera, sentado, con unas pinzas en la mano y lleno de sangre; mientras que su mamá, Martha, platicó que ella estaba en el baño cuando le hablaron por teléfono a su marido y al salir fue que lo vio tirado.