El columnista, señala que las primeras pesquisas sobre el secuestro masivo, apuntan a un enfrentamiento entre dos cárteles, el del CJNG y el de Sinaloa.
Que la mayoría de los “levantados” eran originarios de Sinaloa, aunque había algunos nayaritas y dos avecindados en Jalisco, y entre los apellidos de los secuestrados destacan los Coronel y Caro, lo que los ligaría familiarmente a dos capos sinaloenses, Ignacio Nacho Coronel, fallecido en 2010 en Zapopan a manos del ejército, y Rafael Caro Quintero, liberado por la justicia mexicana en 2013, por fallas en el debido proceso.
La presencia de esos apellidos entre los secuestrados –agrega el articulista de El Universal—que serían entre seis y siete (según el último dato que dio en su cuenta de twitter el fiscal Eduardo Almaguer) según las investigaciones de la Fiscalía de Jalisco –pues a varias mujeres que estaban en el grupo atacado las dejaron en el restaurante—fortalece la hipótesis inicial de la venganza por invasión de territorio entre los dos cárteles que en el pasado reciente fueron aliados.
“Les dije que no se paren aquí”, señala Salvador García Soto que así les gritaron los sujetos que entraron al restaurante al grupo de comensales, para después llevárselos, aunque dejaron a las mujeres en el lugar.