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Jueves, 09 Enero 2014 02:11

Utilizaron un objeto contundente para sacarle los ojos a Héctor Jonathan Franco; decretan auto de formal prisión al agresor y podría pasar ocho años en la cárcel por lesiones calificadas

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Por Jorge Olmos Contreras

De acuerdo con información a la que tuvo acceso VALLARTA UNO, el joven Héctor Jonathan Franco Martínez fue atacado con un objeto contundente la mañana del lunes 23 de diciembre pasado al interior de la celda número ocho de la cárcel preventiva de Puerto Vallarta; su agresor, José Francisco Aguilar Hernández, alias “El Pancho”, ya está confeso y el Juzgado Segundo de lo Penal le habría decretado el auto de formal prisión. Podría pasar hasta ocho años en el penal por el delito de lesiones calificadas.

 

Según el parte médico que registraron peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses en la cama cuatro del Hospital Regional, Héctor Jonathan Franco presentaba las siguientes lesiones causadas por objeto contundente:

1.- En cara sobre ojo derecho se observa enucleación de globo ocular.

2.- En cara sobre ojo izquierdo se observa enucleación de globo ocular.

3.- Se observa en cara sobre hemicara izquierda en párpado superior, herida en párpado con pérdida de la mitad del mismo, de tercio medio hacia zona nasal herida de 1 centímetro por .5 centímetros.

4.- Equimosis en cuello sobre cara anterior lado derecho a 10 centímetros hacia la derecha de línea media anterior; equimosis de 3 centímetros por 3 centímetros bordes irregulares.

5.- Escoriación en cuello sobre cara anterior escoriaciones lineales dispuestas de manera horizontal al plano de sustentación escoriaciones de 14 centímetros por 1 centímetro dispuesta de manera lineal

6.- Escoriación en cuello sobre cara anterior escoriación lineal dispuestas de manera horizontal al plano de sustentación; escoriaciones de 6 centímetros por 1 centímetro dispuesta de manera lineal a 2 centímetros hacia debajo.

7.- Escoriaciones en cara sobre mandíbula inferior lado derecho a 8 centímetros hacia la derecha de línea media anterior; escoriación de 3 centímetros por 3 centímetros de bordes irregulares.

8.- escoriación en cara sobre mentón, escoriación ocupando la totalidad del mentón, escoriación de 8 centímetros por 5 centímetros con bordes irregulares.

9.- escoriación en cuello sobre cartílago cricoides escoriación lineal horizontal al plano de sustentación escoriación de 7 centímetros por 1 centímetro bordes irregulares.

10.- escoriaciones múltiples de diferentes tamaños de formas lineales. Horizontales al plano de sustentación en cuello cara anterior en una zona de 10 centímetros por 14 centímetros.

Y concluye el dictamen pericial:

Lesiones que por su situación y naturaleza ponen en peligro la vida y tardan más de 15 quince días en sanar, producen menoscabo de función u órgano permanente pérdida de ambos ojos, se ignoran secuelas.

LAS DECLARACIONES

Todos los policías y empleados de la cárcel preventiva involucrados con la custodia de los dos detenidos en la celda ocho o que tuvieron contacto con la víctima y el agresor, declararon su versión ante el Ministerio Público.

De dichas declaraciones, se desprende que no estuvieron presentes en el momento exacto en que ocurrió la agresión contra Héctor Jonathan, y todos coinciden en que los hechos se registraron en ocho minutos, entre las 09:22 y las 09:30 de la mañana.

También se observan contradicciones, ya que mientras unos dijeron que cuando se dieron cuenta de que Héctor estaba lesionado, éste se encontraba inconsciente, otro afirmó que el joven jadeaba, como convulsionado o como si le estuviera dando un ataque epiléptico.

Los que declararon fueron Santiago Valencia Alcalá y Julián Catalán Gallardo adscritos al área de celdas de los separos, así como el médico de guardia, Rubén Contreras Paniagua; el guardia del acceso número dos Rosalba Álvaro Vázquez, el encargado del departamento jurídico en turno Víctor Gómez Hernández y la trabajadora social, además del comandante de guardia Juan Ramón Vega Quintero y la perito en criminalística María del Carmen Ramírez Cano.

También hablaron los encargados de informática y de las cámaras que están tanto al interior como al exterior del edificio de Las Juntas.

QUE NO SIRVEN LAS CÁMARAS

En este contexto y de acuerdo con las diligencias del Ministerio Público, se pudo saber que sí existe una cámara que apunta directamente a la celda número ocho, que es donde se resguarda a los detenidos que están a disposición del MP, como fue el caso de Héctor Jonathan Franco y Francisco Aguilar Hernández.

Sin embargo, los responsables del funcionamiento de dichas cámaras, afirmaron que no están en funcionamiento “porque se averiaron de tiempo atrás” y que parte del equipo había sido llevado a Guadalajara para su reparación, por lo que no existe evidencia grabada de lo que realmente ocurrió ese día en que le sacaron los ojos al joven Héctor, sólo están las versiones de los policías y trabajadores de seguridad pública.

El policía Miguel Alonso Migues Villaseñor, dijo que tenía conocimiento de que las cámaras no funcionaban, pero que el responsable directo era su jefe Mauricio, ya que es el encargado de SIMOVIL e INFORMATICA.

Indicó que hace como un mes vinieron por las cámaras probablemente para darles mantenimiento unas personas de la empresa de TECNOCOM y se las llevaron, ya que únicamente están el domo o estructuras, siendo un total de ocho, las cuales están instaladas para cada una de las celdas y el área de locutorio.

En tanto, Mauricio Ernesto González Cárdenas sostuvo que es el encargado del área de cómputo y video vigilancia dentro y fuera del edificio de la Dirección así como del Sistema de Monitoreo y video vigilancia urbano. Que dentro del edificio de la Dirección cuentan con cámaras de circuito cerrado entre las cuales se encuentran del área de celdas una para cada de las ocho celdas, una más hacia el área de barandilla y la última hacia el pasillo de celdas, las cuales aproximadamente en agosto pasado por una falla eléctrica sufrieron daños en regulador y equipo de grabación, quedando sin funcionamiento. Que hace mes y medio se optó por enviar el equipo a TECNOCOMP para darle mantenimiento y que hasta hoy no ha sido entregado.Que de esto sabía el Director Administrativo, Salvador Gómez Aldaco, pues él autorizó dicho movimiento.

HABLA EL AGRESOR

En su declaración preparatoria según la causa penal 623/2013-C, el agresor de Héctor Jonathan, Francisco Aguilar, dijo ser originario de Zamora, Michoacán, sin domicilio fijo en la ciudad y que a veces vende pan, por lo que obtiene unos 100 pesos diarios.

Contó a los policías investigadores y al MP cómo fue que atacó al joven que perdió los dos ojos:

En primer término, afirmó que el 23 de diciembre a las 00:40 horas fue llevado a los separos y metido a la celda ocho, que a las 02:15 se dio cuenta de que en la misma celda estaba otra persona del sexo masculino, envuelto en una cobija, acostado, pero que no le hizo platica; que luego, por la mañana, les llevaron de desayunar y que de pronto vio que su compañero de celda estando acostado, envuelto en la cobija y que se estaba masturbando. “Y como me dio mucho coraje que lo estuviera haciendo, porque al parecer era “joto”, me levanté y le di una patada en la cara y me le voy encima, ya que en esos momentos no había nadie que me viera, lo sujeté con la cobija y mis manos, ya que lo quería ahorcar, porque me dio mucho coraje que estuviera masturbándose y veo que blanquea los ojos, porque se desmaya; me le subo encima de él y lo empiezo a golpear con mis manos”.

“LE MORDÍ UN OJO”

Continúa: “Lo que hago es meterle mis dedos en los ojos y se los empiezo a jalonear recio y rápido hasta que los saqué. Los dedos que utilicé fue con los dos dedos de mi mano derecha siendo el pulgar y el índice, el primero de ellos lo jalé fuerte y se reventó y el segundo de ellos estaba duro, lo jalaba y no se reventaba por lo que se lo mordí, el ojo, aventando uno para la pared y el otro para las rejas, ya que estaba muy enojado”.

“Esto lo hice cuando nadie me veía, pero cuando estaba encima golpeándolo llegó el guardia, quien se dio cuenta y le habló a otro policía, los cuales ingresaron viendo que el muchacho y compañero de celda le estaba saliendo sangre de los ojos, entonces uno de ellos se me fue encima para sujetarme, después llegan más policías y a mí me llevan a la otra celda, lugar en donde me lavé las manos en la tasa del baño ya que traía sangre”

“Vi que llegaron muchos policías y escuché la ambulancia de ahí, estuvieron los médicos y se llevaron al lesionado, también quiero mencionar que al momento que cometí estos hechos me encontraba drogado ya que antes de haber sido detenido me estuve drogando con marihuana”

También señaló: “Me da coraje cuando veo actos relacionados con el sexo, ya que yo fui tocado cuando tenía la edad de ocho años”.

LA DEMANDA

Por otro lado, en Guadalajara, en el Centro Médico de Occidente convalece Héctor Jonathan Franco, sus familiares están angustiados porque no saben si las heridas en los ojos –que pudieron haber sido con una cuchara o un desarmador, y que desmentiría al agresor de que lo hizo con los dedos—dañaron alguna parte del cerebro.

La familia de Héctor Jonathan fue entrevistada por un reportero allegado a VALLARTA UNO y dijeron que buscarán el apoyo de un abogado para demandar por la vía civil a la Comisaría de Seguridad Pública por la reparación del daño, ante lo que consideran fue una grave omisión de los policías que tenían la obligación de resguardar la integridad física del muchacho.

La Fiscalía Regional de Justicia, por su parte, continúa la investigación del caso, para deslindar responsabilidades y ver si los custodios tienen responsabilidad penal en los hechos.

Como se recordará, la madrugada del 23 de diciembre pasado, tanto Héctor Jonathan como Francisco Aguilar, fueron ingresados a la cárcel preventiva por presuntos delitos. El primero por supuesto robo y daños a un taxi, y el segundo al ser sorprendido robando en una casa habitación.

Después, la jefatura de prensa de la policía reportó que había ocurrido una riña al interior de la cárcel preventiva, y que un joven había resultado lesionado, que le habían sacado los ojos.



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