Se trata de un caso oprobioso el que fue desahogado en los juzgados orales de Puerto Vallarta, donde se ventiló cómo el sujeto Francisco Javier (su propio padre) aprovechaba que se quedaba solo con la niña para desvestirse y aprovecharse de ella.
Todo ocurrió en el 27 de febrero del año 2017 en una vivienda de la calle Corea del Norte de la colonia El Mangal de Puerto Vallarta al medio día, donde el individuo observó que la jovencita estaba en su cama viendo la televisión y el hombre se desnudó, se le acercó a la menor y le comenzó a jalar sus prendas, además de pegarle con sus puños en las costillas; y como ella sabía que, si lloraba, su papá se enojaría más, soportó el maltrato hasta que Francisco Javier la copuló.
Ese día Francisco Javier repitió la agresión sexual por lo menos en cuatro ocasiones, no obstante, a que la niña sufría y se metía a bañar y a cambiarse de ropa; pero el mal padre regresó una y otra vez –en intervalos de una o dos horas—para volver a violarla.
MALTRATO INFANTIL
Los hechos se registraron de las 12:00 del día a las 21:30 horas de ese 27 de febrero, por lo que la menor optó por salir al patio de la casa a esperar a que llegara la pareja sentimental de su papá, quizás para evitar seguir siendo violentada sexualmente.
Se sabe que Francisco Javier tenía la custodia de su hija, pero la niña reveló que desde que estaba más chica el padre la violaba y la agredía físicamente.
De hecho, el 03 de marzo del mismo año 2017, alrededor de las 22:00 horas, Francisco Javier golpeó muy fuerte a su hija, provocándole daño en su salud, ya que utilizó los puños para pegarle en la cabeza y como la niña se sentó para que ya no la agrediera, le dio de patadas en el cráneo, cerca de la oreja y también en los brazos.
Durante la audiencia, también se ventiló que el sujeto amarró a la jovencita con un trapo y le dio de azotes con un cable en la espalda, según para que le dijera la verdad, pues le reprochaba que ella “andaba con muchos hombres en la calle”.
Al final, el juez lo condenó a 30 años por los delitos de abuso sexual infantil agravado y maltrato infantil.
Sin embargo, quedó un mal sabor de boca entre los jueces porque la representación social solo pidió que se le dictara al mal padre una sanción de 24 mil pesos como multa por concepto de reparación del daño.
Algunos comentaron que ni con 24 mil pesos, ni con ninguna otra cantidad de dinero, la niña podrá recuperarse del daño que le provocó su propio padre, quien, efectivamente, le dio una vida de terror y pesadilla.
