Enrique Carothers Barreto fue homenajeado por los diferentes sectores de la sociedad de Puerto Vallarta en reconocimiento por su contribución al enaltecimiento de la ciudad como destino turístico.
Este martes 18 de noviembre con la develación de un busto en su honor, obra del escultor Octavio González, en el Parque Lázaro Cárdenas de la zona romántica de la ciudad, en donde se dieron cita autoridades municipales, estatales y el sector empresarial en la colonia Emiliano zapata, para brindar este merecido reconocimiento.
El acto contó con la presencia del alcalde Ramón Guerrero Martínez, el Secretario de Turismo del Estado de Jalisco, Enrique Ramos Flores; el presidente de la Asociación de Empresarios de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, Jorge Villanueva Hernández y personalidades destacadas de la ciudad, así como los vecinos de la colonia que arroparon con su cariño al señor Enrique Carothers Barreto y su familia.
El presidente municipal, Ramón Guerrero Martínez destacó la impecable trayectoria del empresario en la hotelería vallartense, como impulsor de Puerto Vallarta como destino turístico.
“Enrique Carothers Barreto goza del reconocimiento público, porque representa todo un ejemplo para salir adelante y superar los tiempos difíciles. Es sin duda alguna, uno de los grandes personajes contemporáneos de la industria turística, es un ciudadano ejemplar, creador de empleos, pionero, leal, es factor de unión entre empresarios, pueblo y gobierno. Hoy Vallarta necesita aprender de Don Enrique la capacidad de trabajar en equipo. Necesitamos contagiarnos de su entusiasmo; para el gobierno municipal es una inspiración de honradez y dedicación”, destacó.
Ingeniero de profesión, hotelero por convicción, Enrique Carother Barreto nació en Guadalajara, Jalisco en 1939 y radica en Puerto Vallarta desde 1968, año en el que adquirió el hotel Playa Los Arcos. Con dedicación, sencillez y humildad, trabajó incansablemente hasta constituir un emporio hotelero que sentó las bases del destino turístico que es ahora Puerto Vallarta.
Como constructor, se encargó de la ampliación y remodelación de numerosos hoteles entre los que destaca el hotel Delfín que posteriormente cambió a Oro Verde y en la actualidad se llama San Marino.
