Por Sebastián Zavala Cordero
En entrevista formal y luego en la sobremesa, Ricardo Ponce Ibarría muestra que no es el “chavo” que algunos pudiéramos esperar, sino un activo y ya viejo militante, que ha sufrido persecución oficial, que se ha apasionado en varias campañas electorales… que ha vivido, y sufrido a veces, traiciones de las “tribus” conformadas a raíz de que su partido, el Acción Nacional, hizo realidad la alternancia en el poder municipal.
Casi corriendo llega “el Rickie”, como amistosamente le llaman la mayor parte de sus amigos, al encuentro con periodistas del Colectivo AC, un poco tarde y apenado, pero listo para exhibir casi de inmediato, con mucho orgullo, sus blasones académicos, pero más que nada, sus 24 años de militancia en el PAN Vallarta, cuyo comité ahora aspira presidir.
Treinta y nueve años de edad permiten la emoción, el entusiasmo y energía que Ricardo Ponce refleja y proyecta, al comentar por ejemplo cómo en sus inicios como activista político de las juventudes del blanquiazul, fue perseguido por un periodista muy celoso de su deber, simpatizante del tricolor, que apoyado en la fuerza pública, intentaba capturarlos “infraganti”, cometiendo supuestos delitos electorales.
Ríe al recordar cómo se ocultaron en casas de vecinos solidarios, de la colonia donde colocaban él y otros muchachos panistas, propaganda electoral.
DE ATRÁS A ADELANTE…
Y no obstante la risa se apaga dando paso a la mirada fija en nada, a una especie de monólogo interno que en voz alta medita: “muchos años nos ha tocado estar atrás, echando porras”… “he trabajado mucho, he aprendido y sólo sé, qué es lo que No debo hacer”…
Ahora que Ricardo Ponce pretende pasar al frente, lo hace esgrimiendo, por un lado, que formó parte como secretario de Organización, del CDM panista en el 2011, el único Comité que ha recibido la distinción de ser señalado por su Partido, como el mejor de todo el estado, reconocimiento que recibieron en octubre de ese año; y por el otro, destacando la dura labor que hubo de realizar durante y tras el proceso de expulsión reciente, cuando tuvo que notificarles –“a varios amigos míos”- las determinaciones últimas, cosa que hizo –dice- sin mediar “nada personal”.
Va a ganar el proceso interno para definir al próximo presidente del CDM del PAN, lo pronosticará abiertamente un poco más adelante; pero desde ya, al hablar de sus planes como tal, se posesiona del papel y adelanta con seguridad que iniciará de inmediato un “proceso
de renovación, en el que la confianza será la base del diálogo, del respeto a los acuerdos… sumando con el consejo de los primeros y fieles panistas, acompañado por quienes como él mismo, son parte de la sangre nueva blanquiazul que reclama ser parte de la dirección.
“NO HAY BRONCA”…
Uno del Colectivo de Periodistas asume y pregunta si el PAN Vallarta “¿está en deuda con los chemistas?”, a propósito de desencuentros, ruptura de tratados y hasta traiciones que pudieran como grupo haber sufrido, pero Ricardo Ponce no muestra ningún momento de rencor, animadversión o coraje: “yo no lo vería de tal manera”, respondió tranquilamente.
Luego explica y resume su idea, la fórmula que seguramente habrá de ganarle simpatías en el proceso interno que se viene: “Voy a sumar, vamos a sacar adelante al partido, sin rencores, sin ninguna fobia, con apertura, dándole vuelta a la página, poniendo la muestra de que no hay bronca”…
“Ceder y negociar”, “acabar con el corporativismo con reformas estatutarias” son mínima parte del ambicioso proyecto político que espera desarrollar y poner en práctica Ricardo Ponce Ibarría, cuyas aspiraciones se tornan más sólidas paulatinamente, conforme se acerca el proceso mayormente democrático para renovar una dirigencia de partido.