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Miércoles, 29 Octubre 2025 01:24

El linchamiento en tiempos de las redes sociales, el caso Natalia Montaño

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Por Jorge Olmos Contreras

Reprobable por donde se le quiera ver, el caso de la funcionaria del Ayuntamiento, Natalia Montaño Ruelas, quien prácticamente fue “linchada” en redes sociales solo por un comentario que hizo, a manera de broma, durante un espectáculo del comediante Franco Escamilla en Tepic, ha generado una serie de comentarios –algunos de estos bastante agresivos y con alto contenido de violencia de género—y ha revivido el debate sobre la necesidad de regular, o no, la libertad de expresión en el ciberespacio.

Natalia Montaño es una joven que trabaja en la tesorería del Ayuntamiento de Puerto Vallarta y que tiene a cargo varias responsabilidades como asistente del tesorero Rodrigo Pérez. No, no es, en lo absoluto, una trabajadora más, ni mucho menos una “aviadora” como la acusaron algunos cibernautas.

De hecho, al interior de la tesorería, Natalia es una de las jóvenes que tiene una agenda bastante apretada por el cúmulo de actividades que tiene qué hacer por encargo del propio tesorero municipal.

EL “PECADO” DE NATALIA

Su único “pecado” fue ser foco de atención en la presentación de Franco Escamilla en Tepic –aquél comediante que odiaba a López Obrador y que dijo se iría del país cuando el tabasqueño ganó las elecciones presidenciales—en donde fue captada en un video cuando respondió una pregunta del cómico sobre a qué se dedicaba.

Y como ella no tuvo el cuidado de expresarse de forma correcta –sino que lo hizo en forma ligera, más bien de chiste— y olvidó que una funcionaria es servidora pública 24/7, se le vino una oleada de críticas que se convirtieron en un “linchamiento” mediático en varias plataformas digitales, principalmente Facebook y Tik Tok.

Desde luego, el video se hizo viral, pero todo se salió de control cuando cientos de los comentarios se convirtieron en adjetivos calificativos groseros, difamatorios, llenos de odio. Lo más triste, fue ver que la mayoría de las mala expresiones en contra Natalia correspondían a mujeres, un auténtico alud misógino como pocas veces se ha visto, al menos aquí en Puerto Vallarta.

Lo más sorprendente fue ver que el caso de Natalia Montaño brincó de las redes sociales a los portales informativos de medios nacionales que se suponen son serios y que ejercen el periodismo con responsabilidad.

EL “LINCHAMIENTO” MEDIÁTICO

Periódicos como El Universal, El Debate y la agencia INFOBAE, se dieron vuelo con la nota, es decir, también fueron partícipes del “linchamiento” mediático de Natalia.

Sin embargo, ninguno de estos medios –mucho menos los portales “patito” de noticias de Facebook – se preocupó por buscar a Natalia Montaño para que diera su versión de los hechos.

Por el contrario, prefirieron la nota frívola, ordinaria, del “periodismo” poco profesional y cuya ética seguramente está olvidada en algún bote de basura de una vieja redacción u oficina de los nuevos “periodistas digitales”.

Bajo esta tesitura, es claro que el daño se infringió, está hecho; Natalia Montaño seguro tendrá secuelas emocionales de este ataque contra su persona, porque en el fondo, quienes participaron en este “tribunal mediático”, perdieron toda cordura, ya no les importaba “tirarle” a la funcionaria, sino a la mujer que tuvo la “osadía” de expresarse en un show de chistes.

LA EXPLICACIÓN

Un poco nerviosa, pero afligida, Natalia subió un video en donde explica lo que ocurrió y en donde sostiene que ella no es política, que estudió administración de empresas turísticas y que como servidora pública su trabajo es dar seguimiento a diversos acuerdos del Ayuntamiento, a la agenda pública, acuerdos con empresarios y diversos sectores de la población.

Obvio, también se disculpó, dijo que lamentaba el tono ligero en el que respondió (a la pregunta de Franco Escamilla) y la confusión que esto pudo generar; pero también puso los puntos sobre las íes, al subrayar que ninguna persona merece violencia digital, que entre mujeres deben acompañarse con sonoridad, exigirse para mejorar, no para empeorar ni para destruirse.

Así las cosas, debemos reflexionar si le seguimos apostando al “periodismo” frívolo, ordinario y destructivo, o si hacemos un alto en el camino para analizar lo que está bien y lo que está mal en estos tiempos en que las redes sociales muchas veces marcan la pauta de lo que no se debe hacer. Y evitar que los medios serios –como esos nacionales que fueron partícipes de la hoguera en que se quemó a Natalia— no caigan en la irresponsabilidad solo por ganar rating.

LA REFLEXIÓN

Valga para la reflexión un artículo escrito por Georgina Alvarado Calderón y Alejandra Jocelyn Gaona Ramírez, titulado “Era digital y libertad de expresión en México: un marco jurídico necesario” y publicado en la revista de divulgación científica, cultural y educativa, donde los autores indican que “El crecimiento desmedido de aplicaciones y formatos  de  comunicación  digital  ha  implicado  un  nuevo reto para los gobiernos y organizaciones, en los  que  establecer  restricciones  se  vuelve  cada  vez  más complicado y promover el buen uso de estas plataformas pareciera ser el punto central de cada uno de los debates.

En México se aprecia una transformación significativa con la aparición de las tecnologías de la información y las redes sociales que se han convertido en un espacio fundamental para la participación ciudadana pues ha permitido que una mayor diversidad de voces se escuchen con sus ideas y la información circule de manera más rápida y amplia.

Sin embargo, este nuevo escenario también ha trazado desafíos y ha puesto a prueba los límites de este derecho esencial, por ejemplo, la proliferación de noticias falsas y discursos de odio crea en las redes sociales un clima de hostilidad y violencia poniendo en peligro la convivencia democrática”

 

 

 

 

 

 

 

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