De acuerdo con las primeras investigaciones de policías ministeriales, Julio César habría sido llevado a ese lugar en una camioneta y el o sus asesinos lo tiraron ahí y lo cubrieron con cal. El hombre presentaba huellas de golpes y dos impactos, uno de entrada y otro de salida producidas por arma de fuego.
Vecinos comentaron que en la madrugada del domingo para el lunes se escucharon disparos en el estacionamiento de la bodega Aurrera.