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Lunes, 07 Octubre 2024 01:18

Las uñas de Héctor Briseño; pretende controlar las finanzas del Patronato del DIF-PV a través de su esposa Claudia Peña

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Por Jorge Olmos Contreras

Surgido del grupo político-estudiantil “Perfil Joven” que se formó en el Centro Universitario de la Costa (CUC) y que se consolidó en el año 2010, Héctor Manuel Briseño Navarro es hoy uno de los asesores del presidente municipal, Luis Ernesto Munguía González que está en el ojo del huracán, por su ambición desmedida por manejar dinero público y controlar todas (y cuando decimos todas, son todas) las finanzas del Patronato del Sistema Integral de la Familia (DIF) de Puerto Vallarta.

Para lograr el objetivo de allegarse recursos y hacer negocios con el DIF, Héctor Briseño logró que el alcalde nombrara a Claudia Peña –a la postre esposa del propio Briseño—en la presidencia del Sistema Integral de la Familia, cuyo cargo es meramente honorífico.

Sin tener ningún mérito, ni conocer la comunidad vulnerable de la gente en las colonias, Claudia Peña fue nombrada presidenta del DIF, pero con la agravante de que su marido –vía el primer edil-- pretende que sea ella, Claudia Peña, quien firme cheques y se haga cargo de todo lo administrativo, pues esto mismo fue lo que propuso el presidente municipal en la pasada sesión del Consejo del Patronato, gracias a las “asesorías” del otrora Junior Briseño.

EL VENDEDOR DE PIÑAS

Lo anterior sería como rebajar, desacreditar o pisotear la figura de la Primera Dama o de la presidenta del DIF, al delegarle funciones de simple subdirectora administrativa; todo, por controlar el dinero que llega a raudales al Sistema. En el fondo, es claro que Héctor Briseño le está vendiendo piñas a Luis Munguía con una supuesta “reingeniería administrativa” al interior del DIF y su Patronato.

Y con el falso poder de sentirse protegido por Luis Munguía, Héctor Briseño acaba de dar un manotazo para desconocer –de una vez por todas-- a la directora del DIF, Cynthia Isabel Valenzuela López –quien por Reglamento y Estatuto es la única facultada para manejos administrativos—y pedirle a su cónyuge que se haga cargo de todas las finanzas del DIF.

Lo anterior, además de ser ilegal, es una falta de respeto a la memoria de Francisco Sánchez Gaeta (asesinado en plena campaña), toda vez que Cynthia Isabel, es la viuda de quien en vida conocíamos como “Paquillo”, amigo del mismísimo Luis.

Oriundos de Atenguillo, los esposos Briseño Peña llegaron con mucha hambre a la nueva administración que preside Luis Munguía, ya que la señora Claudia Peña fue candidata del Partido Verde a la alcaldía de ese municipio, donde sólo obtuvo 52 votos; y tras su rotundo fracaso, volteó a ver a su esposo para que le consiguiera la presidencia del DIF-Vallarta.

MALESTAR EN EL PATRONATO

Desde luego, hay un profundo malestar entre los integrantes del Patronato del DIF por esta intromisión y violación al reglamento y estatutos del DIF; ya que de acuerdo con información a la que el columnista tuvo acceso, le van a pedir a Luis Munguía que ponga orden y le exija a Héctor Briseño sacar las manos del Sistema Integral de la Familia.

Asimismo, que respete a la viuda de Paquillo Sánchez y que no se pisotee el Reglamento del Patronato.

Cabe recordar que el Reglamento y el Estatuto del DIF Vallarta son muy claros sobre las funciones, tanto de quien presida la presidencia del organismo, como de quien funja como director o directora de este.

Así las cosas, la presidencia del Patronato del DIF Municipal tiene las facultades que menciona el artículo 8 del decreto 12019 y las mencionadas en el artículo 16 del Estatuto Orgánico del DIF-Vallarta.

FIGURA HONORÍFICA

En términos generales, la presidencia es una figura honorífica y que, la misma, si bien es cierto representa los intereses del Sistema y vigila el actuar de los funcionarios públicos para que se lleven a cabo los acuerdos tomados por el Patronato, también lo es que sus facultades se limitan a solamente aprobar y testificar en los convenios que se lleguen a realizar con diferentes dependencias, públicas o privadas.

En tanto, la Dirección del DIF contempla las facultades que se mencionan en el artículo 9 del decreto 12019 y el artículo 22 del Estatuto Orgánico.

De lo anterior se desprende que la función principal de la Dirección es la ejecución de los acuerdos del Patronato y Presidencia, teniendo las facultades de designar y aprobar los nombramientos del personal, con el visto bueno de la presidencia.

Asimismo, de celebrar los convenios, contratos, y todo tipo de actos jurídicos necesarios y que sean indispensables para el cumplimiento de los objetivos del organismo.

Y ojo: También es facultad de la Dirección actuar en representación del organismo, con facultades generales para actos de administración y de dominio para pleitos y cobranzas, para el buen funcionamiento del Sistema Integral de la Familia.

De lo anterior, es totalmente evidente que quien firma y representa en el ámbito jurídico y legal al DIF-Vallarta, es la Dirección, nadie más.

LAS UÑAS LARGAS

Sin embargo, Héctor Briseño –formado en aquel grupo denominado “Perfil Joven” que era liderado por Luis Munguía y Magaly Fregoso a inicios del año 2010 y que surgió en el CUC como un ente político-estudiantil—trae las uñas largas y quiere, como sea y contra lo que sea, meterle sus sucias manos (impregnadas de corrupción) a las finanzas del DIF-Vallarta con el cuento de una “reingeniería administrativa”.

Para quien no lo conozca, Héctor Briseño fue uno de los jóvenes de todas las confianzas del ex presidente municipal Ramón Demetrio Guerrero Martínez, El Mochilas, a quien hizo Jefe de Recursos Humanos y quien fue descubierto por el otrora panista, Ignacio Guzmán García, cobrando cheques de los finiquitos que correspondían a trabajadores que ya no querían en el Ayuntamiento en la administración de Ramón Guerrero.

Nacho Guzmán lo despidió de inmediato, pero no se le siguió un proceso administrativo, su amigo Mochilas lo protegió. Por eso decimos que tiene las manos manchadas.

Así las cosas, alguien debe decirle a Luis Munguía que su administración, que su gobierno municipal, que el Ayuntamiento que preside y cuyo voto de confianza le dieron los vallartenses en los pasados comicios, debe ser ejemplar, libre de escándalos y de corrupción y que, por más amiguismo y compadrazgos que haya, debe cortar las manzanas podridas desde ahorita, antes de que lo metan a ese lugar al que ningún político quiere ir (el basurero de la historia); pero todos saben que, si se cruza el punto del no retorno, todo proyecto, toda empresa, se desinfla más temprano que tarde.

Hay otro caso más grave todavía –que involucra a otro neo funcionario ambicioso y desleal--; pero eso se lo daremos a conocer en la próxima columna.

 

 

 

 

 

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