Se sabe que vivía solo y que estaba en la más completa soledad, ya que estaba separado de su esposa que vivía en Tijuana.
El martes le tocaba su turno, al que nunca faltaba en el nosocomio popular, pero no llegó. Sus compañeros fueron a buscarlo a su casa y lo encontraron ya muerto.
José Fernando Molina era muy apreciado entre sus compañeros del Hospital Regional, era muy eficiente en el área de urgencias, en donde solía atender a los pacientes que arribaban con lesiones graves, muchas veces les salvó la vida.
Sin embargo, el jueves 28 de julio fue hallado muerto en su domicilio particular del fraccionamiento Los Delfines.
Sus compañeros lamentan profundamente esta pérdida. (En la foto, cuando la vida le sonreía)