La persona que en vida llevaba el nombre de Luis y que era también conocido por dedicarse a la venta de ostiones, estaba tirado en la playa sin signos vitales, por lo que se desconoce si su muerte fue natural o falleció por alguna otra causa.
Entre la gente que frecuenta esa playa se comentó que el señor siempre traía dinero en su cangurera, por lo que no se descarta un posible robo, aunque serán los peritos de ciencias forenses los que determinen la causa del deceso, una vez que se haga la autopsia de ley.