“No te voy a decir que soy ‘Juan Camaney’, que yo soy un chingón… ¡déjate de esas chingaderas!… simplemente quiero seguir trabajando por el bien de mi comunidad, y la gente me conoce, sabe quién soy”.
En una modesta oficina, improvisada al rincón de un negocio de materiales de construcción, el connotado empresario regional nos deja ver a través de su óptica, detalles del momento crucial que vive la sociedad nayarita, particularmente en la costa sur de la entidad, al aproximarse un proceso electoral que ha despertado expectación extraordinaria.
LA ALIANZA… QUÉ ESTÁ CLARO Y QUÉ NO
Sobre la alianza con el Partido de la Revolución Democrática, que fue avalada por el Partido Acción Nacional y recién rechazada por la cúpula nacional perredista, pero cuya propuesta de cualquier manera entregaron formalmente ayer las instancias correspondientes de ambos partidos, en Nayarit, para su debido registro, afirma:
“Hay voluntad para que tengamos una fuerte coalición partidista, porque seguramente beneficiará a los ciudadanos que esperan un cambio verdadero de rumbo; y consecuentemente a nuestros partidos al ganar más presidencias municipales, y no sólo los 10 municipios administrados actualmente por el PAN y uno del PRD”.
Respecto al trámite que debe cumplirse y la seguridad de que se concrete y anuncie formalmente la alianza PAN-PRD en Nayarit y sus municipios, Adrián Guerra reconoce que “no hay nada claro”, puesto que aún siguen el proceso de registro y en los días siguientes tendrán encuentros que conduzcan a acuerdos formales.
Acepta que la decisión sobre los candidatos a presidencias municipales, uno de los que serán puntos medulares de la negociación, se pudiera llevar a cabo de acuerdo al momento político y circunstancias electorales que de manera particular se vivan cada municipio.
No obstante, en pocas y firmes palabras deja ver que por lo que toca a Bahía de Banderas, “aquí está claro” quien debiera encabezar la coalición; “sería injusto que nuestros amigos del PRD quisieran poner al candidato, cuando la pasada elección la ganamos nosotros como Acción Nacional, y porque llevamos largo camino avanzado”.
Aceptó incluso la posibilidad de que se sume a la alianza el Partido Movimiento Ciudadano, eso sí, con la conciencia de que “ya está decidido (quién será) el candidato”
UN PERSONAJE CERCANO… MUY CERCANO
No revela la identidad de éste, y no hay presión del entrevistador para que lo haga, porque lo descubrimos en su modesto despacho donde nos recibe, y que es bastión de la asociación civil “Adriancistas”, que desde hace varios años con el membrete, y toda su vida el hombre que la encabeza, ha dedicado tiempo y esfuerzo para “brindar apoyo a los que menos tienen”, como dice Guerra Padilla.
Recargado en una mesa sobre la cual hay lonas con su imagen en toma media, vertical, rostro serio como inició la entrevista, Adrián responde a la misma ataviado con camisa sencilla como la de todos los días, pantalón ligero y zapatos con huellas de trabajo. En la lona que cual mantel cubre su mesa de respaldo, además de la foto, la simple leyenda: “Adriancistas AC”, adornada por un logotipo vistoso de estilizadas letras “A” y “G”.
En un rincón, para personas con problemas de equilibrio y/o locomoción, cuatro o cinco andaderas de aluminio como las cientos que ha entregado en su ya muy larga jornada de ayuda social altruista en comunidades y poblaciones del municipio, actividades que se fortalecen y realizan con mayor entusiasmo a últimas fechas, arrastrando multitudes como el pasado 5 de enero, cuando en medio de una gran fiesta con cientos de agradecidas personas, la AC obsequió sillas de ruedas y bastones a personas urgidas de estos apoyos, además de otros presentes.
QUÉ VE ADRIÁN GUERRA
La fuerte proyección como posible candidato le da su labor social, el reconocimiento de incluso sus peores detractores sobre su habilidad y éxito empresarial, así como el trato directo y franco que da a todos los que lo conocen y él conoce, que son muchos, muchísimos ciudadanos de Bahía, le visten con un porte que hace inútil escuchar de su boca el nombre de quién habrá de ser el próximo presidente municipal, si los electores comprueban el supuesto repudio popular contra el Revolucionario Institucional y sus últimas desastrosas administraciones.
Está unido, lo dice, al presidente del Comité Directivo municipal del PAN, Arturo Cuevas, “y no sólo a él, también a todo el panismo”. Tenemos muchas propuestas –abunda- pero las daremos a conocer en su momento, porque por ahora las ganas que sobran es por trabajar.
Visualiza una campaña electoral exitosa “para todo mi pueblo, porque yo soy de aquí, aquí fui parido y en estas tierras he trabajado con ahínco para que mi familia tenga lo necesario y algo más, lo que también quiero para mi gente de Bahía de Banderas”.
Ya se ve buscando el voto “sin echar malo a nadie, sin repartir limosnas ni palabras falsas, con trabajo y propuestas honestas y viables, con el apoyo de mis amigos de oposición, porque todos somos amigos, nos conocemos desde hace mucho tiempo”.
Es amigo de los periodistas en la región, lo cual hace constar aprovechando para felicitar al gremio por su libertad de expresión, “por su trabajo que respeto y apoyaré sin restricción alguna”.
QUIÉN ES
Adrián Guerra está casado con Rosario Mota Flores, con quien tuvieron siete hijos que van de 29 años de edad a 40, dos de ellos abogados, dos contadores públicos y una optometrista… y el resto también fortaleciendo los negocios de la familia.
Siempre respetuoso en su forma de expresar las ideas, pero con mayor confianza al entrevistador, Adrián Guerra utiliza el lenguaje del pueblo, que le sale del alma y su ser, para establecer que va por la vida “con la frente en alto, pues no soy ratero, no soy amigo de delincuentes y nunca he quedado mal con nadie”.
Soy agricultor, ganadero, constructor y comerciante, y no te voy a decir que soy “Juan Camaney”, que yo soy un chingón… ¡déjate de esas chingaderas!… simplemente quiero seguir trabajando por el bien de mi comunidad, y la gente me conoce sabe quién soy, y yo sé qué es lo que quiero para ellos y para Bahía de Banderas, puntualiza Adrián Guerra Padilla, situando en un futuro cercano la mirada de sus ojos verdes.