De acuerdo con la información a la que este medio tuvo acceso, la también ex presidenta de la Cámara de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), se habría aprovechado de la añeja amistad que tenía con Igartúa Sánchez, para defraudarlo por un monto superior a los cuatro millones de pesos.
LA HISTORIA
Todo comenzó en el año 2016, cuando Lupita Bayardi buscó a su entonces amigo, Gabriel Igartúa, para proponerle invertir capital en el proyecto de un restaurante que estaría en la calle Lázaro Cárdenas número 17 de la colonia Las Palmas, en playa Los Picos de Bucerías, en Bahía de Banderas, Nayarit, ya que ella no contaba con dinero, pero sí con experiencia en la operación de este tipo de negocios.
La señora Bayardi propuso que Gabriel fuera el socio capitalista y ella la socia industrial y que los dividendos fueran del 60 por ciento para Igartúa y del 40 por ciento para Lupita; pero dada la estrecha amistad que los unía, Igartúa le dijo a Bayardi que la sociedad sería de un 50 por ciento para ambas partes.
Así las cosas, para financiar el proyecto, Gabriel Igartúa aportó un millón de pesos, mientras que Lupita solo puso su trabajo. Ella fue nombrada directora del restaurante –al que bautizaron como Sukha Beach-- y por lo tanto también fue considerada en la nómina quincenal de la naciente empresa.
UN ‘GUANTE’ DE DOS MILLONES DE PESOS
El negocio iba viento en popa, pero de pronto el socio capitalista se dio cuenta que la señora Bayardi estaba dilapidando las ganancias y que no le reportaba estados financieros y mucho menos utilidades a Gabriel Igartúa. Y si lo hacía, era en cantidades que no correspondían a las obtenidas.
Poco después hubo problemas con el terreno que les arrendaban en Bucerías y en febrero del 2021 surgió un comprador de nombre Gastón Gutiérrez González, quien aceptó el “guante” (el traspaso); esto, por la cantidad de dos millones de pesos y se quedó con el restaurante, cuyo inmueble les rentaba un tal Javier Antonio Reynoso Zamora.
De hecho, existe la evidencia documentada de un cheque del Banco Monex que se giró a nombre de María Guadalupe Bayardi González por este concepto.
Sin saber qué hacer, Lupita busca a Gabriel para comentarle que necesitaban buscar otro lugar, por lo que Igartúa consigue un terreno en la misma zona de Bucerías con un compadre suyo, y ahí se establece el nuevo Shuka Beach.
Sin embargo, y ya con los dos millones de pesos a su disposición, la señora Bayardi se excede y no solo se gasta todo el dinero en la construcción de una gran palapa y remodelaciones onerosas, sino además afirma que un arquitecto la timó y que hizo gastar dinero de más.
Ya sin liquidez y sin dar una explicación honesta de qué les hizo a esos dos millones de pesos, Lupita le pidió una vez más a Igartúa que la ayudara; y Gabriel, considerado, intervino por segunda ocasión para ayudar a su amiga Lupita y también para no perder su inversión; por lo que habló con un compadre suyo para que le rentara el inmueble donde hoy está Shuka Beach en Bucerías.
EL PRÉSTAMO DE DON CHONITO
Pero Lupita iba por más, y sin rendir cuentas, le propuso a Gabriel conseguir un financiamiento bancario para poder sacar adelante el Shuka Beach de Bucerías; pero como ella está en el buró de crédito, le pidió a Gabriel que el empréstito saliera a su nombre. Para esta etapa, la relación ya estaba un poco tensa entre los dos, por lo que Gabriel dijo que solo pondría 100 mil, ni un peso más; pero Lupita respondió que eso no servía para arrancar el nuevo restaurante, que se necesitaba por lo menos un millón de pesos.
En este contexto, a la señora Bayardi no le quedó de otra que refugiarse en otros amigos. A saber, el empresario Jorge Villanueva Hernández y Arnulfo Ortega, mejor conocido como Don Chonito (hoy regidor del Ayuntamiento de PV) para que la apalancaran financieramente y no se perdiera el restaurante de Bucerías.
Así las cosas, mientras Jorge Villanueva habría apoyado a Lupita con recursos materiales y dinero, Arnulfo Ortega habría conseguido un préstamo por más de un millón de pesos, con cuyo dinero logró más o menos estabilizar el negocio.
Fuentes consultadas por el reportero, señalan que la señora Bayardi no solo quiso desconocer a su socio capitalista, sino que alegó que ella merecía más acciones de la empresa por haber conseguido dinero prestado para el Shuka Beach de Bucerías.
Para esto, y haciendo uso de las utilidades que estaba generado el restaurante de Bucerías, Lupita Bayardi comenzó a meterle dinero a otro restaurante de la misma sociedad, al Shuka Grill, cuya sucursal está en el local cuatro de los condominios Marina Golf de Marina Vallarta.
CON EL PIE IZQUIERDO
En el Shuka Grilla de Marina Vallarta, Lupita comenzó con el pie izquierdo, ya que quiso hacer el restaurante especializado en cortes finos y para esto compró un costoso asador que no le sacó provecho.
Gabriel Igartúa, incluso en la pandemia de Covid-19, le dijo a Lupita que cerrara el restaurante de Marina Vallarta, pero no hizo caso y lo que sí hizo, fue meter a la nómina a varios de sus familiares.
Así las cosas, en cuatro años la socia industrial de Shuka no le entregó estados financieros al socio capitalista, tampoco lo hizo partícipe de utilidades ni de ningún otro tipo de ganancia que obtenía y obtiene a la fecha el negocio. El más boyante, es el de Bucerías, que prácticamente subsidia al de Marina Vallarta.
Por ello, Gabriel Igartúa ha buscado en repetidas ocasiones a la señora Bayardi para liquidar la sociedad y le entregue su parte; obviamente ya no solo el millón de pesos que invirtió al principio, sino el monto en ganancias y utilidades de los últimos cuatro años, cuya cantidad se estima en más de cuatro millones de pesos.
Empero, la señora Bayardi, junto con su hijo Chad Bejos, han sido evasivos y lejos de hacer una propuesta viable para liquidar la sociedad mediante una valuación profesional, solo han ofrecido migajas al empresario que, de buena fe los ayudó a salir del hoyo en que estaban después de que les quitaran, por mala administración, el restaurante El Dorado de playa Los Muertos, que después fue comprado por el también empresario restaurantero Alberto Pérez.
Bajo esta tesitura, a Gabriel Igartúa no le han dejado otra opción más que denunciar a Guadalupe Bayardi por fraude y abuso de confianza en la fiscalía regional, donde ya está por judicializarse la Carpeta de Investigación respectiva.
LA DENUNCIA
En la denuncia de hechos, Gabriel Igartúa expone cómo en agosto del 2016 acordaron entre él y la señora Bayardi abrir un restaurante; que él le entregó un millón de pesos en diferentes montos ante la presencia de diversos testigos, firmando Lupita recibos de aportación.
No solo eso, sino que también habían pactado que la proporción de obligaciones, dividendos y pagos de dicha negociación, correría a cargo de los dos en un 50%.
Que después, ella propuso la remodelación y ampliación del restaurante, pero que él le respondió que para poder continuar con dicho proyecto era necesario primero revisar los presupuestos y los estados financieros del negocio.
Pero Lupita contestó que podían dar continuidad al proyecto independientemente de los estados financieros, a lo cual Gabriel respondió que, al contrario, que era de vital importancia la rendición de cuentas a efecto de estar en posibilidad de continuar invirtiendo.
Molesta, Lupita advirtió que procedería a realizar la ampliación y/o remodelación por cuenta propia; e inclusive, que contemplaba la posibilidad de que ella y Gabriel ya no fueran socios.
Tenso el diálogo, Gabriel puntualizó que no había problema con la disolución de la sociedad, solamente que era necesario que se hiciera una valuación del restaurante y le diera su parte correspondiente, cosa que no hicieron.
Posteriormente, Gabriel estuvo requiriendo a la hoy imputada por la rendición de cuentas, a lo cual se ha negado sistemáticamente y/o ha respondido con evasivas.
Consultado al respecto, el empresario hotelero comentó que la conducta de Lupita Bayardi es a todas luces fraudulenta, en el sentido de que pretende hacerse ilícitamente de la parte que le corresponde del restaurante que ambos concibieron.
En este sentido, durante más de un mes se buscó por diferentes medios (entre otros, amigos personales de Lupita Bayardi) que la señora Bayardi nos diera su versión sobre esta acusación, pero no tuvimos respuesta alguna.
A la fecha, no ha querido dar su versión sobre este tema.