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Viernes, 23 Marzo 2018 07:52

El Mochilas estira la liga y pretende meter ¡a huevo! A Oscar Pérez a la planilla

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Por Jorge Olmos Contreras

Al cuarto para las doce, El Mochilas se apertrechó con su gente en Guadalajara para tratar de convencer a Enrique Alfaro de que otra de sus mejores propuestas para integrar la planilla de Arturo Dávalos es su ex secretario particular Oscar Pérez, lo cual ha sido interpretado por muchos como un chantaje más de Ramón guerrero para imponer ya no a tres personas, sino cuatro en el grupo de regidores que va a acompañar en la campaña electoral al ingeniero Dávalos.

El objetivo de Ramón Guerrero es claro, y este es cansar a Enrique Alfaro para que éste tire la toalla y le conceda tantas posiciones como sean posible para desbaratar el proyecto del actual alcalde con licencia; y si eso no es posible en una eventual derrota, boicotear el próximo Ayuntamiento desde el pleno en caso de que Arturo Dávalos gane los comicios de julio próximo.

Sin embargo, otros interpretan como una patada de ahogado el hecho de que El Mochilas quiera imponer --¡a huevo! — al “Chukie” mayor (como se le conoce a Oscar Pérez en el bajo mundo); una medida desesperada –algo así como la última maniobra en un juego de ajedrez-- porque no le están saliendo bien las cosas… ni al interior de su propio equipo.

Anda tan sobrado Ramón Guerrero, que no se ha dado cuenta que el jaque mate está a la vuelta de la esquina, y éste será la rebelión que le tienen preparada cientos de sus seguidores por haberlos utilizado, ninguneado y tirado a la basura, al no tomarlos en cuenta en las decisiones para proponer candidatos a las regidurías que le corresponden o le correspondían.

La gente cercana al propio Mochilas está harta de que pondere a un “niño bien” como Oscar Pérez, que, aunque viene de una familia de buena cuna y haya nacido en sábanas blancas, se ha convertido en un cuasi delincuente por haberle tapado tantas transas y actos de corrupción a Ramón Guerrero Martínez, quien hizo de este muchacho un Frankenstein a su imagen y semejanza –en cuanto a conducta, comportamiento y mañas desde luego—(porque no hay parangón entre uno y otro físicamente. Uno es pelón y regordete, y el otro es parecido al muñeco Titino, casi, casi un Ken mexicano de Tepito) y que ahora pretende seguir sacándole utilidad con una regiduría.

De plano, hay personas muy cercanas al Mochilas que están sumamente molestas, encabronadas dijeran otros, con esta propuesta de Oscar Pérez, cuando –dicen—hay otros perfiles con mayor capacidad política y académica y que están limpios, no como el “Chukie” mayor.

Y es que de entrada nadie va a Olvidar que Oscar Pérez es un sujeto investigado por una importante agencia del gobierno federal, por ser uno de los subordinados del Mochilas que hizo varios viajes a Panamá con un objetivo específico, que es precisamente el que se indaga.

Este no es un tema menor, la investigación tiene muchos meses y tarde o temprano podría saberse a qué iba Oscar Pérez a Panamá, uno de los paraísos fiscales en donde el año pasado se descubrieron miles de cuentas de empresarios y políticos de todas partes del mundo –también mexicanos por supuesto, sino pregúntenle a Fernando González Corona—que usaban esta conexión para lavar dinero o para evadir al fisco.

Ramón Guerrero tomó a Puerto Vallarta como su botín político. Hizo mucho dinero, compró casas y departamentos, vehículos ultimo modelo y compró adornos carísimos para sus residencias, todo está documentado. Y en todo esto, Oscar Pérez fue y ha sido cómplice y beneficiario, sólo que Oscar afirma que adquirió su casona en Yubarta de Marina Vallarta –frente al colegio americano-- con una herencia de sus padres, cuando sus papás todavía no mueren, es decir, heredó en vida según él.

Pero bueno, es el mismo Oscar Pérez que benefició a sus parientes del restaurante “Gaby” al darles en exclusiva la venta de comida y banquetes para las reuniones del Ayuntamiento cuando Mochilas era el presidente municipal.

El mismo Oscar Pérez que protegió a antros y no entregó cuentas claras ni al Banco de alimentos.

El mismo Oscar Pérez que se prestó al burdo engaño del Mochilas a los taxistas de Puerto Vallarta –a quienes juró defender contra los UBER—y después se descubrió que el mismo Oscar y el ex delegado de Ixtapa, Víctor Manuel Aréchiga, alias “El Cachis” eran choferes de un automóvil de dicha plataforma, es decir, les jugaron el dedo en la boca a los ruleteros de Vallarta, los engañaron y ahora van a pedirles el voto, qué poca.

Así las cosas, Enrique Alfaro sabrá si se deja chantajear por el Mochilas otra vez; pero todavía más grave, si los seguidores de Ramón Guerrero van a permitir que se burle de ellos y meta en la planilla a su monstruo favorito, el pequeño Chukie, que salió casi igual de diabólico que el mismísimo muñeco de la película, toda proporción guardada desde luego.

Decía Facundo Cabral que en su pueblo sólo había un policía y un ladrón, y que cuando algo se perdía, ya sabían más o menos quiénes podrían ser.

Así va a suceder con El Mochilas y Oscar Pérez si uno llega a la diputación federal y el otro a la regiduría de Vallarta… Cuando algo se pierda en Vallarta… ya sabremos más o menos quiénes podrían ser.

¿Usted lo permitiría?

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