Así pues, por tercer año consecutivo, un total de 30 oficiales de esa corporación y un número similar de familiares, han conformado la antorcha guadalupana que lleva el nombre del bombero más joven de la agrupación, quien falleciera en el 2008, y que a la fecha lo recuerdan con el mismo cariño de siempre, Alain Lugo Beltrán.
La noche del pasado martes los antorchitas fueron recibidos en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, entre aplausos de cientos de personas y del párroco Esteban Salazar González, quien dirigió unas breves pero muy emotivas palabras al grupo de elementos.
“Normalmente los bomberos son quienes apagan el fuego pero en esta ocasión nos han traído la flama de la fe. A ustedes (bomberos) les damos las gracias por esa labor que realizan y que día a día arriesgan sus vidas por salvar las de otras personas”, acotó.
Por su parte, los antorchistas agradecieron las bendiciones recibidas durante este 2013, pidieron por el eterno descanso de su compañero Alain Lugo Beltrán, por sus familias y por todas aquellas personas a las que auxilian con su quehacer diario.