Se trata de Oscar Daniel Zamora Cuevas, mejor conocido como “El Winnie”, un sedicente profesor que fue colocado en la dirección del Instituto gracias a sus ligas y complicidades con el legislador más perezoso que ha dado Puerto Vallarta, es decir, con Luis Ernesto Munguía González, y que en unos cuantos meses ha destruido la imagen del TEC y la confianza que debe existir en todo plantel educativo entre personal administrativo, directivos y maestros.
Todos los excesos que usted se pueda imaginar han ocurrido al interior del TEC Vallarta desde la llegada de Oscar Daniel Zamora, desde rodearse por un grupito de inexpertos muchachitos que no tienen la mínima educación para tratar con el personal y profesores, hasta la reducción de horas a maestros para adjudicárselas a los recomendados de Luis Munguía para que puedan cobrar por “horas trabajadas”.
LOS EXCESOS
Han sido tan sucios y severos al momento de perjudicar a profesores que ya tenían años de trabajo en el TEC, que incluso no se midieron al afectar a un maestro que padece una enfermedad terminal (cáncer), al quitarle 20 horas de trabajo para entregarlas a otra persona identificada con el equipo de Luis Munguía.
Es claro que bajo la mirada cómplice del gobernador Enrique Alfaro, el diputado Luis Munguía hizo del TEC Vallarta uno de sus centros de operación política, sin importar que en el proceso pisoteen la imagen del instituto, afecten a los estudiantes (a quienes utilizan para actos proselitistas) y dañen a los profesores.
Desde la llegada del “Winnie” a la Dirección del TEC, fueron evidentes las irregularidades que desembocaron en claros actos de corrupción, como el delegar responsabilidades a 10 personas que lo acompañaban para tomar decisiones en todas las áreas del plantel sin contar todavía con un nombramiento oficial, haciendo a un lado a quienes fungían como encargados.
El equipo de muchachitos del “Winnie” se apoderaron rápido de varias oficinas, tomaron computadoras y otros aparatos y usaron vehículos oficiales sin tener ningún tipo de nombramiento, de ahí que se haya señalado que tomaron por asalto el TEC Vallarta.
LA “ESTRATEGIA” DE LAS HORAS
Molesto, frustrado y desesperado porque no le autorizaron el recorte de personal administrativo y directivo del TEC en un principio, Oscar Daniel Zamora Cuevas “implementó” una estrategia para poder ingresar rápidamente a unos cuantos de sus amigos y recomendados de Munguía en la nómina estatal.
Dicha estrategia consintió en reducir horas presenciales de maestros frente a grupos y asignarlas a sus muchachitos… ¡pero en línea!, esto, para evitarles la molestia de checar entradas y salidas. Para justificarse, el “Winnie” les explicó a los maestros perjudicados que era “un ajuste de necesidades” de la institución, además, que era una “instrucción” de Guadalajara; cosa que resultó totalmente falsa, pues era obvio que fue una indicación interna para cumplir con los compromisos políticos de su gurú Luis Munguía.
Y como adelantamos párrafos arriba, un hecho por demás abusivo y miserable fue el del maestro Manuel Zapata, quien tiene una incapacidad emitida por el Seguro Social --ya que debe acudir a quimioterapia por lo avanzado de su enfermedad--, y al que le redujeron de 40 a 20 horas de trabajo, con tal de otorgar las 20 horas restantes a uno de sus muchachos y que el dinero por esa paga se fuera a los bolsillos de su recomendado, en perjuicio del profesor Zapata.
ESPIONAJE ROSA
Pero la “estrategia” del “Winnie” tenía doble fondo, pues también asignaron horas a sus incondicionales con el objetivo de espiar al personal docente… no para impartir clases. Sus muchachos rositas tenían y tienen la encomienda de revisar todos los movimientos de los maestros del TEC, desde su comportamiento dentro de las aulas, la hora de llegada y salida y hasta la forma en que los profesores impartían sus clases. Un punto importante era levantar actas administrativas contra el profesor que llegara hasta un minuto tarde al salón de clases, lo cual era obvio cuando se tenían que trasladar de un salón a otro.
La cosa era fastidiar a los maestros y con acta administrativa en mano, tratar de despedirlos para tener más espacios de trabajo para el equipo de Luis Munguía y o en su caso, para los muchachitos de Zamora Cuevas.
Pero como ni el gobernador ni el secretario de educación pública han hecho algo para detener los excesos del “Winnie”, éste se ha sentido con las influencias suficientes como para incluso violar los estatutos del TEC y varias leyes de aplicación estatal.
CORREN A LOS MAESTROS DE IDIOMAS
Por ejemplo, el TEC es una institución que oferta al estudiante los idiomas inglés y francés. Para ello, realiza la contratación de servicios externos a través de una convocatoria y se contrata al personal que reúna los requisitos emitidos en la misma. Sin embargo, el “Winnie” no solo no cumplió con su palabra al asegurar que los profesores de idiomas que ya estaban se quedarían a terminar el semestre, sino que tampoco lanzó una convocatoria para contratar a nuevos maestros en esta área; relegó a los que ya estaban y les dio trabajo a 10 nuevos, todos cercanos al diputado Luis Munguía.
El colmo fue que, entre los 10 nuevos maestros de idiomas nuevos, figura el padre del mismísimo diputado Luis Ernesto Munguía, de nombre Luis Munguía; pero esto parece que no lo ve Enrique Alfaro Ramírez, con tal de imponer al candidato a la presidencia municipal en el 2021.
Desde el primer día a su arribo al tecnológico, “El “Winnie” se hizo llegar por un grupo de “jóvenes inexpertos” que pareciera que le cubrían la espalda; o bien Luis Munguía desconfiaba de sus capacidades y por ello lo mandó “protegido”.
La cosa es que para el proceso de entrega-recepción, la dirección saliente le explicó que solo se requería la presencia de él y un testigo –“El Winnie” designó a su inseparable amigo Pacheco-- y que el proceso era a puerta cerrada con las autoridades estatales, tal como lo marca la ley y posteriormente se haría una presentación del equipo directivo, esto con el fin de que conociera a quienes conformaban la institución y colaborarían en los siguientes meses (ya que no habría hasta el momento despidos, según dijeron); situación que no le importó al “Winnie” y entró a la sala de juntas con todos los que le acompañaban, por lo que las cosas cambiaron y se invitó al equipo directivo para que de igual manera estuviera presente.
COMO SI FUERA EL SECRETARIO DE EDUCACIÓN
Dicen los que estuvieron en dicha reunión que el momento fue muy incómodo, ya que ambos equipos se encontraban de extremo a extremo, como si fuera una confrontación o una pelea callejera, todo porque “El Winnie” no respetó el acuerdo y el protocolo establecido.
Y para acabarla de amolar, en dicha reunión, que fue un viernes, también estuvieron presentes sin autorización (ya que el proceso no lo permite), Luis Munguía, una funcionaria regional, el profesor Roberto Palomera, así como autoridades de la Unidad Central y representantes del sindicato del tecnológico.
Ese día, Luis Munguía –como si fuera el secretario de educación—invadió el TEC, se atribuyó funciones de directivo y hasta tomó la palabra para, con total falta de respeto, darles las gracias a los directivos, es decir, ya los estaba corriendo antes de tiempo.
Para el siguiente lunes, convocaron a otra reunión con el mismo personal directivo con el objetivo de presentarle una radiografía de la situación en la que se encontraba el tecnológico y conocieran a los integrantes del equipo actual y fuesen ellos mismos quienes expusieran su estatus de cada área. Para esta junta, le preguntaron al “Winnie” cuántas personas iban a acompañarle, para hacer ajustes adecuados y que pudiesen estar cómodos en la sala de juntas, pues sería la primera vez que el nuevo director se presentaría formalmente con el equipo responsable de la institución. La respuesta de Zamora fue que lo acompañarían dos o tres de sus colaboradores, pero otra vez se pasó por el arco del triunfo los acuerdos y llegó con toda su recua de muchachitos y personas ajenas a la institución.
EL ASESOR, ALFARO Y EL REFRESQUITO DEL WINNIE
La actitud del equipo del equipo del “Winnie” fue prepotente, grosera y poco cortés, ya que toda la información que le presentaban era cuestionada y alejada, teniendo siempre el comparativo de la U. de G. (de donde vienen todos ellos); sin ninguna autoridad o nombramiento por parte de las instancias correspondientes, ellos estaban ahí presentes con el único visto bueno del ahora director, quien su respuesta a todo era siempre: “Eso ya lo sé” ,“eso ya lo tengo considerado”, “eso lo veo en Guadalajara”, en otras palabras, fue evasivo totalmente y dejó ver su alto nivel de ignorancia de los temas de la educación superior tecnológica; sin embargo el equipo que presentaba la información se mantuvo al margen y dio cátedra de la formalidad e institucionalidad que a ellos les hace falta.
En esta reunión, el mismo “Winnie” acordó que en el transcurso del día estarían llamándoles para platicar y que su proceso de entrega lo estaría trabajando y sería informado a través de alguno de sus enlaces, por lo que les sugería que “mejor se fueran a tomar un refresquito”, mostrando con ello falta de profesionalismo y ética para conducirse.
Pero bueno, la ley marca 30 días hábiles para hacer la revisión del estado en que se encuentra la documentación, equipo y demás de las instituciones, sin embargo transcurrió el tiempo y nadie se presentó en las áreas para conocer los procesos; el límite de días culminó, pero la gente del “Winnie” siguió en el TEC Vallarta haciendo uso de las instalaciones, del equipo de oficina y vehicular; tomando decisiones en las áreas, realizando reuniones académicas y administrativas, sin que nadie en el gobierno del Estado objetara nada.
Uno de estos personajes –incondicionales del “Winnie” -- se dice llamar Vincent O´Halloran Lepe y se presenta como “uno de los asesores del director”.
En el fondo todo es político –pero a costa de violar la ley y destrozar la imagen del TEC--, ya que como parte de sus estrategias para impulsar el proyecto de Luis Munguía, crearon un nuevo Consejo Estudiantil, relegando al ya establecido, con el cual pretenden pasarse el reglamento del Tecnológico, autorizando –por ejemplo-- más semestres de lo marcado a nivel nacional o bien omitir los acuerdos ya establecidos en las sesiones del comité académico, dando vía libre para cursar materias que han sido reprobadas en varias ocasiones, aún cuando el reglamento marca que no se pueden volver a cursar; con lo que lejos de ayudar al estudiante, lo están perjudicando.
De esta manera, la Dirección del TEC se convirtió en un despacho del equipo de Luis Munguía, quien dio las instrucciones necesarias para que nunca se dejara al “Winnie” solo con algún estudiante; que siempre estuviera presente alguien del equipo, tal vez para prevenir que este “meta las patas y seduja a los estudiantes” … Nunca se sabe… Al menos en esto Luis Munguía tuvo mesura.
Pero… ¿Y el gobernador?... ¿Qué dice de todo esto?... ¿Lo va a seguir permitiendo?