Sin embargo, la mayoría no lo está haciendo, pese a las recomendaciones de las autoridades.
Por ejemplo, la tienda departamental Coppel no ha tomado ninguna medida contra una posible incursión de agua de mar, como sucedió con el Huracán Kenna, cuyo oleaje arrojó a la avenida Francisco Median Ascencio todo tipo de aparatos electrónicos y de línea blanca.
Hoy, podría ocurrir lo mismo si el oleaje aumenta y la marejada inunda la franja turística de Puerto Vallarta.
Los más precavidos están colocando costales de arena en la entrada de sus puertas de cristal, cinta por si se rompen los vidrios y otros más pusieron polines en forma de equis y tablas clavadas para evitar el menor daño posible.