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Lunes, 21 Abril 2014 08:54

La ambición lo llevó a coger una “papa caliente” y le pegaron un “levantón” por un asunto de siete millones de pesos

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los abogados. Se ha metido en muchos líos por tomar juicios calientes, como el del hotel Palma Real de Jarretaderas, donde fue denunciante y defensor de la misma persona. Sin embargo, su ambición lo llevó a aceptar un caso que casi le cuesta la vida, el de ejecutar embargos de unos terrenos de El Porvenir donde está en juego un desfalco contra los ejidatarios por más de siete millones de pesos.


 

Por Jorge Olmos Contreras

Él ya sabía que estaba metido en un lío grande, estaba nervioso, no podía conciliar el sueño de tanto pensar en que ya le habían enviado una amenaza velada para que no se metiera en un pleito jurídico de terrenos de El Porvenir, en Bahía de Banderas en el Estado de Nayarit, donde un vivales ha tratado de quedarse con más de 100 hectáreas de los ejidatarios del lugar mediante artilugios jurídicos y aprovechándose de un poder que los campesinos le dieron para realizar una transacción con la constructora de vivienda Homex.

El origen del “levantón” que le dieron al abogado Daniel Hermosillo Anchondo la tarde del 28 de enero en el estacionamiento de la farmacia Guadalajara de “La Aurora”, podría estar precisamente en El Porvenir, donde los hijos de uno de los ejidatarios afectados por el proceder de Hermosillo y de un ingeniero de nombre Sergio Díaz Amezcua, habrían recurrido a pistoleros para evitar ser despojados de alrededor de 12 hectáreas.

De hecho, Sergio Díaz Amezcua es la clave del conflicto entre los ejidatarios y la constructora Homex; es a él a quien buscan por todos lados para ajustar cuentas, comentan vecinos de El Porvenir que piden que no se divulgue su identidad, prefieren permanecer en el anonimato, porque –dicen—el problema es muy fuerte y han intervenido personas armadas “pero el ingeniero no se deja ver por aquí”.

MUERTOS DE MIEDO

Un día, por ejemplo, dos abogados de Puerto Vallarta llegaron al Juzgado Primero de lo Civil de Bucerías para ejecutar el embargo de uno de los terrenos en disputa, pero antes de que arribaran al lugar fueron interceptados por hombres que portaban armas largas, quienes les advirtieron que no ejecutaran o se atuvieran a las consecuencias, que se fueran de ahí y los licenciados, entre ellos una mujer, se regresaron muertos de miedo a Vallarta.

Sin embargo, Daniel Hermosillo Anchondo no entendió las señales que le habrían enviado y aunque él mismo comentó en corto al reportero que ya había sido amenazado por este caso, decidió seguir en el juicio y en eso andaba, tratando de embargar los terrenos propiedad de los ejidatarios cuando sobrevino el “levantón”. Le dieron el susto de su vida, anduvo algunos días con guarda espaldas y en las primeras horas de transcurrido el incidente, no quiso ir a declarar al Ministerio Público, tenía mucho miedo.

EL ORIGEN DEL PROBLEMA

Para entender el problema, hay que trasladarnos al año 2007, cuando la Desarrolladora Homex de Culiacán, Sinaloa compró 100 hectáreas a 19 ejidatarios del ejido El Porvenir. El precio acordado fue de dos millones 200 mil pesos cada hectárea, es decir, el monto total ascendía a 220 millones de pesos.

El intermediario o bróker de la transacción fue el ingeniero Sergio Díaz Amezcua, quien pidió a los 19 ejidatarios que le firmaran contratos mercantiles para poder hacer el trabajo de la compra venta y poder cobrar la respectiva comisión por haber conseguido un comprador “serio” para sus tierras. También les pidió que le entregaran un poder especial para llevar a cabo todos los trámites.

Sin embargo, ese mismo año 2007, la Desarrolladora de Vivienda Homex cayó en crisis y suspendió todos los pagos, nunca finiquitó los dos millones 200 mil pesos por cada una de las 100 hectáreas. De hecho sólo alcanzó a cubrir el 40 por ciento de los pagos, a algunos les entregó más y a otros menos, según el número de hectáreas que vendieron.

Los ejidatarios se desesperaron al ver que los habían timado, pues les entregaron una ínfima cantidad de lo acordado y para acabarla de amolar, vieron que el tal Sergio Díaz Amezcua poseía los contratos mercantiles, leoninos de origen, donde los obligaba a pagarle cientos de miles de pesos por la comisión de una transacción que nunca se terminó, pues quedó a medias.

DEMANDAN ANULACION DEL CONTRATO

Por ello, ocho de los 19 ejidatarios demandaron ante el juzgado civil de Bucerías la anulación del contrato por ser lesivo a sus intereses, entre otros, la señora Manuela Monteagudo Quiñonez, una de las que más ha peleado porque no le arrebaten sus 12 hectáreas que tasaron en 26 millones 400 mil pesos y de los cuales sólo le dieron migajas.

Otros de los que demandaron fueron Luis Ramírez García, Rodolfo Villanueva Chávez, Ana María Verde Ponce, Manuel Encarnación Cárdenas, Victoriano Encarnación Cárdenas, José de Jesús Díaz Guerrero y María del Rosario Torres Rodríguez.

Todos ellos entregaron documentos del dominio pleno de sus tierras para cerrar la compraventa, pero el ingeniero Díaz Amezcua se aprovechó de ellos, sacó ventaja y para cobrarse una millonaria comisión de un trabajo que no terminó, intentó embargar algunos de los terrenos, entre otros, los de Manuela Monteagudo Quiñonez.

Incluso, Sergio Díaz actuó de mala fe en contra de los ejidatarios, a Manuela Monteagudo y a otros los demandó por la vía mercantil ordinaria, según el expediente 470/2009, donde el Juez Primero de Primera Instancia del Ramo Civil en Bucerías, el 28 de marzo del 2011, sentenció a Manuela Monteagudo a pagarle a Sergio Díaz Amezcua. 

La sentenciada fue confirmada además por los magistrados Jorge Ramón Marmolejo Coronado, José Guadalupe Campos Hernández y Rodolfo Adrián Rodríguez Alcantar, --quienes integran la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del estado--, el 14 de junio del año 2012.

En esta etapa es donde surge el verdadero problema, pues de alguna manera Sergio Díaz Amezcua recurre al ex director de tránsito municipal de Bahía de Banderas, Miguel Ángel García Romero, mejor conocido como “Miguelito Romero”, y éste a su vez contacta al abogado de Vallarta, Daniel Hermosillo Anchondo, con quien se asoció para tratar de ejecutar los embargos, trabajo por el que les pagarían una interesante cantidad de dinero.

LA VERSIÓN DEL EJIDO

El presidente del ejido de El Porvenir, Martín Castro Camacho y su tesorero, Alfonso Nolasco, aceptaron charlar con VALLARTA UNO y contaron su versión.

Afirmaron que en realidad se trata de 24 ejidatarios los que vendieron a Homex a través de dos personas, uno de ellos es Sergio Díaz Amezcua y el otro es ni más ni menos que Alí Farah --un vendedor de bienes raíces con muy mala reputación y que se ha involucrado incluso en casos de lavado de dinero--; la venta fue de más de 100 hectáreas a razón de 220 pesos el metro cuadrado y la promesa que les hicieron fue entregarles el 50 por ciento del dinero a la firma del contrato y el otro 50 por ciento cuando entregaran el dominio pleno de las tierras.

Asimismo, habrían acordado pagar 100 mil pesos por cada hectárea al bróker y otros 100 mil al ejido por concepto del derecho al tanto.

Pusieron un plazo de 10 años para pagarles la parcela, a algunos ejidatarios le dieron cuatro millones, sostiene Martín Castro, pero a otros Homex sólo les dio el 10 por ciento de lo acordado.

Y reconoce que a unos tres ejidatarios sí los embargaron por este caso, y que Manuela Monteagudo no es dueña de 12, sino de nueve hectáreas.

TERRENOS CODICIADOS

Estos terrenos son muy codiciados porque se encuentran entre Bucerías y San Vicente, en la zona conocida como “Brasiles”, incluso ahí estaba proyectada la construcción de la nueva presidencia municipal de Bahía de Banderas, pero el proyecto quedó trunco por la corrupción que impera en el Ayuntamiento del alcalde Rafael Cervantes Padilla.

Muchas personas han llegado con el cuento de tener compradores millonarios para estas tierras, como un tal “Don José”, que venía de Colima y quien le pidió mucho dinero a los ejidatarios como pago de honorarios porque les aseguró que tenía una persona que les compraría la hectárea a 4.5 millones de pesos, pero cuando un visitador agrario, Manuel Alonso Castellón habló a ese Estado para preguntar referencias de él, nadie lo conocía, sólo fue uno más que sorprendió a los campesinos.

El turno le tocó a Daniel Hermosillo Anchondo, quien estuvo a punto de pagar culpas ajenas –pues se asegura que lo iban a matar por prestarse al juego de Sergio Díaz Amezcua--, pero tuvo mucha suerte cuando fue “levantado”, pues a sus captores se les atravesó un agente de tránsito que siguió la camioneta donde lo llevaban, pidió refuerzos y sus secuestradores tuvieron que abandonarlo junto con la troca, no sin antes darle varios cachazos en pleno rostro.

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