Lo anterior no es un asunto menor, no lo es. Estamos hablando de que en un tiempo relativamente corto, los servidores públicos que trabajan en Seapal –desde el que forma parte de las cuadrillas, los que atienden fugas, los de operación, los de obras y, desde luego, los directivos—lograron subsanar un problema que se agudizó con un prolongado estiaje y que se complicó por la falta de atención en el mantenimiento de las redes de distribución de agua, pero todavía peor, por la ausencia de una estrategia para ampliar la infraestructura del sistema de agua potable y drenaje, de la que adolecieron anteriores administraciones.
El Seapal siempre fue visto como la caja chica del gobierno del Estado, por eso era el trampolín político en tiempos del PRI y del PAN, ahí confeccionaban candidatos y se olvidaban de realizar una planeación de obras que garantizaran el servicio en los próximos 20 o 50 años.
LA BIWATER
La única obra faraónica que se hizo en Puerto Vallarta con respecto al Seapal, fue la planta de tratamiento de aguas negras norte II, mal llamada “Rodolfo González Macías” (en ‘memoria’ de aquél corruptísimo y prepotente director del organismo en tiempos en que el gobernador era Guillermo Cosío Vidaurri y el presidente de la República el no menos corrupto Carlos Salinas de Gortari) que, si bien vino a satisfacer las necesidades del tratamiento de aguas residuales, también sirvió para cometer el peor atraco que se ha cometido contra la población de Puerto Vallarta, al concesionar la construcción y operación de dicha planta a la empresa británica Biwater, que nos cobraba a razón de mil 200 metros cúbicos por agua tratada, cuando la ciudad no generaba ni 750 litros.
En el negocio de la Biwater estuvo metido Carlos Hank Rhon, a través del banco Interacciones, hasta que la empresa fue liquidada de forma lesiva para las finanzas del Seapal.
Pero bueno, de ahí en más, solo obras pequeñas y medianas se hicieron durante las administraciones estatales en que los directores del Seapal fueron primero del PRI, luego del PAN, después otra vez del PRI y finalmente del MC, cuyo gobierno encabezado por Arturo Dávalos ganó un juicio en la Suprema Corte para municipalizar la dependencia de agua potable y que hasta hace unos 22 meses quedó en manos de Morena.
¿Y LA PLANEACIÓN APÁ?
En este contexto, la falta de planeación y la ausencia de obras prioritarias para fortalecer la infraestructura del organismo se observó desde que el Seapal estaba en manos de César Abarca, impuesto por el fallecido gobernador Jorge Aristóteles y el problema se profundizó con la llegada del MC, ya que por un lado autorizaban condominios, pero no planificaban qué hacer para abastecer de agua esos edificios y garantizar el 100 por ciento del suministro a las colonias populares.
Si a esto le sumamos que un huracán destruyó la planta del río Cuale en la colonia Buenos Aires y que el pozo radial del río Ameca estaba en su mínimo histórico y a que la sequía junto con el calor nos ha pegado duro este año, el problema no tardó en reventar.
Sin embargo, políticos deleznables quisieron sacar raja y aprovecharon que al Seapal se le venían los problemas encima (como se le vinieron) y decidieron organizar frentes comunes para exigir el abasto del vital líquido, pero sin proponer soluciones y mucho menos escuchar el tema de fondo.
Afortunadamente, el director del Seapal, Jorge Castillo, junto con el alcalde Luis Michel, lograron levantar al organismo y, aseguran en un boletín de prensa que publicamos por separado, que, a partir de ayer 01 de agosto, no va a faltar agua en ninguna colonia.
UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL
La intermitencia llegó a su fin, eso dicen, y retan a que cualquier persona que reporte fallas en el suministro lo haga por las vías adecuadas en los teléfonos del Seapal, y que las cuadrillas serán enviadas de inmediato.
También aseguran los funcionarios, que la red de agua potable está al 100 por ciento trabajando y que no debe faltar el suministro en ninguna colonia, a menos que sea por causas ajenas o extraordinarias a la dependencia, pero intermitencia ya no habrá.
Así las cosas, como ciudadanos debemos ser cuidadosos para evitar caer en las garras de políticos de pacotilla que solo pretenden obstaculizar el buen desarrollo de Puerto Vallarta y que, son buenos para criticar, pero no para sumarse en la solución de los problemas.
Por ello, hay que tomarle la palabra al gobierno municipal y a la Dirección del Seapal, en el sentido de que, si en una colonia, calle o casa falta el agua, no solo reporten el hecho, sino que también desmientan a aquellos que nos aseguran, afirman y subrayan, que a partir de hoy ya no habrá falta del vital líquido.
