Uno de los afectados, el señor Jovany Guadalupe Jara Arellano, afirmó que el 16 de septiembre personal del Ayuntamiento clausuró la obra y proceso de instalación de dicha antena, pero que por algún motivo, ya no hicieron nada para impedir que empleados –que al parecer fueron contratados por el dueño de la finca o por la empresa propietaria del dispositivo—continuaran con esta labor, pues los sellos municipales desaparecieron de un día para otro.
Colonos del “Agua Azul” están cansados de esta situación y exigen al gobierno municipal que actúe conforme a las leyes locales y sus reglamentos, toda vez que –comentan—si bien es cierto que la concesión para la operación de estas antenas le corresponde a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, también lo es que es el Ayuntamiento la única instancia que otorga permisos y licencias para su instalación.
Recordaron que algunas personas aceptan que se instalen en sus inmuebles este tipo de antenas a cambio de una generosa renta, sin tomar en cuenta el riesgo que esto conlleva para el resto de los vecinos.
Además, señalan, en este caso no se está acatando el Reglamento de Zonificación –según el acuerdo de Ayuntamiento 064/2015—que señala claramente los sitios que no son idóneos ni permitidos para la instalación de estas antenas de telefonía celular y radiofrecuencias, que podrían ser dañinas para la salud de los habitantes que están alrededor de las mismas.
Por lo pronto, alguien está fallando al interior del Ayuntamiento, porque ayer todavía estaban personas trabajando en la finca número 110 de la calle Río Suchiate.