En su edición de diciembre de VALLARTA UNO –que estará en circulación el próximo miércoles 18—se publica un reportaje sobre el fraude cometido por Antonio Copela y su hijo Jonathan Tomasello.
El siguiente es un fragmento:
Apenas un susto fue lo que experimentaron Antonio Copela y su hijo Jonathan Tomasello al ser detenidos por agentes judiciales por no exhibir una fianza tras una denuncia de fraude en fecha reciente. Pisaron la cárcel unos días, pero al pagar un millón de dólares salieron libres para seguir delinquiendo. Se trata de dos estafadores profesionales que operan en Puerto Vallarta y que han defraudado a cientos de personas sin que se les haya castigado penalmente
Luego de pagar una fianza de un millón de dólares, los estafadores Antonio Coppela y su hijo Jonathan Tomasello recobraron su libertad en días pasados, luego de que fueron detenidos por agentes de la Policía Investigadora de la Fiscalía Regional de Jalisco en la zona de Marina Vallarta, área de influencia donde operan estos defraudadores para timar a cientos de extranjeros con el cuento de una semana de intercambio vacacional en este destino turístico o de hacerlos socios de proyectos inexistentes.
Antonio y Jonathan son dos de los principales actores que han sido denunciados por este medio como quienes forman una red de estafadores de tiempos compartidos, pero las autoridades no han tomado cartas en el asunto y siguen delinquiendo como si nada.
Sus víctimas habían visto una luz de esperanza de que se les hiciera justicia cuando fueron detenidos, sin embargo, tras exhibir una fianza de un millón de dólares quedaron otra vez en libertad para seguir con su vida bandida.
El fraude por el que fueron detenidos Antonio Coppela y Jonathan fue denunciado por una pareja de norteamericanos que no se quedaron callados, sino que contrataron un equipo competente de abogados para exigir la reparación del daño. Al menos ellos lograron que Antonio Copela y su hijo exhibieran una fianza millonaria, sin embargo, muchos otros no han logrado recuperar nada, sobre todo porque esta banda de defraudadores cambió la razón social del desarrollo Belaire y trianguló operaciones de compra venta de acciones y simuló la venta del lote de Marina Vallarta a otra sociedad anónima, donde siempre apareció el hijo de Copela, Jonathan Tomasello y sus hijas, pero fueron pillados en el fraude.
También cambiaron el domicilio de la razón social a Tijuana, quizá para que las quejas de la Profeco no los alcanzaran y finalmente y de una forma fraudulenta, liquidaron e extinguieron la sociedad del hotel Belaire para burlar la justicia y que su mega fraude quedara impune. (Más información en la edición impresa)