El mensaje fue dirigido a miembros del Sector Popular del Partido Revolucionario Institucional, particularmente a militantes identificados al ex alcalde Javier Bravo Carbajal.
Jesús Barrios es aquél asistente de Aleyda Bravo Carbajal en sus tiempos de fungir como regidora y por lo visto, conserva la misma chamba. En consecuencia, éste personaje está íntimamente ligado al ex alcalde Francisco Javier Bravo Carbajal, el mismo quien le instruye operar en la tarea de renovar el cuadro de consejeros que le corresponden a la CNOP en el Consejo Político Municipal. Y para cumplir lo anterior, se dieron la tarea de proponer incondicionales para promoverlos como presidentes de seccionales. Todos deben ser afines a los intereses del grupo. De esta forma tienen mayores probabilidades para ganar los mayores espacios posibles en el órgano máximo del partido.
Lo menos importante es quizá que los Bravos tienen dificultades para llenar los espacios que le corresponden al Sector Popular que nuevamente controla el maestro del Pitillal. Los Bravos quieren más consejeros pues saben que eso les garantiza mayor poder político, y eso en su momento, se traduce en fuerza para negociar posiciones. Posiciones tales como por ejemplo, negociar regidores en la planilla y, por qué no, quizá quedarse con alguna candidatura a diputado.
Pero tal parece que el delegado en el municipio de la CNOP, Alberto Noriega Díaz, “el púas”, no se ha puesto las pilas o bien no está dándole resultados a Bravo Carbajal. Eso de andar rogando para que manden propuestas no va con las exigentes reglas que en otros tiempos solía imponer Javier Bravo a su gente.
Si se trata de planear la construcción de un escenario favorable para determinado aspirante a la alcaldía, cualquier priista sabe que el primer paso se da dentro del Consejo Político Municipal en donde tienen espacios los presidentes de seccionales. Javier lo sabe tan bien como un Rafael Yerena Zambrano. Los dos trabajaron de la mano en los tres últimos procesos internos para imponer candidatos y parecen juntos dar la impresión de haberse reencontrado en su cortejo político.
Cuando el proceso pasado estaba en este momento, se le advirtió a Andrés González Palomera que todos se estaban confabulando para bloquear sus aspiraciones. Al final, el círculo se cerró y Andrés se quedó como el chinito “nomas milando”. El Consejo actual se conformó por priistas palomeados por Adrián “el archi” Méndez González y se incluyeron aquellos propuestos por Javier Bravo, los que en su momento le “tumbó” Elisa Ayón. De esa forma, “el archi” se fue derecho a la candidatura a la alcaldía, los consejeros aplaudieron cuando lo propusieron; y Andrés González Palomera, ni las manos metió.
Respecto al Sector Popular, el equipo Bravo cerró esta semana el trabajo de reunir la documentación de sus propuestos para ser considerados como presidente de algún seccional. El fin último es que todos ellos se incluyan en el Consejo Político. El equipo de Javier Bravo tiene su feudo en El Pitillal. Sus antes aliados estaban distribuidos en casi todo el municipio pero al cabo de terminar su gestión en la alcaldía, su grupo se redujo hasta casi desaparecer.
Entonces, el PRI está renovando sus seccionales para dar el paso a actualizar el CPM. En ello se apoya en los sectores y el presidente del partido, Gustavo González Villaseñor hace sus intentos de ser incluyente. Aunque no es de su agrado tomarse de la mano con Bravo, también consideró a la CNOP para hacer llegar sus propuestas para las presidencias de los seccionales. Bravo no olvida que cuando Gustavo y sus “campeones” gobernaron la ciudad, no le dieron ningún espacio en la administración municipal. Por eso cuando, Bravo sustituyó a Gustavo en la alcaldía, también les dio el portazo en la cara y no invitó a ningún “campeón” a la administración. Bravo no le cree esa fingida generosidad que le ofrece Gustavo González pero hace su chamba para controlar seccionales y ganar mas consejeros políticos. Más o menos se mueve cual dos caníbales vestidos de corderitos pero que cada uno espera el momento para sacar el colmillo de un lobo enmascarado.
Estatutariamente al Sector Popular le corresponden seis posiciones por el medio electivo y 14 más por designación del sector. Es decir, Bravo ya tiene amarrados 14 posiciones en el Consejo Político, pero quiere otras seis para sumar las dos decenas. De ese tamaño será su fuerza al momento de estar en la mesa de las negociaciones para las candidaturas a munícipes y a diputados.
Como González Villaseñor, Javier Bravo sin embargo ha perdido credibilidad y liderazgo entre los suyos. A los dos ya poco y pocos les creen y muchos de sus porristas incondicionales ahora tienen dudas si se trata de aplaudirles. Bravo quedó mal parado desde aquella vez que por sus tanates sacó del Consejo a José Luis Valdivia Alcantar, a Ángel Cruz, a Ángel Salcedo, a Rosalba Betancourt, Graciela Torres y al esposo de Gloria Palacios Ponce, un ex Bravo de apellido Avelar. A Claudia Verónica Gómez Quintero también la dejó de lado con el argumento de que sería regidora. Alberto Noriega “el púas”, el siempre fiel, ocupó uno de esos espacios. Iván “el tigre” Bravo también probó ser consejero en esa ocasión.
La renovación de la estructura del tricolor es de suma valía cuando, como ya decíamos, se trata de construir condiciones para determinado proyecto político. Habría saber qué está haciendo Andrés González Palomera, porque si se cumple el vaticinio, bien hará el representante del gobernador en irse despidiendo del PRI y de sus amigos priistas. Aliados, Yerena, Bravo, los González Reséndiz, que también trabajan en lo suyo, nada tiene que hacer Andrés. Se equivoca quién sostenga que la fuerza política de Yerena se acabó con la derrota de su protegido “el archi” Méndez en la pasada elección. Yerena, de proponérselo, es capaz de volver a decirle “no” a Aristóteles Sandoval. Y que se sepa, la luna de miel de Yerena con Andrés es tan ficticia como el cortejo de Bravo con el jerarca de la CTM o los amores que se declaran Yerena y Gustavo. Los señores solo se mueven bajo los escenarios del oportunismo político. Está demostrado que a Yerena, a Bravo, a Gustavo les interesa saciar su apetito político personal y si acaso la de un reducido grupito de incondicionales. Pero ninguno de ellos aceptará la rebeldía natural y la independencia política con la cual se mueve González Palomera.
REVOLCADERO
Vaya que Andrés González quiere dar muestras de aquella fuerza que arrastró hasta hace tres años. Andrés puede llenar el inmenso terreno de Armando Villaseñor con invitación abierta y ofreciendo las mejores bandas musicales en su fiesta de cumpleaños. Sin embargo, también eso es ficticio. Fans de las bandas coras suelen pagar cuando son parte de los elencos de bailes masivos para verlos y escuchar sus canciones. Y ahora, si no cobran y además, hay cerveza gratis harán cola para unirse a los apapachos de Andrés. Pero eso a nadie impactará; si acarrea miles y miles de asistentes a su fiesta no son votos. Sin embargo, algo cosechará, de menos que quienes no lo conozcan, sepan como es el Andy. La pregunta que todos se hacen es de donde saca dinero Andrés para pagar dos bandas que se cotizan en decenas de mies de pesos por una cantada. Nadie cree que Pancho “el chuletas”, Goyito Peña o Chabelo tengan capacidad para reunir una polla y costear semejantes gastos.****** Gustavo González Villaseñor ya puede presumirnos haber reclutado al médico rebelde Basilio Hernández Moreno. Sí, el médico que cuando Gustavo y Rafael González rindieron un informe de sus actividades legislativas nos dijo a manera de queja que estos del nuevo PRI, echaron a los viejos priistas. Como que muy pronto el médico Basilio olvidó cómo fue echado de la chamba que tenía en Servicios Médicos Municipales. Nos dijo ese día que a él literalmente lo exiliaron fuera de Puerto Vallarta esa nueva camada de priistas. Pero ahora aparece y dice creer ciegamente en Gustavo.****** Quien no cabe de júbilo es Oscar Pérez Ortiz. Nos comentó el dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional, la MORENA de Andrés Manuel López Obrador, que ya logró afiliar a casi mil 500 vallartenses. Ahora el reto es convertir a cada uno de esos seguidores del tabasqueño en activistas. Porque de nada servirá que todos esos afiliados lo sean solo de firmas y no se integran al trabajo del pastoreo político.
