Y aunque el tránsito municipal habría alegado que se dedica a la compra-venta de autos usados y que le estaban pagando uno de estos muebles, en la grabación se ve al agente con el uniforme de la corporación en un día laborable, por lo que otro militar --que ya no halla la puerta de la honestidad en la comisaría de seguridad pública de PV-- el Capitán Eloy Girón, aseguró que “se procedería hasta sus últimas consecuencias”
También dijo que ya tenía ubicado al oficial que aparece en el video, pero... que “por cuestiones de seguridad y secrecía” no se podían proporcionar sus datos; y reiteró que ya “se tienen ubicadas a las dos personas que están ahí en ese momento recibiendo las dádivas”.
Este medio de comunicación investigó por su cuenta y nos topamos con la punta del hilo de la madeja que lleva a una monumental corrupción que se da en tránsito municipal con el presunto consentimiento –por comisión u omisión—del teniente encargado de la subdirección vial, es decir, por el mando castrense Pedro David García Maldonado.
LA GOTA QUE DERRAMÓ EL VASO
A casi una semana de que se difundió el video –que fue la gota que derramó el vaso al interior de tránsito municipal—el director de seguridad pública ha sido bastante opaco, quizás porque se va a enfrentar a la triste realidad de que su teniente ha sido incapaz de frenar los actos ilegales que se dan en todos los sentidos en la dependencia bajo su responsabilidad.
De entrada, se sabe en los corrillos de dicha subdirección, que el elemento sorprendido recibiendo billetes se llama Ildefonso Joya López, un agente que tiene 18 años de servicio y que en los últimos ha logrado sobresalir económicamente... más que otros de sus compañeros.
Por ejemplo, el señor agente vial posee dos casas en el fraccionamiento Valle Dorado, que ha adquirido con sendos prestamos conseguidos en Pensiones del Estado –se ignora la fórmula de Joya López para pagar dos créditos, ya que solo gana ocho mil 500 pesos quincenales—y todavía se da el lujo de tener una vida placentera, pues se va de vacaciones a cualquier punto de la República Mexicana que usted guste; además de enviar a sus hijos a escuelas privadas, colegios de renombre desde luego.
No solo eso, también ha trascendido que Joya tiene terrenos en puntos importantes de Puerto Vallarta y dos casas más a nombre de un supuesto cuñado y de su esposa.
PECATA MINUTA
Pero eso es pecata minuta comparado con el verdadero “business” que, según se dice, tiene el señor Joya López, toda vez que fue a 'cuentearle' al marino Maldonado que él se dedica a la compra y venta de automóviles antiguos, que los remodela y revende (casi, casi decía que era émulo de Martín Vaca, el protagonista de la serie “Mexicánicos” que sale en el Discovery Channel) y que supuestamente eso es lo que le estaban pagando en el video difundido.
Sin embargo, en la grabación solo se observa que cuenta unos pocos billetes (ninguna cantidad importante como para que alguien pague por un vehículo remodelado); pero lo más curioso, es que otro elemento de tránsito que acompaña a Joya, también recibe un sobre con aparente dinero.
Desde luego, el teniente Maldonado, que se hace el desentendido ante la evidente corrupción en su subdirección, se “tragó” el cuento de Ildefonso Joya López, y parece que ya le dieron carpetazo al asunto.
Es probable que el presidente municipal no se haya dado cuenta de que los mandos militares se están encubriendo unos con otros, toda vez que no se ha visto la mano dura del capitán Eloy Girón para exigirle al teniente Maldonado resultados positivos.
EL “JOYA GATE”
Todo esto mientras el caso “Joya Gate” ha destapado una verdadera cloaca al interior de tránsito municipal –insistimos, todo solapado por el teniente de fragata—que nos lleva a niveles de corrupción nunca antes vistos (o al menos no ventilados públicamente) como el negocio de poner a un agente de tránsito en el semáforo del crucero de Las Moras (Prisciliano Sánchez y Avenida México) de nombre Julio César Hernández, cuya principal tarea –“encargada” por los mandos—es cazar a automovilistas y no la de dirigir el tráfico con el control manual.
Julio César es otro elemento a investigar, en virtud de que es uno de los que envían a diferentes puntos de la ciudad para obtener dinero que les sacan a los automovilistas que tienen la mala fortuna de toparse con este oficial, ya que él (siempre) entrega buenas cuentas a los diferentes encargados de turno, quienes simple y sencillamente se hacen de la vista gorda, igual que el teniente, según trascendidos que se dan al interior del departamento.
Bajo esta tesitura, lo más grave es que se presume que existe un contubernio entre taxistas de Puerto Vallarta y Nayarit y oficiales de tránsito, como el tal Joya, para asaltar extranjeros que son vistos conduciendo en aparente estado de ebriedad.
De esta manera, se comenta entre la tropa que los ingresos no oficiales (es decir, aquellos productos de la corrupción) en la subdirección de tránsito alcanzan hasta los 200 o 300 mil pesos, pues hay casos tan burdos como “liberar” motocicletas detenidas a cambio de siete mil 500 pesitos, cuando dicha liberación solo corresponde al juez municipal.
TAMBIÉN LAS GRÚAS
Y si usted voltea para el servicio de grúas, resulta que los propietarios de estas empresas se tienen que “mochar” con nueve mil pesos semanales para que les otorguen servicios de “banderazo” y arrastre y puedan ganar dinero.
Las que se niegan a dar el “moche”, son bloqueadas, como la empresa “Servi grúas”, que no quiso “cooperar” y ya no la toman en cuenta. Las que sí se “mochan” son “tecno grúas”, las de Julio Santana y “Aries”.
Es tan descarada la situación, que al teniente solo lo sacan a "pasear", por lo que es difícil pensar que no se dé cuenta de estas irregularidades, pues permite que “comandantes” como Oliver Constantino Gómez Bernal, hagan negocios con las líneas amarillas exclusivas en calles del centro de la ciudad, donde han privilegiado aquellos sitios que presuntamente les dejan dinero y han quitado las de los discapacitados, como las de las calles Pino Suárez y Venustiano Carranza.
Ah, pero no quitaron las líneas amarillas que pagan los extranjeros que rentan o son dueños de propiedades, como las que se ubican en las entrecalles; entre otras, las de la Francisca Rodríguez, la de Rodolfo Gómez o las de Amapas y Pilitas, que son aquellas que pagan a su vez los hoteles… esas sí las “respetaron" porque dejan buenos dividendos.
LOS PROTEGIDOS
Tan protegido se siente este “comandante” de apellidos Gómez Bernal, que se fue a la escuela Lázaro Cárdenas y ahí si prohibió el estacionamiento a maestros y personal docente, pues pintó de amarillo el machuelo y colocó un letrero que dice “exclusivo turismo”, quizás para darle espacio a los dueños y gerentes de algunas joyerías, a los que visita asiduamente para que le paguen “el favor” … Y en navidad los “vacuna”, pero en serio.
Pero bueno, el teniente se contaminó tan rápido de la corrupción imperante, que por si todo lo anterior no fuera suficiente, metieron en Asuntos Internos a un tal Eder Cristóbal –un policía tercero que consiguió ese nombramiento cuando estaba en la dirección de seguridad pública Jorge Valencia—y como es abogado, tiene la consigna de desviar las quejas o de darles para adelante, según sea el ”mono” o cuando se trata de afectar a alguien en particular… por lo que el “Joya Gate” es probable que permanezca en la impunidad total.
Lo peor es que este licenciado tiene nombramiento operativo, no administrativo, pero, aun así, hace de las suyas en Asuntos Internos… ¿qué tal?
Bajo este escenario, el cochinero es tan, pero tan grande en tránsito municipal, que el ahora supervisor –reprobado desde la administración del Mochilas por los exámenes de control y confianza—Martín Ruiz es quien ha hecho ligas y amistad con el teniente Maldonado, para que se permitan todo tipo de irregularidades, pues es quien lo entretiene mientras los ratones hacen su fiesta.
EL EXPERIMENTO DEL FRACASO
Así las cosas, el experimento de poner a un militar en puestos como una subdirección de tránsito está resultando todo un fracaso; entre otras cosas, porque ni siquiera se saben el Reglamento o la ley de vialidad del Estado; desconocen el manejo de la dependencia y esto ha dado como consecuencia que los mismos marinos salgan salpicados por la corrupción.
Este medio de comunicación –que quede claro-- no está en contra de que personal castrense ayude en las tareas de seguridad pública y vialidad, no. Estamos, eso sí, contra la ineptitud, la incapacidad y la indolencia de estos mandos, pues si no funcionan, que pongan a otros o regresen civiles responsables.
Por ello, en otro artículo, vamos a manejar también la podredumbre en seguridad pública, todo (pasa o sucede) frente a los supuestos ojos “vendados” del capitán Eloy Girón.